Subirats advierte del riesgo de que ganen fuerza «lógicas autoritarias» entre los jóvenes por la falta de expectativas

El exministro destaca la confirmación del «cortoplacismo» y la «exageración mediática» de su aprendizaje en su paso por la política

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19

El exministro de Universidades Joan Subirats ha advertido del riesgo de que ganen fuerza las «lógicas autoritarias», especialmente entre las generaciones más jóvenes, ante los problemas que tienen las democracias para resolver problemas en un contexto de «policrisis» en un impás histórico de transformación marcado por el cambio climático o la revolución tecnológica.

El catedrático emérito de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma ha impartido este martes la conferencia en la Facultade de Ciencias Políticas e Sociais de Santiago de Compostela, donde ha abordado los retos que enfrentan los sistemas democráticos para aplicar políticas públicas en un momento marcado por «la volatilidad, la complejidad, la incertidumbre y la ambigüedad».

«No tenemos ni idea de dónde estamos ni a dónde vamos», ha resumido el responsable de Universidades entre 2021 y 2023, que cree que el contexto global de transformación hacia un nuevo modelo económico y social aparejado al cambio climático y el desarrollo tecnológico dificulta las tareas de los gobiernos a la hora de aplicar políticas que mantengan el estado de bienestar, dado que esos retos requieren medidas a «medio y largo plazo» que entran en conflicto con el «cortoplacismo» al que obliga el propio sistema democrático.

Así, Subirats ha señalado que «cada vez es más complicado» emplear el crecimiento económico como mecanismo para «resolver dilemas» a través de un aumento del gasto porque la evidencia científica certifica que serían preciso «tener dos o tres planetas para seguir manteniendo» el ritmo de los últimos años.

Sin embargo, considera que los partidos y gobiernos no pueden hablar de decrecentismo porque supone romper con la idea mantenida a lo largo de la historia de que «cada generación va a vivir mejor que la anterior». «Asumir que la continuidad implica decrecer es algo gravísimo», ha añadido antes de incidir en que las políticas «incrementalistas» van a entrar en contradicción con «muchos planteamientos».

Otro de los desafíos resaltados por el también exconcejal en Barcelona ha sido el incremento de la longevidad y su impacto en los sistemas económicos, lo que le ha llevado a preguntarse si España «puede seguir manteniendo» la edad de jubilación en los 65 años, un umbral que, según ha recordado, fue introducido por Otto Von Bismarck en la Prusia de finales del siglo XIX cuando la esperanza de vida rondaba los 45 años.

Por ello, cree que «la lógica de las tres etapas vitales no tiene sentido» en la sociedad actual en la que la fase formativa se extiende hasta los 30 años y aumenta el tiempo que pasa entre la jubilación y la muerte, lo que provoca que «se acorte» la etapa adulta asociada a la trayectoria laboral.

DIFICULTAD DE INNOVAR

Ante asuntos como estos, Subirats ha subrayado los problemas de la política para tomar medidas «innovadoras» que se hacen «necesarias» pero son «complicadas» por el riesgo de que sean penalizadas electoralmente.

A su juicio, durante años «se descargaron las culpas» en la Unión Europea, que se empleaba como «chivo expiatorio» de medidas «necesarias» que obligaban a «mirar a medio y largo plazo» pero que eran difíciles de asumir en un sistema político como el de España marcado por un «cortoplacismo brutal».

En este sentido, ha señalado que asuntos como el caso Koldo o los problemas con Hacienda de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que «entretienen» pero que «bloquean» la adopción de políticas públicas que sirvan para atajar los retos que apuntan la evidencia científica o la aplicación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.

Y es que, para Subirats, la política tiene en la actualidad la dificultad de «no saber definir el problema» por su elevada complejidad. «El primer paso es definir el problema, que te indica ya, más o menos, el camino a seguir. Estamos en un momento en el que tenemos el problema de que no logramos definir el problema», ha sentenciado.

DESAFECCIÓN, UN RIESGO ENTRE LOS MÁS JÓVENES

Estos «desajustes» que existen entre la política y la aplicación de políticas públicas son, según el exministro, el caldo de cultivo para que «ganen incentivos lógicas tecnocráticas o autoritarias» porque «se atribuye a la democracia la imposibilidad de resolver problemas».

Como ejemplo de ello ha apuntado la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión de Cataluña que revela una «desviación brutal» entre los jóvenes y la gente de mayor edad ante la pregunta de si estarían dispuestos a vivir en un sistema con menos garantías democráticas en favor de mejoras en la calidad de vida.

Subirats, que ha reconocido que de su paso por la política ha extraído como aprendizaje la confirmación del «cortoplacismo» y de la «exageración mediática», ha concluido que carece de «solución» para los problemas apuntados más allá de incidir en el «triángulo» de la «evidencia, argumento y persuasión» como forma en la que han de afrontarse los retos a los que se harán frente desde las políticas públicas en los próximos años.

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