Un estudio abre la puerta a un nuevo enfoque terapéutico para tratar la sarcoidosis
Un equipo de investigación dirigido por Georg Stary, de la Universidad Médica de Viena (Austria) y el Centro de Investigación de Medicina Molecular de la Academia Austriaca de Ciencias (CeMM) ha identificado un nuevo enfoque para tratar la sarcoidosis, una enfermedad inflamatoria.
En concreto, la inhibición de una vía de señalización específica mostró un claro éxito en el tratamiento de granulomas en la piel, lo que abre nuevas vías terapéuticas para esta enfermedad y otras patologías inflamatorias similares. Los resultados se publican en la revista Lancet Rheumathology .
La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria de difícil tratamiento que afecta a entre 15 y 20 de cada 100.000 personas. En esta enfermedad, en los órganos afectados se forman pequeños grupos de células inflamatorias denominados granulomas. Estos granulomas pueden afectar al tejido normal y provocar inflamación y fibrosis, lo que en última instancia limita la funcionalidad de los órganos afectados.
En su estudio, los investigadores centraron su atención en posibles nuevos enfoques terapéuticos. Eligieron la vía de señalización mTOR (mechanistic target of rapamycin), conocida por regular el metabolismo y el crecimiento en muchos tipos de células, ya que se observó la activación de mTOR en granulomas de pacientes de distintos tejidos. En un estudio clínico del Departamento de Dermatología, se incluyó a 16 pacientes con granulomas de la piel y otros órganos.
Los investigadores utilizaron el inhibidor de mTOR sirolimus, aprobado por primera vez en 1999 para prevenir el rechazo de órganos tras trasplantes de riñón. Ya se había mostrado prometedor en modelos preclínicos de sarcoidosis.
REMISIÓN PARCIAL COMPLETA DE LOS SÍNTOMAS
El sirolimus se administró primero por vía tópica (en forma de crema) y luego por vía sistémica (en forma de solución oral) para comprobar su efecto sobre los granulomas cutáneos. El tratamiento tópico resultó infructuoso, quizá porque los granulomas –estructuras compactas en la piel– son difíciles de penetrar desde la superficie.
En cambio, el tratamiento sistémico tuvo éxito en 7 de cada 10 pacientes, que completaron el estudio, y algunos incluso experimentaron una regresión completa tras cuatro meses de tratamiento y ninguna recidiva hasta dos años después.
Curiosamente, los pacientes que respondieron al tratamiento sistémico tenían una mayor expresión de mTOR en los fibroblastos de sus granulomas que los que no lo hicieron. «Sospechamos que, a diferencia de los inmunosupresores de amplio espectro, la inhibición de mTOR actúa sobre las células inmunitarias y no inmunitarias de los granulomas, lo que impide la reaparición de granulomas tisulares», concluye Georg Stary, responsable del estudio.
ESTUDIO MULTICÉNTRICO PARA CONFIRMAR LOS RESULTADOS
El estudio clínico también sugiere un efecto del tratamiento sistémico en granulomas de otros órganos vitales, aunque es difícil extraer conclusiones concretas debido al reducido número de pacientes.
Los investigadores planean ahora un ensayo clínico multicéntrico con más pacientes para confirmar los resultados cutáneos y seguir comprobando la eficacia del fármaco, especialmente en la afectación pulmonar, presente en el 90 por ciento de los enfermos de sarcoidosis.
«Dada la rareza de la sarcoidosis y el hecho de que los inhibidores de mTOR como el sirolimus ya no están patentados, el interés investigador de la industria es limitado. Esto demuestra la importancia de los estudios iniciados por investigadores y de la investigación académica», subraya Georg Stary.
En futuros trabajos, los investigadores quieren estudiar la importancia de mTOR y otras vías de señalización en otras enfermedades cutáneas granulomatosas no infecciosas, como la necrobiosis lipoídica, que suele asociarse a la diabetes. Stary confía en que sus investigaciones conduzcan a nuevas terapias específicas para estas enfermedades olvidadas.