Sheroes , el proyecto que recupera los sueños borrados con ácido cerca del Taj Mahal
Junto a uno de los lugares más turísticos del mundo, el Taj Mahal, en la ciudad de Agra (India), existe un proyecto inclusivo donde las mujeres supervivientes de un ataque con ácido luchan contra el estigma social, tienen una nueva vida juntas al frente de dos restaurantes y atienden a los turistas que se acercan a apoyar su iniciativa.
Sus agresores pretendían desfigurar sus rostros para truncar sus vidas, pero ellas son un ejemplo de superación y, con una sonrisa, demuestran a diario que las cicatrices no les impiden ser ellas mismas.
Sheroes –juego de palabras entre she (ella) + heroes– Hangout es un proyecto para heroínas, como bien indica su nombre. El propósito principal es que a través de la inclusión social más de 100 mujeres tengan un empleo, un espacio en el que realizar diferentes actividades y compartir tiempo con otras supervivientes de ataques de ácido que han pasado por lo mismo que ellas.
A Rupa, nacida en Faridabad, la ciudad más grande del estado indio de Haryana, la atacó su madrastra una noche de 2008 porque no quería que se casara con ningún hombre.
Sentada en una de las sillas de Sheroes al terminar su turno de trabajo, recuerda a sus 28 años que «todos sus sueños se borraron con ácido» y cuando conoció este proyecto su vida cambió de forma radical. Asegura que «es muy feliz» y su vida «es fantástica», lleva trabajando en una de las cafeterías del proyecto desde su apertura en 2014 y, además, cuenta que es diseñadora de moda.
Para ella, este proyecto «es como una familia donde todos disfrutan juntos» y cuenta que, cuando tiene vacaciones, echa de menos ir a trabajar porque para ella, Sheroes «es vida».
A las personas que se acercan a conocer el proyecto Rupa les cuenta su historia para darle voz a los ataques de ácido y evitar, así, que otras mujeres sean atacadas.
«TODO SUCEDIÓ MUY RÁPIDO»
Otra de las chicas que atiende las mesas es Ritu, que dejó su ciudad natal, Rohtak, en el estado de Haryana (en el norte de India), en busca de una nueva vida en Agra. Su sueño era ser una jugadora de voleibol a nivel internacional, pero un día cuando paseaba por la calle se le acercaron dos hombres en bicicleta y antes de que pudiera sospechar nada, uno de ellos le roció la cara con ácido.
«Todo sucedió muy rápido. No creo que ninguna superviviente de un ataque con ácido quiera conocer a su agresor. Pero a mí me gustaría enfrentarme al mío algún día y preguntarle: ¿Por qué me has hecho esto?», cuenta Ritu, agregando que ahora, gracias a Sheroes , participa en actividades que contribuyen a concienciar a la sociedad del país asiático para luchar contra la violencia con ácido.
Estos ataques son una lacra en India. Entre 2014 y 2018 se registraron 1.483 víctimas de ataques con ácido en el país, según datos de la Oficina Nacional de Registros de Delitos del Ministerio del Interior del país.
«Antes del año 2014 no había datos sobre el número de ataques de ácido en India», explica Ashish Shukla, cofinanciador de Sheroes y director ejecutivo de la ONG Stop Acid Attacks, la organización que hay detrás de este proyecto.
Shukla recalca que el proyecto empezó para demostrar que las supervivientes de ataques de ácido pueden ser y conseguir lo que ellas quieran. «Actualmente apoyamos a más de 100 supervivientes y proveemos ayuda legal, médica y educativa y, por supuesto, empoderamiento», detalla Shukla.
Por otro lado, la Fundación Internacional de Supervivientes de Ácido (ASTI, por sus siglas en inglés) afirma que la cifra real de ataques supera los 1.000 al año y asegura que India es el país donde se producen más crímenes de estas características en el mundo. Asimismo, según datos de ASTI, el 76 por ciento de los ataques de ácido en India los comete una persona cercana a la víctima.
LAS GANAS DE SEGUIR ADELANTE
Es el caso de Dolly, que fue atacada cuando tenía 12 años por un hombre de 25, porque rechazó contraer matrimonio con él. El ácido destruyó sus fosas nasales causando un problema respiratorio de forma permanente. Después del ataque estuvo más de un año sin querer salir de su casa. Pero trabajar con otras supervivientes en el lugar de encuentro de Sheroes le dio valor para continuar viviendo.
Dolly afirma que le envió una carta a su agresor para decirle: «Me quemaste la cara, pero no mi voluntad de vivir. No puedes tirar ácido sobre eso».
Y le advirtió de que luchará su caso en un tribunal, «no solo por mí, sino por otras chicas para que no pierdan el valor ante gente como tú», escribió en la misiva. Actualmente, Dolly está estudiando y su aspiración es ser médica.
Desde que comenzó el proyecto de Sheroes , Shukla relata que ha visto un «pequeño» cambio en la sociedad de India. «La gente habla sobre este tema y las mujeres vienen con historias reales y quieren aprender algo; antes de 2014 no querían enfrentarse a nada», menciona.
«El próximo paso es apoyar a estas mujeres para que emprendan y para que formen parte de empresas», concluye Shukla esperanzado, ante un posible cambio respecto a los ataques de ácido en un futuro.