Trump justifica el asesinato de Soleimani y cree que «realmente no importa» si suponía una amenaza inminente
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a defender este lunes el bombardeo norteamericano en el que murió el general iraní Qasem Soleimani y ha resaltado que «realmente no importa» si suponía una amenaza «inminente» para el país.
«Los medios de noticias falsas y sus socios demócratas trabajan duro para determinar si el futuro ataque del terrorista Soleimani era inminente o no y sí mi equipo estaba de acuerdo», ha dicho.
«La respuesta a ambas es un firme sí, pero realmente no importa debido a su horrible pasado» de Soleimani, ha manifestado, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
Trump ha manifestado en varias ocasiones que Soleimani preparaba ataques «inminentes» contra objetivos estadounidenses, si bien las autoridades del país norteamericano no han presentado pruebas que respalden estas afirmaciones.
En este sentido, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó la semana pasada que Washington «no sabía con precisión cuándo y dónde» planeaba ataques Soleimani, si bien incidió en que eran «inminentes».
«No sabíamos con precisión cuándo y no sabíamos con precisión dónde, pero era real», dijo, antes de indicar que Soleimani planeaba «una serie de ataques inminentes». «Tomamos la decisión correcta. El presidente tomó la decisión correcta», argumentó.
Pompeo se pronunció además sobre las palabras de Trump en las que acusó a Soleimani de planear «hacer estallar» la Embajada estadounidense y recordó el asalto ejecutado días antes por milicianos de Kataib Hezbolá contra las instalaciones.
«No hay duda de que Soleimani tenía intención de actuar no sólo contra nuestras fuerzas y diplomáticos en Irak, sino en otros países de la región y el mundo», manifestó el secretario de Estado.
El propio Trump indicó el viernes en una entrevista con Fox News que «probablemente» uno de los objetivos «iba a ser la Embajada en Bagdad». «Puedo revelar que creo que iban a ser cuatro embajadas», añadió, sin dar más detalles.
LA MUERTE DE SOLEIMANI
Soleimani murió junto al número dos de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) –una coalición de milicias progubernamentales iraquíes apoyadas por Teherán–, Abú Mahdi al Muhandis, y varios milicianos iraquíes, tras lo que Irán prometió que se vengaría por el ataque.
En respuesta a la muerte de Soleimani, Irán atacó el miércoles con misiles dos bases militares situadas en Irak en las que se encuentran desplegados soldados estadounidenses, en lo que el líder supremo iraní, Alí Jamenei, describió como «una bofetada» a Washington.
Trump aseguró horas después que los ataques se han saldado sin bajas, si bien un responsable de la Guardia Revolucionaria de Irán afirmó que en los mismos han muerto al menos a 80 militares estadounidenses.
Por su parte, las autoridades iraquíes criticaron duramente el bombardeo contra Soleimani y las FMP y recalcaron que esta coalición de milicias fue un elemento importante en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Así, el Parlamento iraquí aprobó el 5 de enero una moción que exige la expulsión de las tropas estadounidenses del país y obliga al Gobierno a comprometerse a hacer público cualquier acuerdo que alcance en el futuro para la presencia de asesores y formadores militares extranjeros.
Durante la jornada del 6 de enero, el Ejecutivo iraquí limitó las actividades de la coalición internacional y las redujo a los trabajos de entrenamiento y asesoría, prohibiendo sus movimientos por tierra y aire. Por ello, la coalición contra Estado Islámico anunció el 9 de enero una «pausa» de sus operaciones militares en Irak.