UCI, partos, Oncología y cuidados paliativos son los ámbitos que necesitan mayor humanización, según una experta
Las unidades de cuidados intensivos (UCI), las estancias hospitalarias, la atención pediátrica, el parto, la atención al paciente oncológico y los cuidados al final de la vida son los ámbitos donde la humanización de la asistencia sanitaria resulta más prioritaria, según ha resaltado Isabel Urrutia, responsable de Calidad y Seguridad Clínica de Grupo IMQ, durante su intervención en la Jornada de clausura de la 47 Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, que se ha celebrado en los salones de la sociedad bilbaina del 19 al 22 de octubre.
La ponencia de Isabel Urrutia ha tenido como título Proyecto HELP: humanizar (H) la enfermedad escuchando (E) y liderando con (L) el paciente (P) . «El proyecto HELP engloba todo un plan de humanización donde nuestras clínicas, IMQ Zorrotzaurre e IMQ Virgen Blanca, centran sus esfuerzos en extender una cultura propicia a este objetivo dentro del conjunto de la organización, incluyendo a los gestores, personal de administración, técnicos y todas las categorías de profesionales sanitarios», ha resaltado.
Según ha puntualizado la experta, el proyecto HELP se caracteriza por disponer «de una manera estructurada y sistemática todo el abanico de proyectos de humanización en función de la casuística, necesidades y perfil del paciente». «Se identifican las necesidades de humanización a través de diferentes metodologías, tanto con los pacientes como a través de los comités y comisiones clínicas, equipos de proceso o grupos de mejora con los profesionales», ha añadido.
El Proyecto HELP de las Clínicas IMQ dispone de siete ejes, 37 objetivos y 82 proyectos, con un grado de consecución del 90 por ciento en la actualidad. Todos estos ejes disponen de objetivos, despliegue de proyectos e iniciativas y un sistema de evaluación, lo que permite cuantificar la consecución del proyecto. «Se trata de conocer, siempre que es posible, la situación de partida en relación a las expectativas o necesidades de humanización de los pacientes, desplegar las acciones y volver a evaluar con el fin de medir su impacto. No siempre es fácil, pero es la única manera de verificar y confirmar que realmente las iniciativas de humanización tienen buenos y exitosos resultados», ha insistido.