Sistemas antiincendios del MAS estaban desconectados cuando ocurrió el siniestro, según el expediente
La empresa SIEC, que ejecutaba las obras de accesibilidad, sigue sin contestar a los requerimientos del Ayuntamiento
Los sistemas antiincendios del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) no funcionaron cuando se produjo el incendio el pasado 20 de noviembre porque habían sido desactivados por la empresa contratada por el Ayuntamiento para su mantenimiento a petición de la constructora SIEC, adjudicataria de las obras de mejora de la accesibilidad que se estaban desarrollando en el museo.
Así se recoge en los informes del expediente informativo abierto por el Consistorio para esclarecer las causas del incendio y en el que, por el momento, hay recogidos 27 documentos que suman más de 300 páginas pero ninguno de ellos aclara por qué se produjo el fuego. La concejala de Cultura, Miriam Díaz, ha dado cuenta este lunes en rueda de prensa de este expediente aún abierto tras informar de él a los grupos municipales en una comisión «urgente y extraordinaria» del área.
Una de las principales conclusiones que se extraen del expediente es que «los sistemas de seguridad contra el fuego no estaban activados». Así lo detalla la empresa encargada del mantenimiento de los mismos, Codelse, que realizó varias intervenciones en el edificio durante el transcurso de las obras, que comenzaron en marzo, tenían que concluir en noviembre y fueron adjudicadas por 585.000 euros.
El 20 de abril se acudió a la revisión periódica de los sistemas y, el mismo día por la tarde, operarios de Codelse regresaron «a petición de SIEC para comunicar que el sistema antirobo estaba fallando». En esta intervención, se apreciaron «cables cortados y detectores retirados por las obras» por lo que Codelse «anula las zonas afectadas y se deja el resto del sistema operativo».
En junio, Codelse fue requerida por SIEC «para la retirada de los elementos de las instalaciones antirobo e incendios que afectaban a las obras». Se comprobó que la central del sistema estaba «totalmente desconectada y, por tanto, inoperativa en una intervención ajena a Codelse» y, ante el estado del sistema en el que «no quedaban detectores operativos en la zona de obras», la empresa SIEC indicó que «se dejasen también teclado y la central desconectados».
Tras esta explicación de Codelse, el Consistorio ha requerido información a la empresa constructora y, tras remitirle dos requerimientos, sigue aún sin contestar, pero Díaz confía que lo haga «esta tarde a más tardar». En cualquier caso, la concejala ha señalado que ni Codelse ni SIEC pusieron en conocimiento del Ayuntamiento y la arquitecta municipal que es directora de las obras la desactivación de los sistemas, que además desde junio hasta el 20 de noviembre que se produjo el incendio también «habían sido manipulados».
Y es que, a pesar de que Codelse los desconectó a petición de SIEC, «no se sabe si como contrata del Ayuntamiento o como subcontrata de la constructora, que puede ser», la madrugada en que se produjo el incendio se activó la alarma antirobo y cuya señal saltó en la Policía.
Aunque se desconocen aún las causas del fuego, así como cuál hubiese sido su alcance si las alarmas habrían funcionado, Díaz ha señalado que en aquel momento el edificio, a excepción del «bunker» en el que se guardaron 1.100 obras de arte y 2.450 piezas de las colecciones, «dependía de SIEC». Aún así, de haber funcionado el sistema, el guarda de seguridad que había en el bunker, con vigilancia las 24 horas del día, habría oído las alarmas.
Además, ante estas conclusiones preliminares del expediente, ha avanzado que se dará traslado a la justicia y a las compañías aseguradoras del MAS, así como a los servicios jurídicos del Ayuntamiento para que determinen las acciones a poner en marcha.
Cuestionada si esta constructora podrá seguir ejecutando los trabajos que tiene adjudicados en caso de determinarse su responsabilidad, la edil ha indicado que desconoce las condiciones de contratación pero ha esperado que, de darse caso, puede haber una rescisión del contrato.
