Revilla cree que cerrar el interior de hostelería «no cambiará mucho la cosas» pero es «un palo» para el sector

Opina que «fue un error» permitir que la mascarilla no sea obligatoria en exteriores

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha cuestionado hoy la eficacia de cerrar el interior de la hostelería como medida para combatir la expansión del coronavirus. Ha dicho que no le «gustaría» ser «los más vanguardistas en medidas que afectan de una manera muy grave a un sector básico de la economía», además de que, en su opinión, cerrar los interiores «no cambiará mucho la cosas» pero es «un palo» para el sector en plena temporada alta.

Revilla se ha pronunciado así a preguntas de la prensa, antes de conocer el nuevo semáforo Covid que publicará hoy la Dirección General de Salud Pública y del que dependerá la adopción de medidas «muy duras» en algunos casos, según avanzó ayer el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez.

Cuestionado al respecto, el presidente ha dicho que no le «gustaría» aunque «si lo hacen hay que aceptarlo», ser «los más vanguardistas en medidas que afectan de una manera muy, muy grave a un sector básico de la economía».

«Si la medida que se adopta hoy es cerrar los interiores, es un palo muy fuerte a un sector fundamental en la época veraniega para Cantabria» y «un palo enorme a la evolución, no extraordinaria pero relativamente buena, de lo que está siendo el verano y en las circunstancias en las que estamos».

Según Revilla, Cantabria es la tercera comunidad con mayor nivel de ocupación mientras el país está sumido en una quinta ola de Covid «tan virulenta, que nadie podía prever».

El presidente ha recordado que el año pasado en Cantabria «salvamos la situación porque no hubo Covid durante el mes de julio y más de la mitad de agosto».

Y ha insistido en que cerrar ahora el interior de los locales es «un palo», que además ha cuestionado. «No sé si la medida, sinceramente, va a alterar mucho la situación», ha opinado, subrayando que «es Sanidad la que decide» aunque personalmente no cree que este hecho «cambie mucho el rumbo de las cosas».

«Y las medidas estas parciales que se toman de hacer cierres, si las toma Sanidad, pues yo las acepto, pero no sé hasta qué punto son eficaces», ha reiterado.

«Tenemos que tener muchísimo cuidado, pero de cerrar los interiores, pues es un palo para el sector hotelero muy, muy importante. Pero como tantas veces he señalado, el presidente del Gobierno de Cantabria no mete la cuchara en los temas sanitarios porque así está reglamentado; las resoluciones las hace en un equipo de expertos muy buenos que tenemos en Cantabria», ha abundado.

Revilla ha dicho que siempre ha sido partidario de conciliar las precauciones sanitarias con «no parar la economía».

Al respecto, ha destacado que el año pasado Cantabria fue la región con mayor llegada de turistas «y las consecuencias sanitarias no fueron peores que las de la media de España». «Y ahora es cierto que estamos en una situación complicada, pero estamos en la dinámica de todos, dos puntos por debajo de la media de España», ha indicado.

Y ha animado a los turistas a venir a Cantabria, que «es una región segura». «Si ustedes no quieren contaminarse, no se van a contaminar», ha asegurado, al tiempo que ha censurado las «aglomeraciones» donde los jóvenes se están contagiando «a una velocidad de vértigo».

CUIDADO Y VACUNA

Para Revilla, el hecho es que hay convivir con el virus y frente a ello solo cabe «cuidarnos y vacunas».

En el segundo caso, esta semana «no hay buena noticia» porque Pfizer, el principal proveedor, ha reducido las entregas, con lo que, según el regionalista, «la gran esperanza que es estar el ochenta por ciento vacunados al final de agosto no se va a alcanzar». Por ello ha reclamado «vacunas, vacunas».

El jefe del Ejecutivo ha reconocido que la situación hospitalaria es «muy complicada» y que «no tanto preocupa el número de contagios como que una parte de ellos van a las camas de los hospitales y a las UCI», con lo que el Servicio Cántabro de Salud está «muy saturado» así como algunos consultorios.

Por eso cree que hay que «seguir cuidándonos». «Hay gente que no lo hace, la mayoría sí, pero basta con que algunos no lo hagan para que el contagio se produzca».

«Ahí los remedios somos nosotros mismos ahora; que llegáramos a la conclusión de que hay que aguantar un mes y medio hasta que estemos vacunados…, que estamos todavía en una ola de muchísimo contagio y luego, la vacuna», ha defendido.

EL «ERROR» DE LAS MASCARILLAS

Por otra parte, Revilla ha reconocido que personalmente cree que «fue un error» liberar del uso de mascarillas en exteriores, «no tanto por la incidencia» que haya podido tener en la expansión del virus como por el «efecto psicológico que hizo en la población el que desde los altos poderes se dijese fuera mascarilla «.

El presidente ha afirmado que «el mayor engorro» para él ha sido «llevar ese careto puesto, es lo más incómodo del mundo, pero yo dije aquel día que no me la iba a quitar».

«Psicológicamente la gente entendió si ya no hace falta mascarilla qué bien …, lo interpretaron como que ya estábamos libres de Covid y todos sabíamos que esta cepa Delta era tremenda», ha comentado.

Según el regionalista, médicos de todo el mundo sabían que esta cepa «venía muy fuerte» y quitar la mascarilla «ha sido un error porque la gente ha interpretado eso como que estábamos libres de esta pandemia y esta pandemia es más agresiva en contagios que la que tuvimos primero en la primera ola».

El presidente se ha pronunciado así en Noja, durante la inauguración las jornadas culturales en homenaje a Luis Vicente de Velasco.

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