Rueda exige a los suyos máximo esfuerzo para que Galicia no sea «un trofeo» de Sánchez: «Se puede perder todo»
La llamada a la movilización centra un acto, con 1.500 asistentes, en el que Rueda ratifica que la política estatal pesará en la campaña del 18F
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 8
Máximo «esfuerzo» e «implicación» y «cero» caer en la confianza o el conformismo pese a que las encuestas le dan opciones de mantener la mayoría absoluta en manos populares. Es la «exigencia» que el líder del PP gallego, Alfonso Rueda, ha hecho a los suyos este domingo, en un mitin en el que ha lanzado un doble mensaje: que «no hay nada ganado y se puede perder todo», y la apelación a evitar que Galicia sea «un trofeo en La Moncloa y una sucursal de serie B del independentismo» .
Con alguna mascarilla puntual en el evento, y tras una bienvenida a cuatro voces en representación de todas las provincias y perfiles (Borja Verea, Nicole Grueira, Marta Nóvoa y José López Campos), Rueda ha tenido su puesta de largo y ha quedado, entre aplausos de unos 1.500 militantes y simpatizantes, formalmente proclamado candidato a la Xunta.
Lo es por primera vez, tras la sucesión de Alberto Núñez Feijóo, y lograr al menos 38 escaños el 18 de febrero le permitiría sumar la quinta mayoría absoluta para el PPdeG desde el año 2009 –la «primera» propia–. La encuesta de Sondaxe que publica La Voz de Galicia este domingo le da opciones y le otorga 39 actas, tres menos que en 2020, que irían a parar ahora a BNG, PSdeG y Sumar.
En esta coyuntura, Rueda ha protagonizado un acto muy centrado en los cuadros gallegos –participaron los principales dirigentes y todos los conselleiros– y con el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, como representante de la dirección estatal. En todo caso, Rueda, quien ha tenido palabras de recuerdo también para Gerardo Fernández Albor y Manuel Fraga, ha evitado equívocos: Feijóo «suma» y estará «muy presente» en la campaña gallega.
De hecho, además de prometer una «campaña digna», Rueda se ha centrado en apelar a la movilización ante el sprint final previo a las urnas, pero también ha introducido mensajes en clave nacional, lo que ratifica el peso que la política estatal tendrá en el último tramo de la carrera hacia las urnas del próximo 18 de febrero.
Por ejemplo, frente a quienes dijeron que «nunca» aprobarían una ley de amnistía y la han sacado «antes que la de presupuestos», ha reivindicado la «política de la confianza». Todo ello, en una intervención en la que también ha cargado contra el BNG y ha defendido una Galicia «con personalidad propia» y «abierta» frente «al nacionalismo enfurruñado».
«VOY A SER MUY EXIGENTE»
Rueda ha arrancado su intervención con un aviso de que se iba a emocionar, lo que luego sucedió en varias ocasiones, sobre todo en la parte inicial de su discurso, un amplio capítulo de agradecimientos en el que citó a su equipo, a su familia y a sus conselleiros, presentes en el acto.
Lo abandonaron de forma más precipitada los responsables de Mar, Alfonso Villares, y Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, de los que el presidente ha destacado que están «al pie del cañón» ante los pellets «por mucho que otros se empeñen en decir lo contrario». Tenían una reunión vinculada con la situación generada por las bolas de plástico llegadas en los últimos días a numerosos arenales gallegos.
Luego ha sido el turno de reivindicar su trayectoria política, con años de militancia a cuestas, y ha reiterado que él no tenía la «ambición» de liderar el PPdeG y presidir la Xunta. Pero ya en faena, ha anticipado que quiere hacerlo «bien» y «estar a la altura». Por ello, ha avanzado que será «muy exigente». «Pediré la implicación de todo el mundo, cero confianza y conformismo», ha dicho, antes de añadir: «No hay nada ganado y se puede perder todo, nuestro peor enemigo es el conformismo».
