Pilar Galán, co-creadora de Nutri-Score: «El aceite de oliva no está penalizado»

La médico española, nutricionista, y miembro del Equipo de Investigación en Epidemiología (EREN) desarrollador del etiquetado nutricional frontal Nutri-Score Pilar Galán afirma que el aceite de oliva «no está penalizado» por este sistema, ya que lo clasifica con una C , «que es la mejor puntuación» entre las grasas añadidas (destinadas a la condimentación o cocción) y entre los aceites vegetales.

Así lo afirma la experta, en una entrevista con Infosalus, después de conocer que el departamento que dirige Alberto Garzón está preparando la normativa con la que aprobará este etiquetado frontal de productos alimentarios procesados y envasados, y de que haya manifestado su intención de que el aceite de oliva quede fuera de Nutri-Score, «dado que el actual algoritmo no recoge los beneficios nutricionales de este producto, esencial en la dieta mediterránea y con la que Consumo está comprometido».

Según recuerdan desde la cartera de Consumo, Nutri-Score es un sistema europeo de clasificación de alimentos en función de su calidad nutricional: «A través de un algoritmo distribuye cada producto en una escala de 5 colores y letras con el fin de facilitar a los consumidores la comprensión de las propiedades alimentarias de los productos. El problema que España ha trasladado al resto de países que conforman el Comité de Gobernanza de Nutri-Score es que actualmente el algoritmo otorga una C al aceite de oliva, una clasificación que lo equipara a otros aceites como el de colza».

Con ello, Galán insiste en que todos los países europeos recomiendan privilegiar el consumo de aceite de oliva y recuerda que este producto ya es el «mejor clasificado» en la categoría de las grasas añadidas, dado que ningún aceite está clasificado en A o B .

«Está mejor clasificado que los aceites de soja, girasol (el segundo consumido por los españoles) y maíz (clasificados D), o los de coco o palma (clasificados E), y mejor que la mantequilla (clasificada E). Esta clasificación es totalmente coherente con las recomendaciones de salud pública que, tanto en España como en otros países, no impulsan a consumir el aceite de oliva sin límites, aunque sí que recomiendan a los consumidores que favorezcan el aceite de oliva con respecto a los demás aceites vegetales y, sobre todo, con respecto a las grasas de origen animal», matiza la experta.

A su juicio, el consumidor necesita poder comparar la calidad nutricional de los alimentos que dentro de su categoría pueden ser sustituidos: «Es decir, si desea elegir una grasa añadida y, en particular, un aceite, verá fácilmente en los estantes de los supermercados españoles, gracias a la indicación del Nutri-Score, que es el aceite de oliva el que está mejor clasificado».

DEBE SER UNA DECISIÓN CIENTÍFICA

Por otro lado, la médico española y nutricionista mantiene que esta situación debería ser objeto «de una comunicación mejorada para este producto» por parte de las autoridades de salud pública y de los productores: «Esperemos que cada sector agrícola o cada industria no aprovechen para hacer presión a los poderes públicos para intentar obtener una mejor clasificación de su producto. Hay que dejar que los expertos científicos internacionales se pronuncien sobre la justificación científica de las mejoras a aportar a Nutri-Score con la finalidad del interés del consumidor y de la salud pública», avisa.

Además, sobre la intención del Ministerio de Consumo de retirar el aceite de oliva del citado sistema, Galán considera que «la respuesta debe venir de la pericia científica», aunque reconoce que comprende «el cuestionamiento respecto al aceite de oliva», dado que España es un país mediterráneo donde se prima su consumo.

«Evidentemente, para mi, como científica, es esencial que la decisión política en el ámbito de la salud y la protección de los consumidores esté dictada por la ciencia y la salud pública, y no por el interés de un sector, aunque defienda un alimento tradicional con un interés nutricional», asegura la también investigadora de la Universidad de la Sorbona de París.

Advierte igualmente de que el hecho de excluir un alimento determinado del perímetro del Nutri-Score ya se ha planteado en el pasado, y de hecho remarca que se trata de una revisión prevista en el contexto del Comité Científico Europeo, creado por los 7 países europeos que han adoptado este sistema de etiquetado, encargado de actualizar el sistema de acuerdo con el progreso de los conocimientos científicos y de los intereses de salud pública.

«Este comité, compuesto por expertos independientes (entre ellos expertos españoles nombrados por el Gobierno) debe estudiar esta cuestión (entre otras muchas) basándose en datos científicos, viendo el racional que está detrás de la cuestión, reflexionando sobre su justificación científica, y la posibilidad de mejorar la puntuación del aceite de oliva virgen extra, proporcionando los elementos de respuesta que deben orientar la decisión política», subraya.

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

En este sentido, la médico y nutricionista señala que tanto las recomendaciones de salud pública sobre el consumo de aceite de oliva, como su consideración en el cálculo del Nutri-Score, son fruto de trabajos científicos que demuestran «de manera clara» el impacto del aceite de oliva sobre la salud y, en particular, en relación con la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Es más, sostiene que numerosos meta análisis de gran calidad y basados en los trabajos epidemiológicos apoyan el interés del aceite de oliva, pero también existen meta análisis publicados en la literatura científica que apoyan el interés del aceite de colza, clasificado también con una C, e igualmente en términos de prevención de enfermedades cardiovasculares (probablemente relacionadas con los omega 3, en particular el ácido alfa-linolénico); por lo que también muchos países recomiendan su consumo.

«Está claro que para los países mediterráneos, en particular España, cuya tradición es consumir aceite de oliva, la comunicación debe estar claramente focalizada en privilegiar el aceite de oliva. Pero hay que comprender también, sobre todo porque Nutri-Score tiene una dimensión europea, que para los países que consumen tradicionalmente y principalmente aceite de colza, que la comunicación y recomendación pueda hacerse sobre la complementariedad de ambos aceites, colza y oliva», subraya Galán.

En última instancia, la médico y nutricionista española mantiene que Nutri-Score «no clasifica los alimentos como sanos o malsanos», ni tampoco «da una información en valor absoluto», sino en valor relativo para comparar los alimentos entre sí y entre los alimentos que se consumen en las mismas condiciones de consumo.

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