Sánchez trata de impulsar con Aragonés la mesa de diálogo con Cataluña por segunda vez, con el Govern enfrentado

La jornada comenzará con una reunión a solas de los dos mandatarios y después se reunirá la mesa, tras de más de un año y medio

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, inauguran este miércoles la nueva etapa de la mesa de diálogo para resolver el denominado «conflicto catalán», con una reunión que tendrá lugar en Barcelona, y que llega en un momento especialmente crítico para los socios del Govern, inmersos en una disputa que ha dejado por el momento a Junts fuera de las negociaciones con el Ejecutivo central.

La intención de Junts de sentar en la mesa a dirigentes ajenos al Govern, entre ellos, a dos de los condenados por el procés que fueron indultados por el Gobierno, ha llevado a Aragonès a vetar la participación de sus socios de coalición hasta que no renueven su delegación. Ha sido la gota que ha colmado el vaso, tras semanas de recelos por parte del partido del expresidente catalán Carles Puigdemont hacia la mesa de diálogo.

LA MESA TIENE LEGITIMIDAD SIN JUNTS

No obstante, tanto Aragonès como Sánchez han dejado clara su determinación de seguir adelante con los trabajos de la mesa, y defienden la plena legitimidad de este foro, aunque vaya a celebrarse, con toda probabilidad, sin uno de los socios del Ejecutivo catalán.

Es más, fuentes gubernamentales explican que a pesar de esas tensiones entre los socios, acuden a la cita de mañana con «buena impresión» porque creen que Aragonès «lo está dando todo» para que el diálogo tenga éxito.

Además, las fuentes consultadas señalan que cada presidente tiene derecho a elegir a los integrantes que quiera en su equipo, y restan importancia a la previsible ausencia de Junts. Lo fundamental era, a su juicio, que los miembros de la mesa lo sean también del Gobierno y, en este sentido, Moncloa ha aplaudido la decisión de Aragonès.

Sobre los asuntos a tratar en la reunión, la tarde de este martes los equipos seguían trabajando en los contenidos y en el orden del día, asumiendo sus diferencias al respecto: el Gobierno quiere hablar de recuperación y de cómo restablecer la convivencia entre catalanes con su Agenda del reencuentro , y los independentistas volverán a poner sobre la mesa el referéndum de autodeterminación y la amnistía.

Los flecos de la metodología y el orden del día los seguirán trabajando Sánchez y Aragonès en la reunión que mantendrán a solas antes de la de la mesa, prevista para las 15.00 horas, tras lo cual comparecerán ante los medios.

Después, en torno a las 17.00 horas, se reunirá por fin la mesa de diálogo, después de más de un año y medio, con Sánchez y Aragonès presidiendo las respectivas delegaciones. No obstante, su intención es participar en el arranque, informar de las conclusiones de su encuentro privado, y dejar después que sigan trabajando los equipos, ya sin su presencia.

Se trata de la segunda vez que el Gobierno y la Generalitat tratan de poner en marcha este foro, que celebró su primera y única reunión en febrero de 2020, todavía con el anterior Govern de Quim Torra, y poco antes de que estallara la pandemia del coronavirus.

Desde entonces, la reanudación de estos trabajos se ha ido posponiendo, primero, por la crisis sanitaria, y después, por las reticencias de Junts a celebrarla, la salida de Torra, y las posteriores elecciones catalanas de febrero de 2021.

La llegada de ERC a la presidencia de la Generalitat en mayo de 2021 supuso un antes y un después en la relación entre la administración catalana y el Gobierno central, habida cuenta de las alianzas que los socialistas llevaban fraguando con los republicanos desde que le dieran la investidura a Sánchez en enero de 2020.

De ahí que pronto se comenzó a hablar de reanudar los trabajos de esta mesa de diálogo, que se agilizaron tras la decisión del Gobierno de conceder los indultos a los políticos catalanes presos, como gesto de «concordia» del Ejecutivo para avanzar en ese camino hacia la reconstrucción de la convivencia.

Ahora, la mesa vuelve a reunirse, con sus integrantes prácticamente renovados. De hecho, por parte del Gobierno central solo repite Sánchez y el ministro de Universidades y representantes de los comuns, Manuel Castells. La nueva delegación está compuesta por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, encargado de coordinar los trabajos; la portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez; la de Transportes, Raquel Sánchez; el de Cultura, Miquel Iceta; y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

LA AUSENCIA DE JUNTS

En cuanto a la delegación catalana, los preparativos de la mesa de diálogo han provocado una nueva fractura entre los socios del Govern que finalmente solo enviarán representantes de ERC a la reunión después de que Aragonès haya decidido dejar fuera a Junts.

La polémica ha saltado a primera hora de la mañana cuando el Govern debía reunir a su Consell Executiu a las 9.30 para entre otras cosas decidir la composición de la delegación catalana, pero a las 09.37 los de Puigdemont han enviado a los periodistas los nombres de sus candidatos a participar de la reunión: el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró; el secretario general de Junts, Jordi Sànchez; el vicepresidente del partido y exconseller, Jordi Turull; y la líder de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras.

La selección de Junts ha irritado a los republicanos y el presidente ha hecho saber su «fuerte malestar» durante la reunión del Consell Executiu tras la que ha decidido anular la rueda de prensa de su portavoz, Patricia Plaja, para salir él mismo a explicar que no aceptaba los nombres a propuesta de Junts porque tres de ellos no forman parte del Govern.

Pese a que el acuerdo que sellaron ERC y Junts para la investidura de Aragonès no concretaba que los miembros de la mesa de diálogo tenían que ser del Govern –dice textualmente que la delegación será escogida por consenso y nombrada por el Govern –, Aragonès ha expresado en varias ocasiones que los miembros tenían que formar parte del ejecutivo catalán y que lo consideraba acordado con Junts.

Así, ha acusado a Junts de saltarse el acuerdo y de falta de «lealtad», también por hacer públicos los nombres en el momento en que comenzaba una reunión para escogerlos. El presidente catalán ha dejado la puerta abierta a que Junts rectifique y puedan estar en la mesa, pero se antoja complicado teniendo en cuenta que su secretario general, Jordi Sànchez, ya ha dicho que no tienen intención de cambiar su propuesta. De hecho, Sànchez ha asegurado que no había tal acuerdo con Aragonès.

JUNTS CULPA A PEDRO SÁNCHEZ

Con todo, Sànchez ha culpabilizado al Gobierno y no al Govern del veto a sus candidatos y preguntado por el motivo, el dirigente de Junts ha explicado que dada la relación que mantiene con Aragonès, ve «inconcebible» que la idea de rechazar sus nombres sea del presidente catalán, así ha atribuido la responsabilidad a presiones del Gobierno.

El episodio de este martes supone un nuevo capítulo de las desavenencias entre Junts y ERC, que ya habían manifestado sus discrepancias sobre la mesa: el espacio supone la apuesta estratégica de los republicanos para superar el conflicto político en Cataluña mientras que los de Junts lo critican porque no creen que sirva para ello.

Sin embargo, desde Junts consideran que no hay ninguna «crisis» y, aunque reconocen que no les ha gustado la decisión de Aragonès que tachan de error, no responsabilizan a ERC de lo ocurrido.

Así, los consellers de Junts han firmado el Acuerdo de Govern por el que se nombra a Aragonès, a la consellera de Presidencia Laura Vilagrà y al conseller de Empresa, Roger Torrent, que serán los que a priori defenderán la posición del Govern frente a los de Pedro Sánchez.

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