Puente cree probado que «no había nada» en el móvil del fiscal general y denuncia de «embarrar todo» para salvar a Ayuso
Defiende que las auditorías de Transportes buscan solo conocer la verdad y que no es ni el verdugo ni el salvador de Ábalos
El ministro de Transportes y Movilidad Urbana, Óscar Puente, ha asegurado que queda probado que «no hay nada» en el móvil del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que demuestre que filtró datos personales de pareja de Isabel Díaz Ayuso. Asimismo, ha denunciado un intento de «embarrar todo» para «salvar la cara» de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
«Hasta hace dos días se decía que este señor, el fiscal general, poco menos era el que filtró personalmente, sin ningún tipo de prueba, los emails. Y ahora, ¿qué se descubre? Que no hay nada en el correo de este señor y no hay nada en el móvil, pues acabó la historia», ha dicho el político socialista en una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press.
Así ha reaccionado tras conocer que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encontró «cero mensajes» en los dispositivos de García Ortiz, entre el 8 y el 14 de marzo, los días clave para la presunta filtración sobre Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se investiga en el Tribunal Supremo (TS).
Puente ha denunciado que la causa contra el fiscal general responde a una estrategia para «embarrar todo» para intentar «salvar la cara» de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Además, ha calificado la investigación contra García Ortiz como «un disparate», a la vez que le parece «extraño» que haya una investigación «sobre una filtración», que es «algo constante en nuestra vida pública».
«Todos los días hay filtraciones», ha proseguido explicando el ministro de Transportes, preguntándose «en la historia de este país» cuántas personas han sido condenadas por «las filtraciones de asuntos que pudieran tener un carácter confidencia».
También ha censurado que el Tribunal Supremo abriese la causa por la filtración «siete meses después» de que se produjera la supuesta filtración, esperando encontrar en los móviles alguna prueba. «Es como mínimo una puerilidad impropia de un órgano como el Tribunal Supremo», ha sentenciado.
NO ES NI EL VERDUGO NI EL SALVADOR DE ÁBALOS
En otro orden de cosas, ha defendido la coherencia de su actuación en relación con las auditorías sobre la gestión del exministro de Transportes José Luis Ábalos y ha rechazado las acusaciones de un cambio de estrategia para beneficiar a su antecesor.
«Yo no he sido el verdugo de Ábalos, como decían algunos, cuando encargué la (primera) auditoría, ni soy ahora el salvador cuando he encargado estos informes. Es decir, soy el mismo con la misma estrategia», ha sostenido Puente, indicando que su único objetivo ha sido «arrojar luz sobre los hechos» y que las auditorías responden a datos objetivos elaborados por funcionarios.
Puente ha recordado que encargó una primera auditoría para buscar irregularidades durante el periodo de Ábalos al frente del ministerio en febrero, cuyos resultados no favorecieron al exministro, quien «la ha impugnado de todas las maneras posibles». Posteriormente, encargó una segunda auditoría, cuyas conclusiones le fueron más favorables.
En este sentido, ha dicho de Ábalos que le ha «querido» y «respetado mucho», además de que le cuesta mucho creer que haya cometido alguna irregularidad, pero que ahora no tiene relación con él y que lo único que quiere es que «si la ha hecho, la pague».
Eso sí, si en cambio se demuestra que el también exsecretario de organización del PSOE no ha hecho nada, «no la pague» porque, en su opinión, lo que tiene que ser la justicia «es justa». «Yo encargo un informe. ¿Qué le perjudica? Pues lo siento mucho (…) ¿Qué le beneficia? Que no la pague», ha concluido.
«EL POSTSANCHISMO ESTÁ EN EL SANCHISMO»
Puente ha expresado también que no entiende la prisa de algunos sobre la próxima etapa política del PSOE y para buscar un sucesor al actual secretario general, Pedro Sánchez. Ha asegurado que «el postsanchismo» seguirá siendo el «sanchismo», si bien será otra persona la que lo encarne y lidere un partido que se caracterizará, según ha señalado, por la democracia interna y la militancia.
En este sentido, el ministro ha manifestado que el futuro socialista «está en el sanchismo» y que el inicio de Sánchez como líder del PSOE supuso la «devolución» a los militantes de la «soberanía» dentro del partido.
Al hilo, ha recordado que en el pasado el PSOE era una formación de «élites», y ha puesto como ejemplo cuando Joaquín Almunia fue designado por el propio Felipe González para sucederle y ponerse al frente de la secretaría general del PSOE.
«Yo he conocido un PSOE, llevo militando desde los 20 años (…) Ahora se habla de Pedro Sánchez del dictador, ¿no? Pero imagínate que Pedro Sánchez, en el Congreso de Sevilla, nos hubiera dado la sorpresa y hubiera dicho, me marcho y dejo a no sé quién. Eso pasó en el PSOE», ha declarado, en referencia al partido en la época de González.
Ha zanjado el asunto reivindicado que Sánchez puso «definitivamente» el partido «en manos de la gente que lo compone», los militantes socialistas, quienes, a su juicio, son la «mayor garantía» de que el partido «tenga futuro».