Ribera acusa a Imaz (Repsol) de «negacionismo» y retardismo» en su discurso sobre la transición energética
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha acusado al consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, de defender un discurso de «negacionismo y retardismo» respecto a la manera en que se está abordando desde Europa la transición energética para luchar contra el cambio climático.
En declaraciones a La Sexta recogidas por Europa Press, Ribera aseguró que tenía «un gran respeto» por Imaz, aunque subrayó que le parece «crecientemente decepcionante» y «populista» su mensaje pidiendo repensar la transición energética.
La ministra se refería así a la intervención del ejecutivo de Repsol en un panel del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), en el que el directivo consideró que la manera de abordar la descarbonización desde Europa estaba basada en «una aproximación ideológica» con respecto a la transición ecológica e insistió en la necesidad de «repensar» la política en materia energética.
A este respecto, Ribera indicó que «si hay algo que está claro es la incidencia de los hidrocarburos y de la quema de combustibles fósiles» en la seguridad climática, así como en «la calidad de nuestra vida o en los fenómenos meteorológicos extremos, que representan la pérdida de miles de vidas y miles de millones al año en todo el mundo», dijo.
Por ello, acusó a Imaz de cuestionar de «una manera mucho más sutil, demagógica, populista» el hecho de que se activen políticas contra el cambio climático, sabiendo que «evidentemente en ese proceso de transformación las cosas no cambian de un día para el otro».
«Ojalá pudiera ser mucho más rápido, mucho más ágil, pero somos economías que somos adictas a los combustibles fósiles y romper esa adicción, como ocurre con otras muchas adicciones. Debe de ser paulatino, ha de ser aprovechando los procesos de cambio que nos permitan generar oportunidades, pero garantizando la seguridad de las personas también en el suministro energético porque la energía no es un fin en sí mismo, es el bienestar en nuestros hogares», añadió al respeto.
Por ello, calificó el comentario del consejero delegado de Repsol de «interesado» en generar una reacción en contra de las políticas de lucha contra el cambio climático.
«Desgraciadamente, aunque él personalmente sabe que se necesitan las políticas de lucha contra el cambio climático, es una manera clásica de negacionismo y retardismo, cosa, como digo, que nunca hubiera esperado de un señor como es Josu Jon Imaz», aseveró, añadiendo, además, que el directivo «hace un uso perverso de la información».
«Por supuesto que sus refinerías son eficientes, por supuesto que mantienen estándares ambientales con arreglo a la legislación vigente y calidad de empleo entre sus trabajadores, creo que esto es obvio. Pero creo que él también sabe que debemos desconectarnos de los combustibles fósiles y hasta 200 países, incluidos los grandes productores y por supuesto los grandes consumidores de energía en el mundo, han llegado a esa misma conclusión en la COP de Dubái hace apenas un mes», recalcó.
Igualmente, lamentó la defensa de Imaz de «una especie de neutralidad tecnológica como si cupieran tecnologías que siguieran emitiendo gases de efecto invernadero sobre la base de quema de combustibles fósiles».
«Es absurdo. Así que me parece que es sobre todo un ejercicio de palabras y creo que no se trata de jugar con las palabras, se trata de sentarse a trabajar para hacer realidad», concluyó.
IMAZ DEFIENDE UNA VISIÓN «INCLUSIVA» DE LA TRANSICIÓN.
El consejero delegado de Repsol se ha erigido en los últimos tiempos en una de las voces más críticas del sector empresarial contra las políticas del Gobierno, especialmente frente al impuesto especial para las energéticas, vigente para 2023 y 2024, y que se mantendrá aunque con otro diseño que incluirá en los Presupuestos incentivos a la reinversión.
En su intervención en el foro Davos, Imaz consideró que es «importante tener una visión comprensiva y inclusiva de la transición». «Si no, vamos a fallar», dijo.
En este sentido, advirtió de que los trabajos industriales se encuentran «amenazados» y puso como ejemplo que Repsol, como propietario de cinco refinerías en España, puede pensar con estos mensajes en cómo se está planteando la descarbonización que ya no son necesarias y cerrar, con la consecuente destrucción de empleo o generación de menos y de peor calidad.
«Tenemos que descarbonizar el mundo, es verdad, pero descarbonizar no significa electrificar. Eso no es verdad. La electrificación es una parte importante, y nosotros también somos parte de este proceso de electrificación», dijo.