Ternera dice que quiso reflejar en el documental de Évole que no había «placer» en matar y que eran «acciones políticas»

No le gusta el resultado, y afirma que ha habido «un conflicto político con todas sus consecuencias duras, crudas y no tienen vuelta atrás»

BILBAO, 22

El exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera , ha reconocido que no le ha gustado el documental en el que el periodista Jordi Évole le entrevista, y ha asegurado que su pretensión era transmitir a la sociedad española que no debe pensar «que alguien sentía placer» al cometer los atentados, sino que justifica que «eran acciones políticas que tenían fines políticos». Además, ha afirmado que ha habido «un conflicto político con todas sus consecuencias duras, crudas y no tienen vuelta atrás».

Urrutikoetxea ha concedido una entrevista al diario euskaldun Berria, que ha sido publicada este viernes –recogida por Europa Press–, cuando arranca el Festival de San Sebastián, que se desarrollará hasta el próximo 30 de septiembre, envuelto en la polémica por el estreno del documental No me llame Ternera , codirigido por Jordi Évole y Màrius Sánchez, en el que el periodista catalán entrevista al exdirigente de ETA.

La decisión de proyectar el documental en el Festival llevó a que 514 intelectuales, víctimas de ETA y políticos, como Mari Mar Blanco, Ana Iribar, Carmelo Barrio, Fernando Savater o Fernando Aramburu, firmaran un manifiesto en el que pedían su retirada de la programación. Sin embargo, el director del certamen, José Luis Rebordinos, respondió en un comunicado que la película «ha de ser vista primero y sometida a crítica después, y no al revés».

Al respecto, Joseba Urrutikoetxea asegura que las polémicas en torno a él siempre «han surgido con bastante facilidad». En este sentido, acusa al Estado español de «crear una imagen» sobre su persona «y manejarla en función de sus intereses y en el momento en que les interesa».

Por ello, cree que «no es algo nuevo y extraño que hagan ruido las fuerzas políticas y otros que se mueven en ese frente mediático en torno a ciertos intereses», y que «hay que situarlo en el relato del conflicto político de vencedores y vencidos», que la izquierda abertzale siempre ha rechazado.

Tras precisar que, en un principio, el proyecto del festival era «ambicioso», ha explicado que «al final ha salido esto». «Actualmente, la comunicación y los medios de comunicación se han convertido en un instrumento de guerra, entendiendo guerra en un sentido amplio», ha considerado.

Urrutikoetxea ha señalado que su objetivo era «dar explicaciones a la sociedad española». «Quizá es una gota de agua en la opinión pública española, pero a mí me gustaría que fuera el inicio de algo. El bombardeo mediático iniciado en 1936 continúa en la actualidad, y en ello consiste el ataque político y mediático a Euskal Herria. Este es un conflicto que mantienen los Estados español y francés contra Euskal Herria», ha manifestado.

Por ello, ha dicho que «lo primero que cualquier Estado le debe a un pueblo oprimido es dar la palabra a ese pueblo». «Quería demostrar eso, que es un conflicto político. Ese es el mensaje que quería dar, sin decir cómo hacer la película», ha reiterado.

FALTA DE «HILO POLÍTICO»

Tras haber visto el documental, Josu Ternera tiene la impresión de que «le falta ese hilo político, le falta contextualizar». «Lo que aparece es mi opinión sobre unos hechos, sobre unas acciones duras. Asumí riesgos, y este no es el resultado que yo esperaba, pero no voy a entrar en su trabajo. Ellos han hecho lo que consideran. Yo tengo otra visión y otra idea de ese trabajo, pero lo digo con todo el respeto», ha añadido.

El exdirigente de ETA ha reiterado en su idea de que «ha sido un conflicto político con todas sus consecuencias duras, crudas y que no tienen vuelta atrás». «Eso es lo que quería mostrar a la sociedad española. Que no piensen, de algún modo, que alguien sentía placer con estos hechos. Eran acciones políticas, que tenían fines políticos. Y, cuando en una lucha tan violenta y dura como esta, entramos en esa dinámica, tanto en un lado como en el otro se pierde la empatía hacia el otro», ha asegurado.

ASESINATO DEL ALCALDE DE GALDAKAO

Josu Ternera recuerda que en el documental reconoce su participación con el atentado en el que murió el alcalde de Galdakao, Victor Legorburu, en 1976, ya que, durante la conversación, en el contexto de la década de 1970 se mencionan otros atentados, en los que se enmarcan las campañas de ETA antes y después de la muerte de Franco, entre las que estaban las que eran contra electos.

Reconoce que sabía que la cinta iba a ocasionar «mucho ruido» y cree que puede que «las cosas se muevan un poco». «El frente mediático moverá lo que le interesa y, desde luego, no será en mi beneficio», añade.

Josu Ternera cree que esto puede tener «consecuencias para él» teniendo en cuenta las causas que tiene abiertas en España, e indica que utilizarán la imagen que se ha creado de él «a su manera», pero apunta que también antes han hecho «montajes» contra él como que en su detención de 2010 le encontró la Guardia Civil cuando es «completamente falso».

Cuestionado por los juicios pendientes en España como el del caso de las herriko tabernas y el del atentado en Zaragoza, recuerda que el Tribunal de París ha aceptado que le extraditen a España por ambos casos.

En cuanto al atentado de la casa cuartel de Zaragoza, por el que le piden más de 2.300 años de cárcel, indica que esa petición se le formula no por participar, sino por haber formado parte de la dirección de ETA y haber tomado parte en la orden, pero asegura que él siempre ha dicho que no era parte de la dirección y que, por lo tanto, no tuvo «ninguna relación».

Por otra parte, preguntado por actual situación política, asegura que la izquierda abertzale «está donde está a día de hoy, después de tantos años prohibida, y su situación es difícil de entender si no se entiende Euskal Herria».

A su juicio, el momento es «tremendamente interesante», lo que no significa que «no sea duro» y también «cambiante». En este contexto, destaca que se ha visto «la inteligencia y los avances de la izquierda abertzale», pero es algo que no debe «cegarnos». Añade que, aunque de nuevo se forme un gobierno progresista en Madrid, la situación «no será fácil» y, si hay otro tipo de gobierno, «será mucho más difícil».

Según apunta, todos los avances requieren «una gran firmeza» y cree que hay que dar «la oportunidad» a los ciudadanos de construir «los cimientos de la casa» y deben «sentirse partícipes de este largo proceso». En su opinión, esa es una de las claves para «avanzar» y también será muy importante hacer «una labor de transmisión en la propia izquierda abertzale».

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