SEEDO crea un grupo de trabajo con expertos e informadores de salud para mejorar la comunicación social sobre obesidad
La Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) ha anunciado la creación de un grupo de trabajo de Comunicación en Obesidad , junto a profesionales de la información en salud, con el objetivo de divulgar y dar a conocer el mensaje de la sociedad de forma accesible y rigurosa, teniendo en cuenta que los medios de comunicación juegan un papel clave en la percepción de los ciudadanos sobre la obesidad, su prevalencia y su tratamiento.
«La forma en la que se presenta la información sobre la obesidad puede tener un impacto significativo en la percepción pública de esta enfermedad y en la forma que son percibidas y tratadas las personas que la padecen», aseguran los doctores María del Mar Malagón y Diego Bellido, presidenta actual y presidente electo de la SEEDO.
En este sentido, y según se expone en una reciente guía publicada por la SEEDO, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), «los medios de comunicación tienen la oportunidad de desempeñar un papel positivo en cómo se aborda y percibe la obesidad. Al presentar información precisa, equilibrada y respetuosa pueden contribuir a cambiar las percepciones y reducir el estigma asociado con esta enfermedad».
Para tratar de progresar en este ámbito, como explica Javier Butragueño, vocal de la Junta Directiva y coordinador de los grupos de trabajo de SEEDO, el objetivo del grupo de trabajo es «acercar el conocimiento científico sobre la obesidad a la población, para trasladar la ciencia a la sociedad de manera profesional y sin estigmas». Para ello, señala el experto, «es crucial colaborar, utilizar un lenguaje común, emplear imágenes no estigmatizantes y transmitir los últimos avances de forma clara y profesional».
Bajo el compromiso de la sociedad de una «comunicación responsable» se está celebrando la I Jornada de Periodismo y Obesidad , un seminario de prensa organizado por la SEEDO con la colaboración de Lilly y Novo Nordisk, que reúne en Cuenca a profesionales de la comunicación de medios de referencia de España y a expertos en obesidad. El fin es revisar tanto los retos como las oportunidades que se abren actualmente en la prevención y manejo de la obesidad, así como tratar de mejorar la comunicación en este ámbito.
Entre otras recomendaciones generales, los expertos aconsejan emplear un lenguaje apropiado y coherente, priorizando a las personas sobre su enfermedad; -lanzar un mensaje correcto, de forma que se identifique la obesidad con una enfermedad crónica y no con un problema estético; usar imágenes adecuadas, de forma que se muestre a las personas con obesidad como tales, como personas, no como «objetos» definidos por la enfermedad, y, ante todo, atender el rigor clínico.
En la misma línea se encuadra una iniciativa de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO), con la guía Person First Language Guide . Como resume la doctora Lilliam Flores, exvocal de SEEDO y que trabaja en la Unidad de Obesidad del Hospital Clínic (Barcelona), se pretende «promover el uso de lenguaje centrado en la persona y no estigmatizante en todas las comunicaciones relacionadas con la obesidad».
Con especial atención a «reducir el sesgo y la discriminación basados en el peso, fomentar el uso de imágenes no estigmatizantes en la representación de personas con obesidad, educar sobre la obesidad como una enfermedad crónica compleja (desafiando los estereotipos simplistas), promover la dignidad y el respeto hacia las personas con obesidad, y respaldar la difusión de información basada en evidencia sobre la obesidad y su manejo».
DE LA OBESIDAD A LAS OBESIDADES
Ante esta situación, consideran prioritario hacer un ejercicio particular de buena comunicación en obesidad, dados los enormes cambios que se están imponiendo tanto en el concepto como la clasificación de la propia enfermedad, así como por la disruptiva avalancha de novedades terapéuticas.
Como explica la doctora Andreea Ciudin, vocal y tesorera de SEEDO y coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall de Hebrón (Barcelona), «el Índice de Masa Corporal (IMC) no es un parámetro adecuado para diagnosticar la obesidad, una enfermedad crónica caracterizada por exceso y/o disfunción del tejido adiposo y no por número de kilos». Esto, a su juicio, «requiere un ejercicio profesional y experto de explicación y divulgación».
Las causas de la obesidad son múltiples. Entre ellas, destacan los factores biológicos que alteran en el equilibrio de las señales y factores biológicos que regulan el apetito y el metabolismo; además de los genéticos, psicológicos, sociales, medioambientales y otros factores médicos, como la medicación para otras patologías como pueden ser los antidepresivos o los corticoides.
Atendiendo a estos factores y a cómo se combinan, apunta la doctora Ciudin, se puede decir que » hay tantas obesidades como personas que la padecen «. Por lo tanto, «hay varios tipos de obesidad, no se trata de una única enfermedad, sino un conjunto de enfermedades heterogéneas, neuroendocrinas, que finalmente se expresan por acúmulo o disfunción de grasa corporal, alteración de la regulación del apetito y el metabolismo, pero con fenotipos y necesidad de abordaje distintos».
Estos son los motivos por los que, además, las respuestas a diversos tratamientos que se usan actualmente para la obesidad no sean homogéneas, habiendo respondedores y no respondedores . «Hasta ahora se pretendía tratar a todo el mundo basándose en la estrategia de talla única en vez de tener en cuenta el tipo de obesidad y elegir el tratamiento más adecuado», admite la Ciudin, quien advierte «un cambio radical de paradigma, apostándose ahora por ir hacia una medicina de precisión y el abordaje integral personalizado de las obesidades».