Roldán (AEB) no cree que la dependencia al turismo en España sea un error, pero admite que supone un castigo
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, no cree que la excesiva dependencia al turismo en España sea un error, aunque sí que ha reconocido que supone un castigo en el marco de la actual crisis generada por la expansión del coronavirus.
Así lo ha puesto de manifiesto Roldán en una rueda de prensa telemática celebrada con motivo de la presentación del Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas (CGE).
«Esta es una crisis que no está relacionada con errores políticos», ha indicado, añadiendo que resulta «bastante absurdo» que se haga referencia a la excesiva dependencia al turismo en España, porque los países se dedican a aquello en lo que tienen ventajas competitivas.
En cualquier caso, ha admitido que supone un elemento de «castigo injusto, de aleatoriedad y de desigualdad», porque la crisis del coronavirus está impactando de manera diferente sobre cada estructura económica.
También ha explicado que la situación que se está viviendo es excepcional, debido a que un escenario como el actual solamente se debería vivir una vez cada 1.000 años, mientras que en un espacio de apenas trece años han coincidido dos crisis muy extraordinarias.
Este espacio temporal tan reducido ha provocado que España haya tenido que afrontar esta crisis con una deuda ligeramente por debajo del 100%, provocando que los márgenes de maniobra sean mucho menores.
Adicionalmente, existe una fuente de incertidumbre «muy poco habitual» debido a que no se sabe mucho del virus, por lo que la recuperación se prevé «compleja, incompleta e incierta». También será muy desigual por países, por sectores e incluso por empresas.
Con todo, el presidente de la AEB ha llamado a «no obsesionarse con las cifras de crecimiento» porque los datos que se irán conociendo tendrán un contenido informativo muy limitado. «Lo importante será la evolución a medio y largo plazo», ha apostillado, al tiempo que ha insistido en que se debe aprovechar para tomar medidas que permitan una reconstrucción económica que cree un futuro mejor, basado en la sostenibilidad.
En el encuentro también ha participado el presidente del CGE, Valentín Pich, que, tras agradecer su participación a Roldán, se ha mostrado de acuerdo con «la necesidad de modernizar la economía».
A este respecto, Pich ha indicado que los fondos comunitarios han de servir para acelerar las reformas estructurales para mejorar la productividad, invirtiendo en proyectos más innovadores e introduciendo cambios en el mercado de trabajo.
El presidente del CGE ha subrayado que la aprobación de los nuevos presupuestos adaptados a la realidad actual es «urgente» y ha pedido que deben incorporen además el destino de las ayudas europeas, dado que deberán estar asignadas a proyectos concretos que ayuden a la reactivación de la economía.
REVISIÓN A LA BAJA DE LAS PREVISIONES
El presidente de la comisión financiera del CGE, Antonio Pedraza, ha afirmado que «la caída del turismo y del comercio minorista en los meses de julio, agosto y septiembre, con un peso en el PIB en torno al 25%, les ha llevado a estimar que el crecimiento del último trimestre será más moderado, entre un 6,5% y 9%.
Por esta razón, el CGE ha revisado a la baja su previsión de crecimiento del PIB en 2020 hasta el 12,2%. «Para 2021, se estima que el crecimiento podría situarse en torno al 7,2%, teniendo en cuenta el efecto que los Fondos Europeos, de alrededor del 1%, tendrá en la actividad económica», ha indicado Pedraza.
Por otro lado, el coordinador del Observatorio Financiero Salustiano Velo ha dicho que «la incertidumbre acerca de la situación sanitaria, y por ende de las perspectivas económicas, hacen prever que tanto el consumo privado como la inversión y las exportaciones se mantengan en tasas negativas», al tiempo que Monserrat Casanovas, también coordinada del estudio, ha constatado el efecto negativo de la pandemia sobre los mercados.