Puigdemont acusa a la UE de tratar a sus votantes de «europeos de segunda» al negarle la inmunidad
Ponsatí pide «terminar con la fantasía de que hay una pequeña esperanza de diálogo» con España
BARCELONA, 11
El expresidente de la Generalitat y eurodiputado, Carles Puigdemont, ha acusado a la Unión Europea de tratar a sus votantes de «europeos de segunda» al negarle la inmunidad como eurodiputado, después de haber sido detenido en septiembre en Italia, y ha pedido a sus votantes que no dejen de quejarse por esta discriminación.
«Os están tratando como europeos de segunda. No dejan que sus representantes puedan circular libres por la Unión Europea y puedan ir a su circunscripción», ha criticado este jueves en una intervención telemática junto con los exconsellers y eurodiputados de Junts, Toni Comín y Clara Ponsatí, en la inauguración de su Oficina europarlamentaria en el número 2 de la calle Bonaire de Barcelona.
Ha deseado poder estar físicamente en esta oficina, que asegura que es una «ventana, un escaparate, un altavoz y un buzón», y ha insistido en reivindicar y combatir por una Europa más diversa que ayude a conseguir una Cataluña libre, como la que asegura que proclamó en octubre de 2017, tras el 1-O.
Puigdemont ha defendido que, con sus escaños en el Parlamento Europeo, la causa catalana es más europea que nunca, y ha afirmado que, con sus intervenciones en el hemiciclo, los dirigentes de la Comisión Europea deben oír cosas que no les dice nadie más: «No nos han callado ni inmovilizado. A riesgo de que nos detengan, no nos hemos quedado quietos».
Así, ha destacado que Europa necesita ciudadanos comprometidos y movilizados, pero a la vez exigentes: «La euroexigencia es nuestra respuesta ante la eurofobia y el euroescepticismo».
Ha añadido que no se conforman con una Europa con una soberanía de baja intensidad e insensible con las minorías nacionales y lingüísticas, en sus palabras.
En el exterior de la nueva oficina había más de 200 personas sentadas en sillas y de pie que han seguido el acto, mientras que dentro también estaban presentes la presidenta del Parlament, Laura Borràs; el conseller de Economía, Jaume Giró; la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró; la consellera de Universidades, Gemma Geis; la consellera de Derechos Sociales, Violant Cervera, y el conseller de Salud, Josep Maria Argimon.
Asimismo, han asistido el secretario general de Junts, Jordi Sànchez; el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet; la líder de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, Elsa Artadi; el exalcalde de Barcelona Xavier Trias; la exconsellera Meritxell Borràs; la presicenta de la ANC, Elisenda Paluzie; el vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, y el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, entre otros.
PONSATÍ
La exconsellera y eurodiputada, Clara Ponsatí, ha asegurado que Cataluña conseguirá la independencia cuando vuelva a «alzarse como el 1-O», y considera que España tiene pánico –ha dicho textualmente– a que los catalanes se organicen y no tengan miedo a las represalias.
Ha subrayado que «la manera de combatir la represión no es lamentarse y ya, sino demostrarle a España que no le funcionará», y ha pedido terminar con la fantasía de que hay una pequeña esperanza de diálogo, en referencia a la mesa de diálogo con el Gobierno central.
«España no negociará hasta que no se siente obligada. Obliguémosla», ha dicho, y ha asegurado que la alternativa a la mesa de diálogo es más difícil, pero considera que es la única posible y realista, aunque no cree que ahora el independentismo tenga una posición de fuerza para negociar el reconocimiento de la autodeterminación.
Por su parte, Comín ha defendido la oficina europarlamentaria como una herramienta para difundir su mensaje en mejores condiciones y ha asegurado que simboliza dos cosas: «Que no estamos, es dar materialidad a una ausencia», lo que asegura que es una denuncia, y que están presentes, lo que ve como una victoria.
El exconseller ha criticado que hay una «doble vara de medir» en Europa, por un lado censurando el estado de derecho de Hungría y Polonia, y por otro con España, donde considera que hay represión, y ha añadido que la UE se la juega con lo que haga ante España.