Él ha dicho que es consciente de su responsabilidad, pero igual que ha pedido al partido que no se «confíe», le ha instado a tener confianza en él como líder, y ha reiterado que hay que trabajar y esforzarse. «Lo voy a pedir como candidato a la Presidencia de la Xunta, y como Alfonso Rueda, militante de base. Pero también convencido de que la buena política sirve para mejorar las cosas», ha proclamado.
A su modo de ver, remar con fuerza es preciso porque los integrantes del PPdeG deben estar «a la altura» del partido, «el primero y el que más se parece a Galicia». Pero también ha pedido llevar la enseña popular «con la cabeza bien alta» y ha reivindicado «con todo el orgullo» a Albor, a Fraga y a Feijóo.
«Va a estar muy presente estos días. Suma como otros que están en La Moncloa restan y quiero pedir un aplauso para Feijóo», ha sentenciado, comprometido con una «campaña digna», sin «descalificaciones» y «sin hablar mal de Galicia, de los servicios y de los servidores públicos» –después aludió de forma expresa a la sanidad pública, con la saturación de urgencias en el foco durante los últimos días–.
«Yo me voy a centrar en Galicia y voy a hablar de Galicia porque es lo que la gente me pide y merece en estos tiempos. Quiero seguir siendo presidente de Galicia porque la gente cree en mi palabra y para eso hay que demostrar con hechos que vale de algo», ha enfatizado, antes de pedir apoyo para mantener una mayoría absoluta que le permita seguir gobernando «debiéndose» solo a los gallegos.
Tras llevar semanas afeando el fantasma de un «multipartito» de izquierdas en el que los populares sitúan como mínimo a BNG, PSdeG y Sumar Galicia, Rueda ha recalcado este domingo que solo un apoyo «mayoritario» en las urnas que se traduzca en al menos 38 escaños evitará «componendas» en los despachos o uniones posteriores al 18F.
«UN TROFEO» PARA SÁNCHEZ
Y aunque explicitó su deseo de centrar la campaña en Galicia, Rueda ha hecho pasar por Madrid buena parte de los mensajes de su acto de proclamación. Así, ha rechazado la «política del todo vale», que ha identificado con Sánchez y ha mencionado «a los que decían que nunca aprobarían una ley de amnistía y lo harán antes de la de presupuestos. «¡Con la falta que nos hace una ley de presupuestos en España!», ha exclamado.
También ha aludido a la condonación de la deuda a Cataluña o a las promesas de «fabulosas rebajas en las autopistas». «No es magia, son tus impuestos, dicen. Pero llegaron con los Reyes Magos y besaron la locomotora. Que es lo único que tenemos», ha reprobado en relación a la reciente visita y a los anuncios del ministro Óscar Puente, en materia ferroviaria.
En el polo opuesto, ha apelado «a la política de la confianza». «Para ofrecer confianza hay que ser confiable, y en ellos no podemos confiar», ha agregado, antes de insistir en que hay que «trabajar» para que Galicia «no sea simplemente un trofeo que colocar en la vitrina de La Moncloa». «Para que Galicia no sea un lugar al que venir media hora en Falcon inventándose un acto institucional al que por supuesto no invitan a la Xunta, para después estar 20 minutos, soltar lo de siempre e irse», ha apostillado.
Para ello, ha dicho, quiere trabajar y se presenta el 18F. Pero también ha puesto en el foco a un BNG que «intenta vender lo invendible» y ha reivindicado que no quiere que las elecciones del 18F sean «una justificación de que España puede seguir siendo una España desigual, que es lo que quiere Sánchez».
«No estoy dispuesto a convertir Galicia en una sucursal más del independentismo. Encima, en una sucursal de serie B. Ni de broma. Para eso me presento también, Galicia tiene su personalidad», ha esgrimido el dirigente popular, quien ha defendido «la estabilidad y el sentidiño «, posicionándolos en las antípodas del «nacionalismo enfurruñado».
Rueda ha concluido con una reivindicación de medidas de su gobierno con la mención expresa de algunas como la gratuidad total de la educación infantil de 0 a 3, y la proclama de que quiere «una Galicia amable que no sea patrimonio del nacionalismo ni de las izquierdas que se van a juntar» si el PPdeG no logra la absoluta el 18F.