Tres años de prisión e internamiento por agresión sexual a una mujer en una residencia en Santander
Fiscalía y Defensa pactan rebajar dos años la pena de cárcel al acusado, al aplicar la eximente incompleta por alteración psíquica
La Audiencia Provincial de Cantabria va a condenar a tres años de cárcel y la medida de seguridad de internamiento en un centro psiquiátrico durante otros tres años a un hombre que agredió sexualmente a una mujer cuando ambos se encontraban en una residencia de Santander.
La Sala de la Sección Primera de la AP recogerá en la sentencia que va a dictar el acuerdo alcanzado este miércoles entre Fiscalía y Defensa en el juicio contra el acusado, que ha admitido los hechos y se ha mostrado conforme con la pena pactada, que supone dos años menos de prisión sobre la petición inicial del ministerio público.
Al inicio de la vista, el fiscal ha rebajado la pena interesada al aplicar la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica, y ha conformado también con el represente legal del procesado la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros a la víctima, su domicilio o lugar de trabajo ni comunicar por cualquier medio con ella durante tres años, manteniendo los cinco de libertad vigilada previstos.
Además, se le impondrán ocho años de inhabilitación especial para desempeñar cualquier profesión, oficio o actividad que conlleve contacto regular y directo con menores (anteriormente se solicitaban cinco años), y que indemnice a la mujer con 3.000 euros por los daños morales causados.
EN EL ASEO DEL CENTRO MIENTRAS FUMABAN
Según el escrito de acusación pública, el enjuiciado -que en la actualidad está en situación de alta, que tiene una discapacidad del 65% y un grado II de dependencia- se encontraba en el momento de los hechos, en noviembre de 2022, ingresado en una residencia de Santander (Padre Menni). En concreto, estaba en el aseo fumando un cigarro junto a dos compañeras.
Entonces, cuando una de ellas se marchó a su habitación, el hombre, que no tenía antecedentes penales, «movido por una evidente intención de satisfacción sexual», le ofreció tabaco a la otra mujer y le «cogió con fuerza de la barbilla para darle un beso en la boca», a lo que ella se negó.
Acto seguido, le realizó tocamientos en el pecho y le sujetó la cintura, metiendo la mano por debajo del pantalón e introduciendo sus dedos en la vagina.
La víctima consiguió zafarse y cuando trataba de salir del baño, el acusado la sujetó del cuello. A pesar de ello, ella gritó y varios residentes acudieron en su ayuda. En presencia de ellos, y según la Fiscalía, el acusado dijo lo que había hecho.