Sumar quiere formular una interpelación de control a su ministra de Sanidad y deja al BNG fuera del Pleno del Congreso


Sumar ha decidido registrar por primera vez una interpelación al Gobierno del que forma parte y, en el Pleno del Congreso de la próxima semana, quiere un debate de media hora con su propia ministra de Sanidad, Mónica García, lo que ha dejado al BNG fuera de la sesión de control.

En las últimas semanas, Sumar dio vía libre a sus diputados para presentar iniciativas de control al Gobierno de coalición, pero por el momento se registraban una o dos preguntas a ministros. La mayoría de cuestiones eran amables para los ministros, ya que generalmente se elegía a compañeros de formación, pero también hubo algún choque con ministros socialistas, sobre todo el titular de Transportes, Óscar Puente, por parte del diputado de Chunta Aragonesista, Jorge Pueyo.

Pero ahora Sumar ha dado un paso más y ha registrado una interpelación, lo que le garantiza un debate de media hora cara a cara con el Gobierno y el derecho a presentar una moción que se votará la semana siguiente.

DE COMPAÑERA A COMPAÑERA

La elegida es la titular de Sanidad, Mónica Garcia, y quienes firman la interpelación son sus compañeras de Más Madrid, Tesh Sidi y Alda Recas, así que no se espera que la pongan en aprietos. El enunciado es genérico, pues piden que la ministra explique «las medidas adoptadas por el Gobierno para abordar las necesidades del Sistema nacional de Salud», según reza el escrito al que ha tenido acceso Europa Press.

La decisión de Sumar de interpelar a su propia ministra tiene efectos secundarios para terceros, y es que el diputado del BNG, Néstor Rego, se quedará fuera de la próxima sesión de control al haberse completado el cupo de interpelaciones del miércoles.

Rego quería exigir explicaciones al Gobierno de coalición por la financiación de Galicia, pero este tema ya tendrá que esperar al menos una semana

PREGUNTAS FLORERO

Las preguntas al Gobierno por parte del partido que le da sustento en el Congreso, conocidas como preguntas florero o de autobombo , eran habituales con los presidentes Felipe González y José María Aznar, y fue el socialista José Luis Rodríguez Zapatero quien las erradicó, liberando espacio para el control parlamentario por parte de la oposición.

El popular Mariano Rajoy mantuvo este criterio y también Pedro Sánchez, aunque en el caso del PSOE sí que ha formulado puntualmente preguntas a ministros socialistas, generalmente en vísperas de elecciones autonómicas y para brindar al ministro de turno la oportunidad de vender sus medidas en esa región y poner en evidencia al Gobierno autonómico del PP.

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