RDCongo.- RDC denuncia que el disparo de Ruanda contra uno de sus aviones «equivale a un acto de guerra»
Kinshasa rechaza las acusaciones de Kigali y subraya que el avión «no sobrevoló espacio aéreo ruandés»
El Gobierno de República Democrática del Congo (RDC) ha negado la versión de Ruanda sobre una supuesta incursión de un avión de combate congoleño en el espacio aéreo ruandés y ha resaltado que el disparo de un misil por parte de Kigali contra el aparato «equivale a un acto de guerra».
El Ministerio de Comunicación congoleño ha señalado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social Twitter que «condena y denuncia firmemente el ataque contra uno de sus aviones Sukhoi-25 por parte del Ejército de Ruanda».
«Este caza fue atacado cuando llevaba a cabo su aterrizaje en la pista del aeropuerto internacional de Goma. Los disparos ruandeses fueron dirigidos contra una aeronave congoleña que volaba en territorio congoleño. No sobrevoló espacio aéreo ruandés. El avión aterrizó sin grandes daños materiales», ha detallado.
Así, ha recalcado que «el Gobierno considera este enésimo ataque de Ruanda como una acción deliberada de agresión que equivale a un acto de guerra que no puede tener otro objetivo que sabotear los esfuerzos en marcha en la aplicación de las acciones acordadas en los procesos de Luanda y Nairobi para restaurar la paz en el este de RDC y en la región de los Grandes Lagos».
«Este ataque se suma a la ofensiva lanzada esta mañana (por la mañana del martes) por el Ejército ruandés hacia Kitshanga, inmediatamente repelida por las Fuerzas Armadas de RDC», ha apuntado, en referencia a los enfrentamientos en la zona con el grupo Movimiento 23 de Marzo (M23). Kinshasa acusa a Kigali de dar apoyo a los rebeldes.
«A pocos días de inicio de operaciones de registro de votantes en el centro y en el este del país –de cara a las próximas elecciones–, el Gobierno llama la atención de la comunidad internacional sobre la necesidad y la urgencia de mantener la presión sobre Ruanda y el movimiento terrorista M23 para que cesen la violencia, que supone el riesgo de hipotecar estas operaciones en año electoral», ha advertido.
Por último, el Ministerio de Comunicación congoleño ha recalcado que sigue «comprometido con los diferentes procesos de paz» y ha hecho hincapié en que «se reserva el derecho legítimo a defender su territorio nacional, algo que no dejará de hacer».
El comunicado ha sido publicado horas después de que Kigali denunciara que un Sukhoi-25 de la Fuerza Aérea de RDC había violado su espacio aéreo, el tercer incidente de este tipo que denuncia Ruanda desde noviembre de 2022. «Se han tomado medidas defensivas. Ruanda pide a RDC que detenga esta agresión», reza un breve comunicado el Gobierno ruandés.
ENFRENTAMIENTOS EN KITSHANGA
El incidente tuvo lugar en una jornada en la que se registraron nuevos combates entre el Ejército y el M23 en los alrededores de Kitshanga, sin que por el momento haya informaciones sobre víctimas. Los enfrentamientos provocaron además un nuevo desplazamiento de población buscando huir de la violencia.
Previamente, el M23 había denunciado que el Ejército congoleño y varias milicias aliadas habían lanzado varias ataques contra sus posiciones y dijo que Kinshasa «está haciendo difícil que el M23 aplique las resoluciones de la minicumbre de Luanda y el proceso de paz en Nairobi».
En un segundo comunicado publicado tras los enfrentamientos, el grupo rebelde denunció «ataques provocativos e interminables» por parte del Gobierno y sus milicias aliadas. «La citada coalición y sus mercenarios atacaron nuestras posiciones y a desplazados internos que habían hayado refugio en nuestras zonas. Seguimos defendiéndonos y protegiendo a nuestra población civil», dijo.
«Estos ataques no son una sorpresa, teniendo en cuenta el comunicado del 17 de enero, firmado por el ministro de Exteriores, Christophe Lutundula, que es una declaración de guerra», ha sostenido, después de que Kinshasa acusara al grupo de no completar su repliegue en las fechas previstas.
«Es necesario recordar que la coalición que nos ataca incluye a grupos mai-mai que han firmado un compromiso de entregar las armas bajo auspicios del proceso de paz en Nairobi. Desafortunadamente, en lugar de desarmarlos, el Gobierno de RDC les ha dado más armas y les ha desplegado en todas las líneas de frente para luchar contra el M23», subrayó.
Por ello, el M23 dijo «no entender cómo el Gobierno de RDC ha elegido la opción belicista en lugar de resolver el conflicto, ya que la citada opción sigue causando una innecesaria pérdida de vidas. «Uno se pregunta si el Gobierno de RDC tendrá el valor de buscar ayuda y apoyo de la región y la comunidad internacional tras saltarse sus interminables esfuerzos para lograr la paz», cuestionó.
El grupo rebelde mostró además «gratitud» a «los compatriotas que rechazan el discurso de odio del Gobierno de RDC» y pidió a la población en las zonas que controla que «permanezcan en calma y continúen con su vida diaria de forma normal». «El M23 seguirá defendiéndose y protegiendo a la población civil y sus bienes», zanjó.
EL CONFLICTO CON EL M23
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército de RDC contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El M23 lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que ha provocado una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Expertos de la ONU apuntaron en diciembre a la existencia de «pruebas sustancias» sobre una «intervención directa» del Ejército ruandés en el conflicto.
Los expertos apuntaron también a la responsabilidad de Uganda en el repunte de los combates y afirman que Kampala ha permitido el paso de rebeldes a través de su frontera con RDC. Así, los miembros del grupo armado habrían pasado «sin trabas» a través de la frontera para tomar en junio la ciudad de Bunagana.
Igualmente, destacaron una colusión entre el Ejército congoleño y varios grupos armados, incluidas las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y los mai-mai, para combatir al M23, incluida la propuesta de grupos armados de «movilizar a 600 combatientes» para reforzar las filas de las Fuerzas Armadas.
Ruanda ha acusado en numerosas ocasiones a RDC de apoyar a las FDLR –un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda– y de utilizar a las milicias mai-mai –milicias nacionalistas congoleñas formadas para defender su territorio tribal frente a los numerosos grupos rebeldes activos desde los noventa– en el marco del conflicto. Asimismo, ha denunciado discriminación y actos de odio contra la minoría tutsi en el país vecino.