Técnicas como la crioablación permiten mejorar los resultados de supervivencia de pacientes con cáncer renal
El miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), el doctor Raúl García Marcos, ha destacado que los avances en diagnóstico y tratamiento, como la técnica de crioablación, han posibilitado aumentar la tasa de supervivencia de los pacientes con cáncer renal, el octavo tumor con mayor prevalencia en España del que se diagnostican 9.000 casos anualmente, siendo el doble de común en hombres que en mujeres.
«El pronóstico para los pacientes con cáncer de riñón ha mejorado significativamente en los últimos años. La tasa de supervivencia a cinco años ha aumentado gracias a los avances en el diagnóstico y el tratamiento, alcanzando aproximadamente el 71 por ciento. Cuánto más pequeño y localizado está el tumor, mayores son las tasas de supervivencia, que llegan incluso al 93 por ciento», ha explicado el doctor Marcos, radiólogo vascular e intervencionista del Hospital La Fe de Valencia.
Aunque el pronóstico del cáncer renal depende de su tamaño y de la diseminación a distancia, existen otros factores como el tipo histológico de tumor y las enfermedades previas del paciente, y para tratarlo existen terapias como la ablación, los anticuerpos dirigidos, la inmunoterapia y la radioterapia y la quimioterapia, según sus características.
«La Radiología Vascular e Intervencionista aporta el uso de técnicas mínimamente invasivas como la crioablación, que permite tratar tumores renales sin necesidad de cirugía abierta o anestesia general en estadios precoces del cáncer», ha añadido.
La crioablación es una técnica percutánea «mínimamente invasiva» que permite crear con una aguja o varias agujas una bola de frío directamente en las células tumorales, destruyéndolas y respetando el resto del riñón, tal y como ha afirmado el doctor Marcos.
Tras ello, ha recalcado que la introducción de estas agujas de crioablación en el riñón se hace mediante la combinación de distintas técnicas de imagen (Ecografía, TAC o RM) y sistemas de navegación, permitiendo así una mayor precisión y mejores resultados.
«Es una técnica de la que se dispone excelentes resultados y se aplica de forma reconocida en los tumores renales de pequeño tamaño, de menos de cuatro centímetros. Nuevos y prometedores estudios, además, están consiguiendo tratar tumores de hasta siete centímetros en pacientes no candidatos a cirugía», ha agregado.
El especialista también ha destacado que la crioablación ya está reconocida en las principales guías de práctica clínica como segunda línea de tratamiento en pacientes con tumores renales en estadios precoces por detrás de la nefrectomía parcial, pero con una tasa menor de complicaciones.
«Debido al aumento de la incidencia, el diagnóstico precoz y el deseo de preservación renal, cada vez se aplica más esta técnica en los centros especializados», ha manifestado el doctor, señalando que la crioablación permite una recuperación precoz de los pacientes tras la intervención, ya que se realiza con anestesia local y una mínima sedación, por lo que el paciente suele ser dado de alta en menos de 24 horas.
Otra de las ventajas de esta técnica, según el experto, es que permite preservar una mayor cantidad del riñón sano en comparación con otras técnicas, «algo que es especialmente útil en pacientes que presentan varios tumores renales, en paciente con insuficiencia renal o con cirugías previas en el riñón».