SEGURIDAD, DAÑOS Y TRASLADO DE LAS OBRAS
La concejala ha detallado otros aspectos del expediente como los relativos a la seguridad de las obras de arte, los daños causados por el incendio en algunas de ellas y el protocolo para su traslado tras el siniestro.
Díaz ha apuntado que, según el director del MAS, Salvador Carretero, que no ha asistido ni a la comisión ni a la rueda de prensa, las medidas de seguridad ante las obras consistieron en el acondicionamiento de un bunker en la planta cero, que quedó «exclusivamente bajo control del MAS» y en el que se depositaron las 1.100 obras de arte y 2.450 piezas de las colecciones.
Pero algunas obras, por sus dimensiones y condiciones, se dejaron embaladas y colocadas en la planta primera, donde los bomberos localizan el foco del incendio. Allí, tras acondicionarse como almacén aislado, estaban depositadas las obras «dañadas» y que son la pintura Paisaje de Antonio Gomar, la escultura Vaca de Pérez Ocaña, la pintura Altamira de Ignacio Angulo y el óleo Pintura de Joaquín Martínez Cano.
También han resultado dañadas tres esculturas de hierro situadas en el mismo espacio de la planta 1, dos de Daniel Gutiérrez Adán y una peana, pero no obra artística, de una escultura de José Luis Vicario.
En cuanto a la biblioteca y sus 28.000 volúmenes, «aún no se puede determinar las consecuencias finales del siniestro ya que aún se continúan realizando trabajos de rescate y valoración de los daños». Hasta el momento, una empresa especializada contratada ha valorado cerca del 40% del total, del que un 40% «se ha destruido por completo».
Sobre el protocolo de evacuación de las obras, el informe de Carretero señala que se decidió activar la «evacuación de urgencia» por si había daños estructurales o se filtraba agua. Tras activar el seguro, se contrató a una empresa especializa en transporte de arte y se decidió llevar las obras a una nave situada en el municipio, que cuenta con todas las condiciones de seguridad.
Díaz ha asegurado que «no deben darse detalles» de la ubicación por seguridad pero sí ha señalado que la nave no es de propiedad municipal y, por ello, se estudia un depósito «más estable en el tiempo, también en Santander, hasta que concluyan las obras en el museo que no se sabe cuánto durarán».
Y es que el edificio también ha resultado dañado y aún hay zonas a las que no se ha podido acceder. Se está trabajando para devolverle a su estado original y abrirlo «lo antes posible», aunque la estructura de forjados y vigas de la primera planta «se ha perdido» por el fuego que alcanzó hasta 700 grados. Y sobre las obras de mejora de la accesibilidad que ejecutaba SIEC, que actualmente están paradas, «solo pueden continuar tal y como estaban contratadas en la zona de la cubierta».
Tras hablar del expediente, Díaz ha detallado que el incendio dio como resultado la apertura de diligencias previas en el Juzgado de Instrucción número 5 en base al atestado policial, en las que el Ayuntamiento se personó y pudo acceder a la documentación el jueves, pero que han sido sobreseídas y archivadas por no apreciarse «ningún delito de daños», sin perjuicio de «otras acciones que puedan emprenderse».
También ha dicho que la comisión no se ha convocado hasta que no tener todos los informes y ha contrapuesto la «responsabilidad y prudencia» del equipo de Gobierno (PP) frente a las afirmaciones «sin ningún sustento» realizadas por la oposición, a quien ha reprochado «haber utilizado políticamente un suceso que ha afectado al patrimonio municipal».
«Solo les ha faltado acusar al equipo de gobierno de provocar el incendio y cuestionan la existencia de un inventario sin el que sería imposible tener una póliza de seguros», ha lamentado, y ha considerado que «solo van a la caza de titulares» en vez de preocuparse por el museo y sus bienes, valorados en «decenas de millones de euros».