Susana Díaz afirma que la UE no puede mirar para otro lado ante el drama del Mediterráneo y reclama lucha contra mafias

SEVILLA, 13

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha querido dejar claro este miércoles que la Unión Europea no puede seguir mirando «para otro lado» ante el drama de los inmigrantes en el Mediterráneo y que es necesaria una especial atención a las regiones del sur y, sobre todo, apostar por una política «en origen» que ayude a poner freno a las «mafias» que trafican con seres humanos.

En declaraciones a los periodistas en Sevilla, al hilo de la crisis del barco Aquarius , que transporta a más de 600 personas y que ha sido rechazado en Italia, la presidenta ha manifestado que lleva dos años manifestándose sobre el drama humano del Mediterráneo y que, de hecho, en la última visita que hizo a Bruselas el pasado mes de febrero trasladó al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, que le parecía que la Unión Europea «no estaba a la altura del drama humano que vivíamos las regiones del sur todos los días y que esta primera y verano iban a ser especialmente difíciles y que no se podía mirar para otro lado».

«Miraron para otro lado cuando llegó la crisis de los refugiados en el año 2015 y volvían a hacerlo en un momento complicado en el que miles de personas se están jugando la vida», según ha lamentado Susana Díaz, quien ha agregado que estamos hablando de los derechos humanos y de la dignidad de las personas y, ante ello, la Unión Europea tiene que tener «sensibilidad y una política de asilo y refugio real y tiene que entender lo que se está viviendo en las regiones del sur de Grecia, de Italia y en Andalucía».

Ha añadido que la UE tiene que saber que quienes estamos al borde del Mediterráneo, «todos los días vivimos el drama en nuestras costas» y que ante eso no se pueda mirar para otro lado ni dejar «de la mano de Dios a las regiones que todos los días vivimos esto».

La presidenta ha mostrado su especial preocupación por las mafias y traficantes de personas que están «campando a sus anchas en el Mediterráneo y que tienen las puertas abiertas en Libia y en Argelia», de manera que ha insistido en que hay que trabajar «en origen», como en su momento se hizo con Mauritania con motivo de la famosa crisis de los cayucos en Canarias.

Se trata, según ha recalcado, de que en origen se ponga freno a las personas que están «traficando» con otros seres humanos, muchos de los cuales, especialmente niños y mujeres, son objeto «de la esclavitud de este siglo, en clubes de alterne o como carne de cañón en manos de mafias de las que no pueden salir».

Ha insistido en que cuanto antes hace falta una respuesta contunden y ha lamentado que al final «triunfe» la decisión del ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, al que ha calificado de «infame», de dejar a la deriva el barco Aquarius , poniendo en peligro la vida de más de 600 personas y no respetando los derechos humanos.

Para Susana Díaz, la respuesta que ha tenido el Gobierno de España de dar la orden de que esas personas lleguen al puerto de Valencia ha sido una «llamada clara y nítida a la responsabilidad de las instituciones europeas», que tienen que mirar al Sur, tener sensibilidad con las personas y respetar los derechos humanos.

Ha recordado que entre el pasado jueves y el domingo, con temperaturas aún bastante moderadas y sin que aún haya llegado el calor, 550 personas llegaron a las costas andaluzas. Ha agregado que en torno a 1.300 niños que han llegado a lo largo de este año han sido atendidos en Andalucía y ha defendido que ante este asunto tanto el Gobierno autonómico como los ayuntamientos de la comunidad y los propios andaluces «son ejemplares» y «generosos», como una tierra de emigrantes que somos.

«Tiene que haber una respuesta de la Unión Europea responsable, colegiada y centrada en las personas, con especial atención a las regiones que viven la mayor presión migratoria», ha insistido Susana Díaz, quien ha lamentado que, mientras decenas de personas han muerto en el Mediterráneo, se le esté permitiendo al ministro «infame» de Salvini decir que «ni un barco más llegarán a Italia».