Más de 2.000 militares birmanos muertos ante el recrudecimiento de los combates en el último mes

Al menos 2.380 militares de la junta birmana han muerto y otros 600 han resultado heridos en un repunte de los combates registrados durante el último mes en el país, que se encuentra sumido en una grave crisis desde el golpe de Estado de febrero de 2021.

Según informaciones del Gobierno de Unidad Nacional –el Ejecutivo creado de forma paralela para ejercer oposición frente a la junta militar–, entre el 7 de diciembre y el 6 de enero de este año se han realizado más de un millar de ataques contra las fuerzas birmanas en todo el país, excepto en el estado de Rajine.

El Ministerio del Interior en la sombra, que recibe los informes de los distintos grupos de milicianos que ejercen la resistencia, ha indicado que podrían haberse dado más ataques de los registrados.

El mes anterior se notificaron solo 788 incidentes de este tipo, si bien se habrían producido más de 2.100 fallecidos y 682 heridos entre las filas del Ejército birmano. La mayoría de emboscadas y ataques han tenido lugar en la región de Sagaing.

Las milicias han denunciado la comisión de «atrocidades» por parte de la junta, como secuestros, ejecuciones arbitrarias, masacres y detenciones de civiles para usarlos como escudos humanos, entre otras cuestiones.

CIVILES ASESINADOS

Las fuerzas de resistencia han denunciado que la semana pasada al menos diez civiles fueron asesinados a manos de las tropas birmanas, entre ellos un adolescente, después de que fueran arrestados en la localidad de Matupi, en el estado de Chin, según ha recogido el diario The Irrawaddy .

Un total de once civiles fueron detenidos entre el 6 y el 7 de enero cerca de Kihlun. Los cuerpos de diez de ellos han sido recuperados sin vida. Los enfrentamientos entre las Fuerzas de Defensa de Chinland-Matupi y el Ejército se han intensificado desde que comenzó el año.

«Las víctimas habían sido torturadas y asesinadas. Sus cuerpos fueron hallados durante el fin de semana», ha aseverado Ko Nway Oo Lin, portavoz de las fuerzas de defensa, que ha matizado que tenían las manos atadas y habían sufrido cortes y heridas.

Una de las víctimas era Salai Tui Dim, fundador y exdirector de la agencia local Jonumthung News, según ha explicado. El grupo ha condenado lo sucedido y ha pedido a la junta dejar de lado las ejecuciones extrajudiciales y los «actos inhumanos».

Más de 4.500 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en la zona ante el aumento de la violencia y la llegada de tropas del Ejército.

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