Sociedades científicas de Oncología apuestan por la secuenciación NGS en biomarcadores y piden su financiación pública

Sociedades científicas de Oncología han defendido este martes la apuesta por las plataformas de secuenciación NGS en algunos hospitales de España y han pedido que la secuenciación masiva de las determinaciones de los biomarcadores mediante NGS sean incluidos en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.

Así se ha puesto de manifiesto en el marco del evento Cancer Now. El cáncer en España: una urgencia vital , organizado por la Fundación ECO, que ha reunido en una mesa redonda al presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), José Luis Rodríguez; al presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), Mariano Provencio; al presidente del Grupo Español de Cáncer de Mama (GEICAM); a la presidenta de la SociedadEspañola de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), Isabel Varela; y al presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA), Luis Paz.

La mesa redonda ha estado moderada por el vicepresidente de Fundación ECO y jefe de servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez-Díaz de Madrid, Jesús García, quien ha sido el encargado de plantear a los panelistas cómo se debe incorporar los biomarcadores en la realidad clínica.

En este sentido, José Luis Rodríguez ha lamentado que la financiación de la secuenciación NGS sea a través de la industria farmacéutica, lo que ha provocado que esté implantado en pocos hospitales españoles, por lo que ha considerado que el primer paso que se debe adoptar es la financiación pública y así permitir la creación de una red de centros de referencia, como ocurren en otros países europeos.

«Necesitamos ahora mismo incluirlo esto en la cartera de servicios para definir claramente los biomarcadores que vamos a determinar. Tener un sistema de calidad que acredite que efectivamente estos sitios donde lo estamos haciendo se realiza una calidad adecuada. Por otro lado, debemos crear una red y centros de referencia para poder hacer las determinaciones y poder conseguir la equidad del diagnóstico histológico y del diagnóstico molecular de todos los tipos de tumores», ha explicado el experto.

Al respecto, Mariano Provencio ha responsabilizado directamente a los políticos de esta situación y ha criticado que la medicina de precisión, encargada de realizar ensayos clínicos y estudios para mejorar la situación de los pacientes, no se ponga en marcha a pesar de los buenos resultados que cosecha.

Para Miguel Martín, los biomarcadores resultan fundamentales porque «tienen una importancia absolutamente vital para la selección del tratamiento» y ha instado a las administraciones a implementar inmediatamente los biomarcadores en la cartera de servicios porque España «corre el riesgo de quedarse fuera del mundo moderno». «Se deben determinar qué biomarcadores son necesarios, aunque esto se pueda ir modificando a lo largo del tiempo y establecer una red de centros en los cuales se trabaje con medicina de precisión, que sea de calidad y con un coste menor pero es absurdo que todos los hospitales tengan lo mismo», ha expuesto.

Por su parte, Isabel Varela ha cuestionado que existan las herramientas para realizar un correcto desarrollo de los biomarcadores, por lo que ha pedido que, en los futuros centros de referencia, debería haber un componente importante de investigación básica y ha reivindicado la figura de los investigadores clínicos, sobre los que ha pedido que se les integre en las plantillas de los hospitales.

Por último, Luis Paz ha señalado que el principal déficit del sector en estos momentos es que se invierte mucho tiempo en identificar dianas terapéuticas, anomalías genéticas y posteriormente se realicen ensayos clínicos que funcionan de manera selectiva en tumores que tienen aberraciones genómicas o que funcionan mejor que la quimioterapia pero «en cambio somos incapaces de lo palmario, que es identificar al paciente cuyo tumor tiene esa aberración genómica para darle el fármaco que hay en la farmacia».

ACCESO A LA INNOVACIÓN

De manera posterior, se ha celebrado otra mesa redonda sobre el último eje sobre el que debe pivotar el óptimo abordaje del cáncer en España, que es el acceso a la innovación.

Este debate ha estado moderado por el director de Relaciones Institucionales de Fundación ECO y jefe de servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), Vicente Guillem, quien ha estado acompañado por los panelistas expertos como el miembro de la Comisión Permanente de Fundación ECO y jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Enrique Aranda; la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Olga Delgado; el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANME), Eduardo Díaz; la presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), Begoña Barragán; y el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés.

Primeramente, Enrique Aranda ha insistido en la inequidad existente en España y en la tardanza con la que llegan los fármacos aprobados por instituciones europeas. «El poder llevar los tratamientos a los pacientes se dilata mucho en el tiempo», ha subrayado.

En cuanto a la aprobación, el experto ha asegurado que es muy tardía, puesto que hay un retraso de más de 400 días, y ha lamentado que se aprueben pocos fármacos en España, tal y como ha detallado al mencionar que en 2019 de 41 fármacos oncológicos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) tan solo el 58 por ciento se aprobó en España mientras que en otros países del entorno superan ampliamente ese porcentaje.

Al respecto, José Luis Poveda ha coincidido al señalar que los avancen no llegan a los pacientes en un tiempo adecuado y ha emplazado a los agentes implicados a hacer una reflexión porque «no puede ser que la diferencia con Europa sea cada vez más grande, en cuanto a porcentaje de medicamentos y en el tiempo».

«Hay que ser claros en este sentido y reconocer la crónica de un fracaso. Cuando los porcentajes de acceso a fármacos cada vez son menores, cuando el diferencial es mayor y cuando los tiempos aumentos, nuestros procesos no pueden ser eficientes», ha aseverado.

Igualmente, Begoña Barragán ha llamado a alzar la voz ante esta problemática y «decir basta» porque, a su juicio, la sociedad española se está encontrando ante un panorama nunca antes visto en el que «se conocen tantas innovaciones» pero que, a su vez, se encuentran con tantas dificultades, a las que hay que sumar que la COVID-19 ha servido de disculpa ante los retrasos e inequidades «aunque ya existía antes de la pandemia».

Por último, el director de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha seguido la línea de sus compañeros y ha recalcado que el acceso rápido a las innovaciones es fundamental desde el punto de vista sanitario, social y económico y ha manifestado que la evidencia científica está demostrando que el acceso a la innovación supone una inversión.

«Por cada euro invertido en nuevos fármacos, se ahorran en otros costes sanitarios entre dos y siete euros. Por cada euro que se invierte en salud, se genera alrededor de 1,6 euros de valor añadido en nuestras economías. El acceso en España ha empeorado en los últimos años, por lo que es necesario revisar y mejorar los procedimientos para dar la vuelta a la situación», ha concluido.

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