Telefónica renueva cerca de 300 edificios de red para mejorar el servicio y reducir el impacto ambiental
Telefónica está renovando sus principales edificios de red para hacerlos más eficientes, sostenibles y seguros con mejoras que afectan a las instalaciones de las infraestructuras comunes y a la modernización de equipos para garantizar «el mejor servicio al cliente final», en palabras de la compañía.
Telefónica está ejecutando este proyecto en 117 edificios de red y espera llegar a renovar las infraestructuras de cerca de 300 en los próximos tres años, incluyendo al menos cuatro edificios prioritarios por provincia.
Este proyecto de renovación incluye soluciones tecnológicas preparadas para incrementar la eficiencia energética de las construcciones, reducir los costes, mejorar la experiencia de usuario y aumentar la seguridad.
El grupo español ha querido destacar el esfuerzo en insonorizar todas las salas técnicas para minimizar el impacto acústico, «aspecto muy relevante en las centrales ubicadas en cascos históricos y zonas residenciales».
Otro apartado de este proyecto es el de la climatización, con la puesta en marcha de plantas enfriadoras insonorizadas en algunos de los edificios. Estas mejoras se han complementado en el ámbito de la energía con la renovación de centros de transformación, grupos electrógenos y cuadros generales de baja tensión.
Estas reformas inciden, además, en la sostenibilidad medioambiental y persiguen la mayor eficiencia energética en su funcionamiento, como han explicado desde Telefónica.
Con este proyecto, Telefónica hace un ejercicio de modernización y securización de sus instalaciones de fibra en sustitución del cobre de cara a su próximo centenario, ofertando una red segura, eficiente y comprometida con el medioambiente.
De hecho, según datos de la empresa de telecomunicaciones, su red de fibra logra reducir el impacto ambiental (energía y otros recursos materiales) hasta el 94% en España, que es 18 veces menor que el cobre ante un consumo de datos equivalente.
Telefónica España tiene el objetivo de neutralizar sus emisiones propias de carbono en 2025 y alcanzar las cero emisiones netas en 2040.