Publican una guía para mejorar el conocimiento del síndrome de Schaaf-Yang
Mejorar el conocimiento del síndrome de Schaaf-Yang (SYS), una enfermedad ultrarrara causada por mutaciones en el gen MAGEL2, es el objetivo de la primera guía clínica dirigida a profesionales sanitarios y familias de niños afectados por esta patología, según un artículo, publicado en la revista Journal of Medical Genetics , por las investigadoras Raquel Rabionet y Susanna Balcells, de la U720 CIBERER en la Universidad de Barcelona, y Roser Urreizti, investigadora de la U703 CIBERER en el Institut de Recerca Sant Joan de Déu y el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
Se trata de una enfermedad ultrarrara causada por mutaciones en el gen MAGEL2, localizado en el cromosoma 15. El gen MAGEL2 se expresa principalmente en el cerebro y su proteína es clave en el complejo de transporte y la regulación del reciclaje de determinadas proteínas dentro de las células. Los pacientes con SYS presentan una amplia variedad de síntomas y signos clínicos, los más habituales de la enfermedad son el retraso del neurodesarrollo y el retraso intelectual, el trastorno del sueño, la dismorfia facial y las contracturas articulares.
La soledad de tener una enfermedad ultrarrara es una de las grandes dificultades a las que deben hacer frente las familias afectadas. Actualmente, en España sólo se conocen 11 casos de síndrome de Schaaf-Yang, y menos de 200 en todo el mundo. Esta baja incidencia dificulta la atención médica estandarizada, puesto que no se dispone de pautas clínicas claras ni de tratamientos o seguimientos específicos.
«Muchas veces, familias y profesionales nos enfrentamos a una gran incertidumbre ante la falta de información. Por este motivo, es vital contar con recomendaciones basadas en la evidencia que ayuden a mejorar la atención clínica ya empoderar a las familias sobre el curso natural de la enfermedad», han dicho las investigadoras.
El equipo de investigación llevó a cabo una revisión de todos los artículos y estudios que se habían publicado sobre la SYS, con el objetivo de elaborar una guía clínica extensa para profesionales médicos y familias, y que los dos colectivos tuvieran más conocimientos de la enfermedad a la hora de cuidar de los pacientes.
La guía clínica incluye los problemas médicos más relevantes divididos en dos períodos de tiempo: el primero incluye los primeros 28 días de vida, y el segundo comprende la infancia y la adolescencia. También se han indicado las intervenciones más adecuadas para cada problema, además de cuáles podrían ser las mejores pautas de seguimiento. Con esta guía se quiere garantizar la mejor atención posible a todos los niños.
«También hemos elaborado una guía y material dirigido a familias, a petición de la Asociación de Familias del Síndrome de Schaaf-Yang, que les ayudará a conocer cuál es la evolución de la enfermedad y a empoderarlos. Para nosotros, es muy importante trabajar de forma estrecha con las familias y los pacientes, sobre todo en las enfermedades minoritarias en las que los pacientes tienen un papel clave para hacer avanzar la investigación», han enfatizado las expertas.
La extensa revisión de la literatura científica ha permitido también elaborar un mapa de todas las mutaciones del gen MAGEL2, la mayoría de las cuales producen una proteína truncada (sin funcionalidad) o una proteína con una falta parcial o total del dominio MHD, que deriva en un mal funcionamiento de la proteína.
El gen MAGEL2 se encuentra en el cromosoma 15 y produce la proteína MAGEL2, que forma parte del complejo de transporte retrógrado y de reciclaje de proteínas endosómicas, además de desarrollar otras funciones. «Los estudios que hemos realizado nos revelan que la proteína MAGEL2 mutada queda retenida en el núcleo de las células, donde podría alterar la expresión y regulación de otros genes, mientras ejerce un efecto tóxico sobre la célula. En los fibroblastos de los pacientes observamos niveles bajos de beta amiloide (A) 1-40 y glutamina intracelular. Estas dos moléculas podrían servirnos como posibles biomarcadores para evaluar futuros tratamientos», han añadido las investigadoras.
Los resultados confirman que el fenotipo del síndrome de Schaaf-Yang podría causar este efecto tóxico de la proteína MAGEL2 truncada, más que por la falta de funcionalidad normal, tal y como se observó en los fibroblastos de los pacientes estudiados.