Reconoce que abusó de un menor en la sauna de un gimnasio y acepta tres años de cárcel
El juicio se ha celebrado en la Audiencia cántabra con conformidad de las partes y con las atenuantes de dilaciones y reparación del daño
El joven acusado de abusar de un menor de 15 años en la sauna de un gimnasio ha reconocido este jueves los hechos en el juicio contra él, celebrado en la Audiencia Provincial de Cantabria con conformidad de las partes y en el que ha aceptado tres años de cárcel, frente a los nueve que solicitaba inicialmente la Fiscalía.
El ministerio público ha modificado su escrito provisional para aplicar en este delito de abuso sexual a menor de 16 años la normativa más favorable al reo y, también, las atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación del daño, al haber consignado el procesado los 4.000 euros de indemnización reclamados por la acusación particular en concepto de responsabilidad civil.
En el escrito consensuado con la defensa y que se llevará a la sentencia también se impone al procesado el pago de las costas, cinco años de libertad vigilada y otros tantos de prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima, dos menos que en la petición anterior.
Y además, ocho años de inhabilitación especial para el desempeño de actividades y funciones que conlleven contacto regular con menores -antes eran diez- y seis meses de privación de la patria potestad o inhabilitación para ejercerla, frente a los seis años iniciales.
La sesión se ha desarrollado en la Sección Primera de la Audiencia y la Sala dictará sentencia de conformidad, sobre la que ha decretado ya la firmeza de la misma, tras comprometerse las partes a no recurrir el fallo.
En la resolución se recogerán los hechos considerados probados que, según el escrito del fiscal, se produjeron cuando el enjuiciado, «con ánimo libidinoso y sin el consentimiento» del chico, le realizó una felación y, después, «trató de introducirle un dedo por vía anal», sin conseguirlo.
El joven apartó al acusado de un empujón y se marchó. A consecuencia de esto, dejó de ir al gimnasio, no sale solo de casa y siempre va acompañado por «el miedo que sufre».