Ribera niega haber sido «relegada» en la desescalada y afea a PP y Vox sus «mentiras» y «autobombo ideológico»

El PP le reprocha que no está preparada para ser ministra y Vox las muertes en las residencias que llevará «a más de uno a la cárcel»

La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, ha recriminado este jueves al PP y al Vox que coincidan en hacer «autobombo ideológico» y en contar «mentiras» para atacar la gestión gubernamental de la crisis del coronavirus en lugar trabajar por la unidad en la búsqueda de medidas para afrontar las consecuencias que va a dejar la pandemia. Además, ha defendido ante ambos grupos, que no ha sido «relegada» de la gestión de la desescalada cuyo plan contribuyó a elaborar en coordinación con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, por orden del presidente del Gobierno.

Ribera ha comparecido ante la Comisión de Transición Ecológica del Congreso para explicar la actuación de su departamento ante la crisis del Covid-19 y ha dedicado parte de su réplica a contestar a las críticas que previamente le habían dedicado tanto los de Santiago Abascal como los de Pablo Casado.

Desde Vox, Luis Gestoso, ha sido muy duro con la gestión del Gobierno «de coalición antisistema», al que ha vuelto a instar a dimitir para dar paso a un Ejecutivo de Emergencia Nacional y ha dejado claro que su partido se afanará para recuperar la normalidad anterior al virus, no la «nueva normalidad» que, según su pronóstico, «los hombres totalitarios» del Gobierno quieren que llegue España con «el hombre nuevo de Mao o del Ché».

DESESCALARNOS DEL SECUESTRO

«Queremos desescalarnos del secuestro de nuestras libertades», ha proclamado Gestoso, quien también ha dejado caer que «no hay ninguna emergencia climática en España» y que, «si la hay, les importa un rábano a los españoles».

Como colofón, ha cargado las tintas por el gran número de muertes por coronavirus registradas en residencias de ancianos y ha apuntado la posibilidad de que se acabe comprobando que ha habido un «gerontocidio» que lleve «a más de uno a la cárcel».

Los cuatro portavoces que han intervenido en nombre del PP lo han hecho para criticar la actuación de Ribera y subrayar que ha sido «relegada» del liderazgo del plan de desescalada por «perlas» como decir a los hosteleros que si no se sentían cómodos con la situación no abrieran», como le ha recordado Juan Diego Requena.

También le han afeado que situara a España en la «gama alta de éxito» en esta crisis cuando, en opinión de Diego Gago, hemos sacado un «cero» en todo. «No está preparada para llevar un ministerio», le ha soltado Paloma Gárquez, mientras que su compañera Carmen Navarro ha llegado a invitarla a dejar el cargo «si no se siente cómoda» en el «Gobierno de la radicalidad».

DECEPCIONADA CON EL PP

En su turno de réplica, la ministra ha tirado de las expresiones utilizadas por Gestoso para calificar de «autobombo ideológico» las intervenciones de PP y Vox y ha confesado sentir una «gran decepción» por comprobar que, lejos de hacer propuestas, el primer partido de la oposición ha hecho un discurso muy similar al del representante del partido de Abascal.

«El PP es un partido con grandes responsabilidades de gobierno en comunidades responsables de la gestión de sanidad, las residencias y la educación», ha deslizado, llamando la atención sobre la «falta de responsabilidad y de propuestas» de la que, a su juicio, han hecho gala los cuatro portavoces de un partido que, ha dicho, «aspira a ser liberal y central».

«Pretenden esconder el pasado de lo que ha ocurrido y optar por el insulto y el cuanto peor, mejor; espero que se les pase pronto» y que, en lugar de quedarse en «chascarrillos y afirmaciones grandilocuentes», trabajen por el consenso en la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social que se ha creado en el Congreso.

Además, ha enfatizado que no ha sido «relegada» de la gestión de la desescalada y que tiene «todo el sentido» que el presidente del Gobierno quiera hacer un seguimiento directo de todo este proceso. «Están empeñados en atribuirme un relevo, pero no ha sido así», ha zanjado Ribera.

En su intervención inicial, la ministra de Transición Ecológica ha detallado que para el diseño del plan de desescalada se ha consultado la opinión de expertos en epidemiología, salud pública, deuda, nuevas tecnologías, filosofía, desigualdad, inteligencia artificial, economía y relaciones internacionales, actores económicos y sociales así como responsables institucionales, a los que se seguirá consultando durante todo el proceso que queda por delante.

Además, Illa ha contado con el apoyo del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y su Comité Científico con el objetivo de «actuar siempre con la mayor prudencia y el mejor conocimiento» y es que, según ha destacado, el plan se ha elaborado conforme a los principios de «prudencia y seguridad sanitaria», «gradualidad», «gobernanza y corresponsabilidad».

En este sentido, la ministra ha defendido que ha existido una «gran sintonía» con las comunidades autónomas en este proceso, aunque haya podido haber «distintos puntos de vista sobre aspectos concretos», así como que se han incluido en el plan de desescalada entre un 85% y 90% de las propuestas de los gobiernos autonómicos. «El plan pretende reflejar una gestión de gobierno, administrativa, pero sobre la base congruente con el mejor conocimiento técnico del que disponíamos», ha indicado.

También ha subrayado que se ha ideado una «gestión asimétrica» de esta nueva fase basada en la «cogobernanza» y que debe ser «coordinada» para «asegurar que no se producen rebrotes no gestionables de un territorio a otro». En este punto, ha remarcado que la evolución dependerá de la «solvencia, la responsabilidad y los niveles de autoprotección individuales», pero también de la solvencia y la respuesta de cada administración, sobre todo en el supuesto de que produzca algún rebrote ante el que será necesario actuar «de inmediato» y dar «marcha atrás» de manera concertada.

«Esperemos que esto no se produzca, pero tenemos que estar preparados para el supuesto de que ocurra, como ha pasado en otros países», ha añadido Ribera, quien ha incidido en que se ha acordado con las comunidades las «métricas básicas y comunes de seguimiento del estado sanitario de cada territorio y sus capacidades sanitarias mínimas», que son las que se utilizan como base para la decisión de los posibles cambios de fase.

CRÍTICAS «ESTÉRILES»

Por su parte, los partidos que apoyan al Gobierno ha utilizado sus réplicas para cargar contra el PP y Vox. El socialista Germán Renau ha tachado de «estériles» sus críticas al Ejecutivo y ha recriminado al PP que alabe la gestión de presidentes autonómicos que deberían tener «más escondidos», en referencia a la madrileña Isabel Díaz Ayuso. También Antidio Fagúndez ha echado en cara a los populares que hayan recortado en Sanidad, lo que ha llevado, a su juicio, a que se haya sufrido una debacle por ejemplo en residencias de ancianos por el coronavirus.

Desde Unidas Podemos, Juan López de Uralde, ha pedido a Vox que escuche a los científicos ante la pandemia y ante el cambio climático. A los diputados del PP les ha afeado que sus medidas para la salida de la crisis del 2008 fueron una «contrarreforma ambiental» y les ha conminado a que no vayan dando lecciones.

Por último, María Muñoz, de Ciudadanos, ha lamentado que durante la comisión determinados grupos políticos se hayan dedicado «a tirarse los trastos a la cabeza», ha pedido por ello perdón a los españoles y ha asegurado que a su partido «no le encontrarán en el insulto o en la crítica destructivas».

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