Profesionales de enfermería destacan el valor de la formación especializada para tratar a los pacientes de Parkinson
Profesionales de la enfermería han puesto de manifiesto la importancia de su rol en el abordaje integral de los pacientes de Parkinson durante un encuentro centrado en la especialización de esta enfermedad neurodegenerativa, organizado por la empresa biofarmacéutica AbbVie en Valencia.
Los síntomas más reconocibles de la enfermedad de Parkinson son aquellos relacionados con el movimiento, como los temblores o la rigidez. Pero existen numerosos signos no motores, como los trastornos de sueño, sensoriales, gastrointestinales e incluso psicológicos que suelen pasar desapercibidos porque se infavaloran o no se asocian siempre con la enfermedad.
«A no ser que se disponga de una formación especializada en la sintomatología no motora, dichos síntomas no son tan evidentes, por lo que el personal de enfermería bien formado y entrenado es indispensable para garantizar la mejor asistencia», ha explicado la neuropsicóloga del Hospital de Manises, Anabel Campos García.
Esta especialista ha asegurado que la labor de la enfermería permite a los neurólogos tener la información completa sobre sus pacientes. «Una identificación precoz de los síntomas nos permite ver si la enfermedad está avanzando, por lo que podremos tratarla precozmente. Con ello mejoraremos la calidad de vida del paciente», ha asegurado la supervisora de la Unidad de Neurología del Consorcio Hospital General de Valencia, Marisa Jiménez.
Durante el encuentro, focalizado en los pacientes con Parkinson, se han puesto en valor todos los aspectos que mejoran su calidad de vida gracias al papel de la enfermería especializada. «El papel de la enfermería es vital en el contexto de esta enfermedad ya que incluye, entre otras funciones: la labor asistencial como enfermería en sí misma, apoyo al paciente y soporte familiar, el asesoramiento y educación a los pacientes y cuidadores o el soporte a los pacientes en la toma de decisiones», ha detallado Anabel Campos.
En este sentido, la relación personal entre enfermeras y pacientes resulta clave para ofrecer una atención integral al enfermo. Una comunicación adecuada entre ambos actores, así como la relación de confianza que se establezca entre ellos, incidirá directamente en el bienestar del paciente.
«El papel de enfermería es claro: mejorar en lo posible la calidad de vida y grado de autonomía del paciente y de su familia. Sus intervenciones son fundamentales para poder conocer mejor las preocupaciones, dudas y expectativas del paciente y su cuidador. Una buena comunicación y empatía permiten prestar una atención sanitaria de mayor calidad y potencia su participación», ha argumentado la doctora Campos.