Puigdemont plantea asegurar el «ascensor social» en las políticas migratorias en Cataluña


Rechaza que el debate migratorio sea de «inmigración sí , inmigración no»

GIRONA, 25

El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha planteado este sábado que las políticas en migración aseguren el «ascensor social» en Cataluña en contraposición a una simple gestoría administrativa, textualmente, una característica que, en sus palabras, la catalanidad siempre ha garantizado.

Lo ha dicho en un coloquio celebrado en Girona por el 2.100 aniversario desde la fundación de ciudad por los romanos, en el que han participado el alcalde de Girona, Lluc Salellas, y exalcades de la ciudad desde el restablecimiento de la democracia: Joaquim Nadal, que fue alcalde entre 1979 y 2002, Anna Pagans (2002-2011) y Marta Madrenas (2016-2023).

Puigdemont, que fue alcalde de Girona entre 2011 y 2016, ha dicho que la inmigración es un hecho histórico que ha existido en el pasado y seguirá en el futuro, y ha rechazado plantear el debate «en los términos de inmigración sí , inmigración no».

Para el expresidente catalán, los debates reales pasan por analizar las causas que generan los flujos migratorios o el impacto que tienen «en las sociedades de acogida, en su sistema público, en sus transportes, en la vivienda, la lengua, la cultura».

Parafraseando al expresidente del Parlament Joan Rigol, Puigdemont ha destacado que «una nación es un relevo bien hecho», y ha remarcado que las generaciones actuales asegurarán la nación, textualmente, en la medida en que sean capaces de hacer un buen relevo a las generaciones siguientes para que puedan vestir sus proyectos de vida.

PENSAR EN LA GIRONA DEL 2100

El coloquio de este sábado es el primer acto de un programa que ha preparado el Ayuntamiento de Girona para celebrar los 2.100 años desde la fundación de la ciudad, que ha servido reunir los máximos responsables del consistorio en las últimas décadas para pensar sobre los retos que tiene Girona de cara al próximo siglo.

Como responsable actual, Salellas ha opinado que uno de los retos para las próximas décadas será cómo configurar el entorno de Girona, comprendido por la misma ciudad y los municipios que lo rodean, una área que llega hasta los 200.000 habitantes y que debe responder, apunta, en ámbitos como vivienda, movilidad o servicios públicos.

El alcalde ha emplazado a los municipios del entorno de Girona a la cooperación, ha destacado la necesidad de preparar la ciudad ante la emergencia climática y el envejecimiento de la población, y ha propuesto conectar con tren la ciudad con la Costa Grava y con el interior de la demarcación de Girona.

NADAL, PAGANS Y MADRENAS

Por su parte, Nadal ha pedido completar grandes proyectos que tiene la ciudad, como son el campus de salud de Trueta o la reactivación de los archivos y los museos, y ha propuesto, entre otras medidas, redefinir la política fluvial de Girona en coordinación con la Agència Catalana de l Aigua.

Sobre la emergencia climática, Nadal ha advertido que la decisión del presidente de los EE.UU., Donald Trump, de salir del acuerdo de París tiene consecuencias que las acciones de las pequeñas ciudades no son capaces de compensar, aunque ha defendido seguir desplegando medidas que ayuden a reducir los efectos del cambio climático.

Pagans ha priorizado «materializar la igualdad en cada rincón de la ciudad, en cada barrio» como una manera para fomentar la convivencia ciudadana y fortalecer la democracia pese a sus imperfecciones, apunta.

También ha dicho que la demografía marcará cómo debe ser el sistema de vivienda en la ciudad en 2100, por lo que ha pedido pensar sobre las necesidades que tendrá la población: «Este análisis debe determinar las tipologías de vivienda que se hagan, que tal vez no serán las actuales».

Por último, Madrenas ha considerado que el turismo ha conseguido un «equilibrio» en la ciudad, aunque queden, a su juicio, pequeños detalles que queden por pulir para mejorar la convivencia entre los visitantes y los vecinos.

Al final del acto, Madrenas ha calificado, textualmente, de anormal que Puigdemont haya tenido que participar en el acto desde una pantalla, por las consecuencias judiciales que acarrearía que entrase en España, y ha deseado que de aquí a 75 años Girona sea una ciudad «de derechos y libertades».

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