Sánchez apela a una «respuesta global» frente a la «ola reaccionaria», bien coordinada y financiada
Lula advierte del «momento crítico» que vive la democracia y Boric defiende que los progresistas no pueden tener distinta vara de medir
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la necesidad de que los líderes democráticos se unan para dar una «respuesta global» frente a la amenaza de «ola reaccionaria», bien coordinada y financiada a la que se enfrenta actualmente la democracia.
Así lo ha hecho con motivo del encuentro En defensa de la democracia. Luchando contra el extremismo organizado de forma conjunta con el presidente de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU con el objetivo de analizar «cómo defendernos de los ataques sistemáticos de esta ola reaccionaria que está amenazando a todas nuestras democracias».
«Vemos cada día que estos ataques no son un fenómeno aislado sino que tienen una dimensión transnacional que exigen una respuesta coordinada de todos nosotros», ha subrayado, confiando en que esta cita sea la primera de otras muchas en el futuro y se pueda «coordinar una respuesta global a un fenómeno que es global pero que tiene también su traslación nacional».
Sánchez ha defendido que «a los enemigos de la democracia debemos responderles con la misma tenacidad y la misma coordinación que ellos emplean para socavar a la democracia y con la fortaleza además de todo aquello en lo que les superamos de largo, nuestros principios y nuestros valores».
La pérdida de confianza de los ciudadanos en la democracia obecece, en su opinión, a la desiguladad, a la desinformación y la propagación de discursos de odio –frente a la que ha sacado pecho del nuevo plan de acción por la democracia– y al hecho de que entre los movimientos ultraderechista existe «una buena coordinación internacional entre sus promotores y sus responsables políticos».
«Estamos enfrentando adversarios poderosos con importantes fuentes de financiación que nutren redes de contacto a escala global», ha incidido, subrayando que se trata de «un movimiento que no reconoce los resultados electorales, niega la ciencia y por tanto el cambio climático y manipulan conceptos como la libertad», ha subrayado.
«Son movimientos que promueven el discurso del odio, del racismo, de la xenofobia, cuestionan la participación de la mujer en la política y en los asuntos socioeconómicos de nuestra sociedad y que al dar por perdida la batalla de las ideas, lo que hacen es tratar de deshumanizar al adversario político».
LA DEMOCRACIA ES UN MERO RITUAL
Por su parte, Lula ha advertido de que «es innegable que la democracia vive hoy su momento más crítico desde la Segunda Guerra Mundial» y esto se debe, según él, a que «la democracia liberal se ha mostrado insuficiente y ha frustrado las expectativas de millones y millones de personas».
«Se ha convertido en un mero ritual que repetimos cada cuatro o cinco años a través de elecciones, un modelo que funciona de cara al gran capital y que abandona a los trabajadores a su suerte, básicamente, y esto no es democrático», ha denunciado. «Abundancia para pocos, hambre para muchos, esto es lo que vemos en pleno siglo XXI y esta es la antesala del totalitarismo», ha añadido.
Para Lula, «la democracia en su plenitud es la base para promover sociedades pacíficas, justas e inclusivas que sean libres del miedo y de la violencia y es fundamental para un mundo de paz y prosperidad». Pero, ha añadido, «la historia nos ha enseñado que la democracia no puede ser de ninguna forma impuesta» sino que «su construcción es propia de cada pueblo y de cada país, pero para recuperar la legitimidad debemos rescatar toda la esencia y no solo la forma».
A su vez, el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha hecho hincapié en que los progresistas no deben de tener distinta vara de medir a la hora de denunciar a regímenes autocráticos, al tiempo que ha ofrecido acoger una próxima cita de líderes progresistas y de los partidos que les sustentan en Santiago.
NO JUZGAR EN FUNCIÓN DEL «COLOR» POLÍTICO
«Los Derechos Humanos, la violación de los Derechos Humanos, y en esto es algo que creo que vale la pena insistir, no pueden juzgarse según el color del dictador de turno que los viole, o el presidente que los viole, se llame (Benjamin) Netanyahu en Israel o Nicolás Maduro en Venezuela, se llame (Daniel) Ortega en Nicaragua o Vladimir Putin en Rusia, se autodefinan de izquierda o de derecha o lo que sea», ha recalcado.
En este sentido, ha defendido que «desde los sectores progresistas y para reivindicar la fuerza de la izquierda tenemos que ser capaces de defender principios». «Y en eso creo que hay veces que fallamos, no tenemos la misma vara para juzgar a quienes se supone son de nuestro lado», ha lamentado.
Ademas, Boric ha incidido en la necesidad de reflexionar sobre la apropiación de «ciertos temas» por parte de la derecha «que no tienen por qué pertenecerles ni nosotros debemos abandonar» entre los que ha citado la seguridad o la «noción de patria».
«¿Por qué hoy día en nuestros distintos países las ultraderechas se adjudican las identidades nacionales? Nosotros estamos también orgullosos de nuestras identidades y defendemos la esencia de las identidades nacionales que no se limitan sólo a los símbolos, sino que son su gente, sus pueblos. Y ahí también hay una disputa cultural que dar», ha valorado.
También ha citado el tema de la migración. A juicio del presidente chileno, «no podemos responder solo con buenismo». «Tenemos que responder solucionando el problema y entendiendo los miedos de la población sin caer en la xenofobia», ha considerado.