El grado de litigiosidad en el sistema de franquicias alcanza el 0,09% en los últimos 20 años
El grado de litigios en establecimientos en régimen de franquicia se ha situado en el 0,09% para el periodo comprendido entre los años 2002 y 2022, según los datos extraídos de la séptima edición del Observatorio de la Jurisprudencia de Franquicias en España , elaborado por el Comité de Expertos Jurídicos de la Asociación Española de la Franquicia (AEF), con la colaboración de Banco Sabadell.
Desde el 2002 al 2022, ambos años inclusive se han dictado un total de 850 sentencias, en concreto, 831 en Audiencias Provinciales, 18 en el Tribunal Supremo (TS) y 1 en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
De estas 831 sentencias, 476 (el 57,28 %) fueron instadas por el franquiciador y 341 por franquiciados (el 41,03 %). Asimismo, del total 556 se resolvieron a favor del franquiciador (el 66,90 %) y 270 (el 32,49 %) fueron favorables a los franquiciados.
Por sectores, los dos que presentan una mayor litigiosidad son los de Hostelería y Restauración, con un total de 63 procedimientos, y Moda, con 56.
Asimismo, les siguen Belleza y Estética, con 44 procedimientos, Servicios de Transporte, con un total de 39, y Servicios Financieros, con 31 litigios.
El estudio también revela que el 57,28% de los procedimientos han sido instados por el franquiciador, al tiempo que el porcentaje medio de resoluciones favorables al franquiciador es del 66,90%.
Entre los motivos principales de conflicto entre franquiciador y franquiciado, este observatorio destaca la nulidad del contrato de franquicia por vicios en el consentimiento del franquiciado, la nulidad del contrato por falta de objeto del mismo y el incumplimiento del franquiciado por vulneración de la cláusula de no competencia poscontractual, entre otros.
Para la presidenta de la AEF, Luisa Masuet, la media del 0,9% en los últimos 21 años analizados despeja las dudas que pudiera haber sobre los conflictos entre franquiciadores y franquiciados, al tiempo que demuestra la madurez, la solidez y la autorregulación de este modelo de comercio, que apuesta por dirimir las posibles disputas entre ambas partes de forma extrajudicial.
