Ópticos-Optometristas recomiendan actividades al aire libre con los niños para evitar el incremento de la miopía
El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO) recomienda fomentar actividades al aire libre con los niños para evitar el incremento de la miopía, un problema visual que afecta a 2.600 millones de personas en todo el mundo, según el Informe Mundial sobre la Visión 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con motivo del Día Universal del Niño, en el que cobran especial importancia sus derechos universales, como el de la salud, recuerdan que las actividades al aire libre se utiliza la visión de largo alcance para visualizar elementos y personas que se encuentran lejos. Además, en el exterior se produce una mayor interacción con la luz natural, un factor que puede proteger de la aparición de la miopía debido a los cambios en los niveles de dopamina y melatonina a nivel de la retina o los cambios a nivel del ritmo circadiano del niño.
«Cuando un menor permanece demasiado tiempo en casa sin salir al exterior, los ojos se adaptan a la visión en corto y realizan menos esfuerzo al tener los objetos más cerca», explica el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral. Y, en este sentido, temen que con los toques de queda impuestos por los distintos gobiernos autonómicos para doblegar la curva de contagios del coronavirus y el aumento del uso de dispositivos electrónicos por parte de los niños se produzca una progresión más rápida de la miopía en los más jóvenes.
Un uso incorrecto de las pantallas, además, puede provocar fatiga visual y, en el peor de los casos, generar problemas oculares, como la aparición de problemas acomodativos. «Algunos síntomas derivados de un uso prolongado de este tipo de dispositivos son mala visión transitoria, dificultad de enfoque a distintas distancias, sensibilidad al brillo de la luz, incomodidad ocular, dolor de cabeza y ojos irritados, secos o cansados», detalla el decano del CNOO.
No obstante, recuerdan que durante el otoño y el invierno las actividades al aire libre exigen una protección adecuada del sistema visual porque los cambios bruscos de temperatura, el frío y el viento producen mayor sequedad ocular de la habitual. Esta, unida a un clima más agresivo puede desencadenar visión borrosa, picor y escozor.
Por ello, el CNOO recomienda parpadear constantemente para favorecer la lubricación ocular con nuestra lágrima; proteger los ojos del frío y el viento utilizando gafas, lo que evitará que la lágrima se evapore con rapidez; llevar a cabo una buena alimentación para paliar los efectos del síndrome del ojo seco; precaución con los cambios de temperatura entre espacios interiores y exteriores, sobre todo al salir de casa al exterior para hacer ejercicio tras mucho tiempo de inactividad; utilizar siempre unas gafas de sol homologadas para protegerte de los rayos ultravioleta, y acudir al óptico-optometrista para que evalúe el estado visual.