PNV cree que las palabras de Otegi sobre PGE y presos dejan dudas sobre la sinceridad de su declaración sobre víctimas
Pide a la IA que diga que ETA «no debió existir y que lo que hizo fue injusto», y considera que «internamente lo piensa»
BILBAO, 20
El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, considera que las palabras del coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en las que apostó por apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) si es «para sacar a los 200 presos» de ETA de la cárcel, son «la cara B» de la declaración de la coalición sobre las víctimas de ETA.
Además, ha calificado de «corto y insuficiente» el comunicado que leyó el pasado lunes el líder de EH Bildu, y ha pedido a la izquierda abertzale que diga que ETA «no debió existir y que lo que hizo fue injusto», y cree que «internamente lo piensa».
Ortuzar, en una entrevista concedida a TVE, recogida por Europa Press, ha señalado que el reconocimiento por parte de EH Bildu del sufrimiento de las víctimas de ETA y de que nunca debió pasar, «es un paso positivo», pero también «corto e insuficiente» y, además, «han necesitado diez años para darlo».
«Hay cosas que son de perogrullo y de sentido común. Y lo que hizo ETA, hay que condenarlo, hay que decir que fue injusto, hay que decir que ésta nunca debió de existir. No puede uno situarse como parecía que estaba el otro día Arnaldo Otegi como un observador en esto. No, ellos no han sido observadores, ellos han sido una parte implicada, sustancial de todo este conflicto», ha manifestado.
Por ello, considera que «no pueden quitarse la responsabilidad, no de las acciones armadas, sino del acompañamiento acrítico que una parte del mundo político vasco ha hecho a las acciones de ETA». «Por mucha pompa y por mucha solemnidad que se le quiera dar en Aiete, o usan las palabras que hay que usar, o si no, claro que queda como corto e insuficiente», ha subrayado.
A su juicio, a nadie «se le debe atragantar ninguna palabra valorando estos 50 años de desastre». «Creo que, para la propia izquierda abertzale, sería un acto de liberación decir, de una vez, que ETA nunca debió de existir y que lo que hizo fue injusto, con estas palabras. Creo que internamente lo piensan», ha afirmado.
PRESUPUESTOS POR PRESOS
También se ha referido a las palabras del coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en las que afirmó el pasado lunes, en un acto ante un grupo de militantes en Eibar (Gipuzkoa), que la formación soberanista votará a favor de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) si es «para sacar a los 200 presos» de ETA de la cárcel.
El líder del PNV ha asegurado que los jeltzales siempre negocian «con las cosas claras y con cosas que son equiparables». «Negociamos infraestructuras, flujos de económicos, acciones concretas buenas para toda la sociedad vasca y, muchas veces, acciones concretas que son buenas para el conjunto del Estado. Nunca hacemos unas negociaciones tan ad hoc «, ha subrayado.
A su juicio, estas manifestaciones de Otegi son «la cara B» de la declaración sobre las víctimas. «De ahí también, a veces, nuestra distancia sobre los pronunciamientos de la izquierda abertzale. Siempre nos va a quedar la duda de si todo esto es sincero o es puramente instrumental, si parte de un análisis ético de que es verdad que han hecho una reflexión de que se equivocaron y están haciendo propósito de enmienda y no va a volver a pasar, o simplemente lo están haciendo para situarse en el tablero político de mejor manera y poder ir dando en sus estrategias concretas, que son los presos, etcétera», ha indicado.
Tras apuntar que esto es «legítimo», cree que serían «más legítimas si se plantearan a las claras, no con esta do ut des , yo te doy para que me des, y una cosa va por debajo de la mesa y otra cosa va por encima de la mesa».
«Esa es siempre la gran duda que tenemos con la izquierda abertzale. ¿Es sincero lo que dice o es un mero instrumento para conseguir sus fines?», ha vuelto a poner en cuestión.
DIEZ AÑOS SIN VIOLENCIA DE ETA
Andoni Ortuzar ha recordado que él tiene 59 años y toda su vida, hasta hace diez, había estado «ligada y condicionada, desgraciadamente, por la existencia de ETA». Desde el punto de vista político, ha dicho que hace una década, cuando la organización terrorista abandonó la violencia de forma definitiva, la sociedad vasca «pudo quitarse una mochila muy pesada plomo» que tenía a sus espaldas.
«Se la pudo quitar, y ahora somos una sociedad más libre, más feliz y eso para hacer política también es un cambio sustancial. Antes todo lo mediatizaba, todo lo condicionaba ETA», ha añadido.
En este sentido, ha destacado que «hasta las cosas positivas siempre tenían una parte negativa, porque cualquier buena noticia se veía empañada por el atentado, por la acción de kale borroka, por los problemas que suscitaban, por las divisiones que a veces eran capaces los terroristas de infligir a los demócratas». «Así que el cambio es radical, de 180°», ha asegurado.
El presidente del EBB ha explicado que, por un lado, están las personas que han vivido el terrorismo de ETA «en primera persona» y para ellas «las heridas siguen abiertas, no han cicatrizado bien todavía». «Estamos haciendo todo lo posible porque eso suceda», ha puntualizado.
Por otro lado, ha afirmado que están «las nuevas generaciones, que vienen limpias», sin estas heridas. «No sé si nosotros (los que han vivido el terrorismo), hasta ahora, hemos sido capaces de transmitir un relato equilibrado, justo, un trabajo pedagógico para que las jóvenes generaciones sepan lo que pasó, pero, sobre todo, para que sean conscientes de que eso nunca puede volver a pasar».
«Probablemente, como los mayores tenemos todavía las heridas abiertas, no hemos sido capaces de crear ese clima de pedagogía o educación necesario para que eso sea así. Pero no cabe duda de que es una asignatura pendiente que tenemos y la tenemos que afrontar», ha aseverado.
En esta línea, ha considerado que en el currículum educativo ETA «tiene que estar y tiene que haber un enjuiciamiento crítico» de la banda, «y un aprendizaje para que ningún joven vasco, ninguna joven vasca del futuro, se le ocurra por lo más mínimo, por lo más remoto, volver a empuñar un arma, aunque sea por la razón más justa o más alta del mundo». «Nunca se puede matar por una idea», ha concluido.