Sánchez pide al Congreso diálogo para lograr un cambio basado en crecimiento, regeneración y cohesión territorial

Anuncia la prohibición de amnistías fiscales, una reforma para que grandes empresas paguen más impuestos y más margen fiscal para las CCAA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha pedido este martes a los grupos parlamentarios diálogo y acuerdos para poner en marcha un programa de cambio basado en cuatro pilares: consolidar el crecimiento económico y crear empleo, avanzar en la igualdad y la cohesión social, regenerar la democracia, fortalecer las bases de la cohesión territorial y tener un papel activo en la construcción europea y el papel de España en el mundo.

Sánchez ha reconocido que su propósito de cohesión territorial incluye «sentar las bases para la solución de una crisis largamente larvada que es la catalana». No obstante, Cataluña ha ocupado apenas cinco minutos de un discurso de una hora y media que ha estado muy centrado en la economía, la creación de empleo y la igualdad de género.

El jefe del Ejecutivo, que cuenta con solo 84 diputados en el Congreso, ha hecho constantes apelaciones al diálogo, alegando que no practicarlo es lo que ha provocado conflictos y desconfianza en la democracia. También que es consciente de que debe «estar a la altura de las expectativas».

Aunque se trataba de presentar su programa de Gobierno, Sánchez ha comenzado su discurso recordando a los diputados constituyentes, a la época en la que «Europa seguía siendo una aspiración lejana» y España avanzaba en su joven democracia con esperanza y también «con temor» por quienes tenían nostalgia de un tiempo «que supuso para los españoles represión y asilo» y golpeada por el terror de ETA.

Eso le ha servido para defender que en la democracia española ha habido «más aciertos que errores» y que «en la vida yerra quien camina y se mueve», mientras que «la quietud de quien espera inmóvil a que los problemas se arreglen solos reside el germen de la frustración de una sociedad que termina adelantando a sus instituciones».

Su Gobierno, ha dicho, se marca «el objetivo de poner la política a la hora de España», de «no gobernar a los españoles, sino con los españoles» y de gobernar «con el Parlamento, no contra el Parlamento» como a su juicio hacía el PP. El acuerdo, les ha dicho a los grupos, es «el camino más corto entre dos posiciones».

«Cegando el debate como se ha hecho estos siete años hemos cerrado durante demasiado tiempo la posibilidad de cualquier tipo de acuerdo», ha alegado. Aunque ha dicho ser consciente del poco tiempo que queda hasta el fin de la legislatura, se ha propuesto acompañar a ciudadanos y empresarios, atender a las personas discapacitadas, aumentar la igualdad entre hombres y mujeres, asistir a los que llegan huyendo del horror y la guerra y también a los emigrantes españoles, «fortalecer los lazos que unen a los pueblos de España» y situar la política y las instituciones a la altura «de una sociedad abierta y solidaria».

Con esas bases, Sánchez ha ido desgranando anuncios, el primero de ellos la exhumación del dictador Francisco Franco «en breve» –aunque sin confirmar si podrá ser en el mes de julio– porque «ninguna democracia puede permitirse monumentos que ensalcen una dictadura».

EL AQUARIUS Y LOS EXILIADOS POR EL FRANQUISMO

Sánchez ha justificado en parte su decisión de acoger a los migrantes del buque Aquarius en la «coherencia» con la historia de España, de los «compatriotas que no hace mucho tuvieron que verse exiliados de la larga noche franquista» y se refugiaron en Francia, Venezuela, México o Argentina.

Después, ha destacado la «factura» dejada por la crisis económica, la desigualdad, especialmente entre los jóvenes, la pobreza infantil, la precariedad y los trabajadores pobres. Y ha advertido de que la falta de cohesión acaba provocando egoísmo y falta de confianza en la democracia.

Tras dejar claro su compromiso expreso con la estabilidad presupuestaria, ha anunciado que el aumento del objetivo de déficit en cinco décimas se repartirá con las comunidades autónomas, dos décimas que se traducen en 2.400 millones de euros de margen fiscal para éstas.

También que prepara una reforma del impuesto de sociedades, con especial atención a las compañías tecnológicas para que los «grandes conglomerados empresariales» no paguen menos del 15 por ciento, argumentando que «no habrá justicia social si no hay justicia fiscal» y que el Gobierno anterior «no hizo otra cosa que subir los impuestos a los trabajadores».

Sánchez ha reconocido que no podrá publicar los nombres de quienes se beneficiaron de la amnistía fiscal y ha optado por anunciar una reforma legal para que no pueda haber más; ha tendido la mano a otros grupos para una reforma de las pensiones que las vuelva a ligar el IPC y ha apostado por impulsar la FP.

Incrementar el salario mínimo por convenio hasta los 14.000 euros anuales, un plan director contra la explotación laboral, luchar contra la brecha salarial y reformas en la regulación del alquiler para elevar la prórroga forzosa en los contratos de arrendamiento de tres a cinco años, limitar las fianzas adicionales y excluir de la Ley de Arrendamientos Urbanos la vivienda turística han sido otros de sus anuncios.

«DEMASIADAS PORTADAS» POR LA CORRUPCIÓN

Por otro lado, ha destacado su voluntad de combatir la corrupción, una materia, ha dicho, que en España ha protagonizado «demasiadas portadas» y un asunto en el que pretenden avanzar en «la detección temprana de estas tramas», y ha remarcado el compromiso de su Gobierno con la «ejemplaridad» en su grado más alto.

«El Ejecutivo no va a escatimar esfuerzos contra esta lacra», ha garantizado. También ha apuntado que la regeneración no consiste en aprobar una ley, sino que «también se consigue gracias a las personas que lideran esas instituciones».

También ha ofrecido diálogo para acabar con la Ley de Seguridad Ciudadana que el PP aprobó en 2015, la conocida como Ley Mordaza y ha anunciado una reforma del artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, modificada por el Gobierno del PP para poner plazo a la instrucción de las causas penales.

Además, buscará el consenso en la política de defensa, «una política de Estado», y ha garantizado que su Gobierno mantendrá sus compromisos internacionales y promoverá una cultura de seguridad nacional.

CATALUÑA Y LA COHESIÓN TERRITORIAL

Sánchez ha dedicado a Cataluña una parte mínima de su discurso, apostando por un diálogo «franco y directo» y pidiendo que el diálogo se plantee no en términos de renuncia, sino de lo que se puede acordar. Y ha avanzado que el Gobierno está dispuesto a acordar «unión y convivencia».

Y ha dedicado palabras a otras comunidades autónomas, afirman do que está dispuesto a impulsar una agenda de diálogo bilateral con la sociedad vasca y a alentar la cooperación estable con todas las comunidades, porque «para que un sistema político descentralizado funcione los mecanismos de cohesión deben ser operativos».

Asimismo, ha indicado que buscará un encaje laboral para la salida profesional de las Fuerzas Armadas a los 45 años, reforzará las medidas para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres e impulsará medidas de igualdad de trato en el colectivo LGTBi en las Fuerzas Armadas.

La parte final de su discurso ha sido para la política exterior, donde la prioridad estará en los asuntos humanitarios, la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, la igualdad de género, la diplomacia preventiva, los derechos humanos, la apuesta por el multilateralismo y la integración europea, con los principios de «responsabilidad, solidaridad y empatía».

En este capítulo, los retos inminentes son la negociación del Brexit, con la prioridad de defender los derechos de los españoles que residen allí y los intereses españoles, también en relación con Gibraltar. Y, en segundo lugar, la negociación del próximo presupuesto europeo, en la que prestará especial atención a la agricultura y el espacio rural.

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