Portocolom cuestiona la exclusión de sectores por criterios ESG por no darles ocasión de reinventarse
La exclusión de sectores es una de las estrategias que llevan a cabo las gestoras para potenciar la inversión ESG, pero podría no ser la más adecuada para avanzar en este sentido, según ha señalado la responsable de inversiones e impacto de Portocolom AV, Ana Guzmán, en una entrevista con Europa Press.
«Si excluyes un sector en su conjunto, no le das la oportunidad de reinventarse, y ahora mismo, la sostenibilidad es una corriente que ha surgido hace relativamente poco. A las empresas hay que darles una oportunidad para que puedan actuar en un marco con unas condiciones que no son las mismas que hace diez años», ha señalado.
Guzmán ha señalado que antes primaba la rentabilidad por dividendo, mientras que ahora se le da importancia a ese factor unido al valor que aporta a toda la cadena. «No es justo que de repente, de la noche a la mañana, no dejemos a las compañías margen de actuación. Eso es lo primero que es insostenible», ha incidido.
Asimismo, llevar a cabo exclusiones no es tan fácil como puede parecer en un primer momento. Por ejemplo, si se descarta a los valores relacionados con la venta de alcohol, el inversor no podría invertir en supermercados.
«Nosotros lo que buscamos son aquellas empresas que quieran mejorar sus prácticas, las que tienen un compromiso y con el tiempo vemos que lo van cumpliendo», ha destacado.
En cuanto a sus clientes, la mayoría pone ciertas líneas rojas que suelen estar relacionadas con todo aquello que consideran que atenta contra la dignidad de las personas, si bien Guzmán señala que los hay más estrictos y más laxos en este tipo de vetos.
La gestora tiene una estrategia muy centrada en inversión sostenible desde su creación en 2009, enfocada en aquellos clientes que cuentan con un patrimonio muy alto, pero que tienen poco conocimiento financiero.
Desde esa fecha hasta 2017, su negocio principal consistía en asesorar a instituciones religiosas, fundaciones y mutualidades, entre otros. Cuando Guzmán se une en 2018, la firma da un giro estratégico: el 100% de sus activos tendría «tintes» de sostenibilidad y al menos un 10% de los clientes estaría invertidos en impacto.
Guzmán ha explicado que a la hora de seleccionar compañías no se centran en «los mejores de la clase», que tienen ya poco margen de mejora, sino en aquellos que tengan un plan, lo cumplan y cuyo impacto en la sociedad sea mejor que el daño que generan, tanto en sus cadenas de producción y sus operaciones como en los productos que comercializan.
EVITAR EL GREENWASHING
Para evitar el greenwashing , Guzmán cree que lo importante es tener todas las herramientas, la información y el conocimiento para tratar de tener en cuenta todas las variables, por lo que se necesitan equipos de gente buena.
Por ejemplo, en Portocolom están desarrollando modelos de inteligencia artificial que son capaces de detectar noticias en prensa antes de que salga un escándalo, entre otras herramientas. De todas formas, considera que «no hay nadie libre», ya que llega un momento en el que «te tienes que fiar de lo que te dicen».
LA VERTIENTE SOCIAL EMPEZARÁ A GANAR IMPORTANCIA
Guzmán «no tiene duda» de que la vertiente social de la inversión ESG empezará a ganar fuerza este año, aunque no tiene claro si estará motivada con la publicación de la taxonomía. De esta, la directora de inversión e impacto de Portocolom cree que está siendo muy criticada a pesar de que no se sabe mucho y que hace falta ver más.
Algunos aspectos que han ayudado a ese factor social ha sido el impacto por la pandemia o los cuellos de botella en las cadenas de suministro.
«Es imposible hablar de medioambiente si no hablas de sociedad o de gobierno corporativo», ha incidido Guzmán, con especial hincapié en este último factor, que considera esencial. Además, ha hecho hincapié en que los «trabajadores felices rinden mejor», y que «los proveedores que tratas bien, no te dejan tirado».
Un ejemplo claro de esto para Guzmán son las placas solares: estas se fabrican en la región china de Uigur, denunciada por esclavitud moderna, con lo que los beneficios medioambientales no compensan los costes a nivel social de su fabricación.
La inversión de impacto en España, por su parte, seguirá aumentando, si bien es cierto que el país va con retraso en comparación con otras regiones de su entorno. «Sí que creo que se están haciendo cosas muy bonitas en España, aunque al mercado le falta madurar», ha comentado.
Guzmán señala que para que siga creciendo, es necesario que los inversores institucionales apuesten por este tipo de inversión: «La clave no es sustituir filantropía por inversión de impacto, sino inversión tradicional por inversión de impacto».
IGUALDAD DE GÉNERO
La responsable de inversión de impacto en Portocolom, Ana Guzmán, ha incidido durante la entrevista con Europa Press en la necesidad de cuotas en los puestos directivos.
«Creo que es muy importante que se hagan cuotas. En el consejo es importantísimo, pero para mí la clave son los puestos directivos de cargos intermedios. Eso es esencial», ha recalcado.
Guzmán opina que «lo que no conoces, no lo puedes apreciar» y si en un consejo de administración no se sienta nunca alguien diferente, «nunca se va a saber el valor que aporta». No obstante, sí considera que se están tomando muchas medidas en este sentido.