Sindicatos de Bridgestone anuncian concentraciones en Puente San Miguel y Basauri en defensa de los puestos de trabajo
Las secciones sindicales de Bridgestone, ante la finalización el 31 de marzo del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), han realizado este miércoles un llamamiento urgente a toda la plantilla para movilizarse en defensa de un Plan Industrial que asegure el futuro de sus puestos de trabajo a través de sendas concentraciones el próximo lunes, 17 de marzo, en Basauri, y martes 18 en Puente San Miguel.
Ambas de tendrán lugar de 11 a 13 horas en la portería principal de cada centro de trabajo, con el lema En Bridgestone no sobra nadie, faltan soluciones .
Para los sindicatos CCOO, UGT, ELA, SITB y el Sindicato Independiente de Bridgestone, la finalización del ERTE «sin una solución clara», así como «la falta de transparencia, la creciente incertidumbre, la ansiedad generalizada y la falta de respeto y consideración al anunciar que la plantilla en Europa sufrirá reestructuraciones sin dar detalles concretos» resultan «inaceptables».
«Nos convocan a un foro de diálogo, pero acuden con abogados especializados en despidos colectivos… Este trato no es digno para quienes estamos sosteniendo la empresa, que somos sus trabajadores», han denunciado en un comunicado.
«Una plantilla que ha cargado sobre sus hombros los esfuerzos necesarios para que Bridgestone siga obteniendo beneficios frente a importantes desafíos no puede ser tratada de esta manera. No merecemos ser maltratados ni ignorados», han subrayado.
Los sindicatos han afirmado que «es el momento» de definir un Plan Industrial para las fábricas y por ello han exigido «un diálogo de verdad, con el objetivo de encontrar soluciones conjuntas que aseguren la viabilidad».
Por otra parte, han remarcado que la unidad sindical y de toda la plantilla es «fundamental para mostrar a Bridgestone que no vamos a permanecer impasibles mientras nuestro futuro se decide a miles de kilómetros de distancia».
«Nos anuncian reestructuraciones en Europa y señalan a nuestras fábricas sin siquiera considerar alternativas viables, lo que podría desembocar en un drama si permanecemos de brazos cruzados: ahora toca luchar», han concluido.
