RSF y más de una treintena de ONG piden justicia para Caruana Galizia en el quinto aniversario de su asesinato
Aplauden la condena contra los hermanos Digiorgio como sicarios de la muerte y centran sus miras en los autores intelectuales
Reporteros sin Fronteras y más de una treintena de ONG han presentado este domingo un comunicado conjunto en el que recuerdan la memoria de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia, especializada en casos de corrupción política, asesinada exactamente hace cinco años, y piden a las autoridades que aceleren los trámites para hacer justicia con los acusados de su muerte.
Si bien los hermanos Alfred y George Degiorgio fueron sentenciados el viernes pasado a 40 años cada uno por su papel como «sicarios» en el asesinato de la periodista, las ONG lamentan que, a pesar de este «avance positivo», los procedimientos legales contra los presuntos proveedores de bombas y el presunto autor intelectual «siguen pendientes».
Galizia estaba trabajando en una grave filtración de datos relacionados con un proyecto para la construcción de una central eléctrica en el que estaba presuntamente involucrada una tapadera que recibiría fondos de compañías de Panamá, vinculadas al entonces ministro de Energía, Konrad Mizzi, y al que fuera jefe de Gabinete del Gobierno, Keith Schembri.
La Fiscalía ha acusado a los tres hombres de colocar la bomba bajo el asiento del conductor del coche de Galizia y de detonar la carga posteriormente desde una embarcación. No obstante, ha sido el millonario Yorgen Fenech el acusado de idear el asesinato.
Los cargos impuestos contra él se basan en el testimonio de un taxista, Melvin Theuma, que habría servido de intermediario entre Fenech y los hermanos Degiorgio. Theuma ha sido exonerado a cambio de sus declaraciones, mientras que Fenech ha negado todos los cargos imputados.
Las ONG también denuncian a las autoridades maltesas por una «falta de voluntad política» desde el asesinato de la periodista para reformar el sistema de protección a los trabajadores de la información en el país y expresa sus dudas «sobre si la clase política de Malta ha sacado alguna lección del asesinato».