Trabajo dice que la reforma del reglamento de Extranjería garantiza la estabilidad de temporeros del campo
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, ha afirmado hoy en Santander que la reforma del reglamento de Extranjería aprobada este martes por el Consejo de Ministros garantiza la estabilidad en el empleo, en la línea de la reforma laboral, de las «miles» de personas que cada año vienen a España a trabajar en labores del campo.
A preguntas de los medios sobre el impacto de la reforma en la economía y el empleo y el número de beneficiarios de la medida, Pérez Rey ha dicho que no puede hacer una estimación «en este momento», pero ha asegurado que ahora el reglamento «va en la vía correcta de flexibilizar y de garantizar derechos a las personas extranjeras que vienen a trabajar a España, también a los autónomos».
Un aspecto «extremadamente positivo», en su opinión, es que se alinea con la reforma laboral. «Una de las razones de la reforma es que los trabajadores contratados en origen que forman parte del cupo de inmigración circular que viene cada año a nuestro país a prestar tareas que sobre todo tienen que ver con las campañas agrícolas, puedan ser también fijos», ha explicando, apuntando que, por tanto, el reglamento «ha avanzado mucho en el reconocimiento de derechos».
En este sentido, también ha destacado que garantiza la estabilidad en el empleo a «centenares de trabajadoras» que todos los años vienen a España a prestar servicios, sobre todo en la campaña agrícola, en la que llega a haber entorno a 20.000 personas, «a las que ahora también, gracias a esta reforma, se les va a garantizar la estabilidad en el empleo en la misma línea que la reforma laboral, que está teniendo un gran éxito a la hora de establecer y de estimular la contratación indefinida».
A la pregunta de si la reforma puede suponer el fin de los abusos laborales en el campo, Pérez ha señalado que garantizar la estabilidad en el empleo de todas las personas que vienen a las campañas agrícolas «es el primer paso» para evitarlos y también para abordar algunos problemas «tradicionales» como las soluciones habitacionales, «que no haya viviendas en calidad y oportunas para estos casos. Por lo tanto, está claro que avanza en esa línea».
Porque «en la medida en que el reglamento contribuya a garantizar mejores condiciones de trabajo para los extranjeros, estos elementos de abuso o de falta de respeto de derechos laborales ayudarán a poder evitarlos».
ESPAÑA, PIONERA EN LAS TIC EN EL TRABAJO
Pérez ha participado hoy en el curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) La transición digital: una oportunidad para la formación, la economía y el empleo , y ha destacado que España es «pionera» en la regulación de las nuevas formas de trabajo, desde la ley de trabajo a distancia, a la transparencia algorítmica, elementos que ahora están formando parte del debate europeo «y donde nuestro país ocupa un meritorio lugar de vanguardia».
Y además en un momento en que la reforma laboral está empezando a reforzar la estabilidad en el empleo. En el caso de Cantabria, más de 18.000 personas «han sido indefinidas en lo que llevamos de reforma laboral», ha destacado.
En relación a la aplicación de la tecnología al ámbito de la regulación laboral, el secretario de Estado ha afirmado que «uno de los grandes retos en los que estamos ahora enfrascados» es que la Ley de Empleo y los mecanismos de política de empleo puedan hacer uso de la inteligencia artificial para encontrar nuevas oportunidades y evitar discriminaciones o sesgos.
El objetivo es «apropiarnos de la tecnología como un mecanismo favorecedor de los derechos de las personas trabajadoras», ha dicho.
En este sentido, ha afirmado que España ha dado «pasos muy importantes, casi inéditos en Europa», pues es el primer país que ha dado los representantes de los trabajadores la capacidad de acceder a los algoritmos, de «saber cómo se están tomando decisiones digitalizadas, qué efectos tienen las relaciones de trabajo».
«Lo que pretendemos es que se sepan qué decisiones se toman en las empresas, con qué transparencia se toman, qué tipo de consecuencias tienen en los derechos de los trabajadores, y, en definitiva, poner la inteligencia artificial, la informática, los algoritmos y las nuevas tecnologías al servicio de los derechos sociales».
«Lejos de una especie de negación de las tecnologías, lo que hay es que es apropiarse de ellas para garantizar más democracia también en los puestos de trabajo», ha defendido.