Piñera pide a la Convención Constitucional una Carta Magna que «una al país» y que no derive «de imposiciones»
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha pedido este miércoles a la Convención Constitucional que redacten una nueva Carta Magna que «una al país y no lo divida», algo que tiene que derivar de «un amplio y profundo acuerdo» y no «de imposiciones».
En el marco del Encuentro Nacional del Agro (Enagro) y ante el inminente arranque de la fase de redacción del texto constitucional, que la convención pretende que sea el próximo 18 de octubre, Piñera ha resaltado que el objetivo es «acordar y proponer una buena Constitución para Chile».
«Para mí, una buena Constitución es aquella que recoge los valores del alma de nuestro país, el valor de la libertad, de todas las libertades, la libertad de expresión, de asociación, la libertad religiosa, el valor de la vida, el valor de la familia. Y también nuestros valores patrios, nuestras tradiciones, nuestros héroes, nuestros símbolos», ha señalado el mandatario, que se encuentra en las últimas semanas de su mandato.
Además, ha aceptado que incluya algún «criterio más moderno», aunque tendrá que contemplar «los derechos básicos que toda Constitución debe garantizar, por ejemplo, el derecho a la salud, a la educación, a la previsión social, a la vivienda», recoge Radio Bío Bío.
«En los países civilizados, las constituciones son el gran marco de unidad, de estabilidad y proyección de futuro, y para que una Constitución cumpla con ese objetivo central, tiene que ser fruto de un amplio y profundo acuerdo. Y jamás fruto de una imposición, porque tiene que ser una Constitución que sea respetable y respetada por todos», ha avisado.
Por eso, ha recordado a los constituyentes que «deben comprender de que una Constitución debe unir un país y no dividirlo. Porque una casa dividida no puede prevalecer», ha ultimado.
La redacción de la nueva Constitución en Chile vendrá a sustituir a la anterior aprobada en 1980 bajo el régimen de Augusto Pinochet, que sigue siendo para muchos herencia de la dictadura militar y un texto que legitima la poca implicación del Estado a la hora de ofrecer los servicios más básicos a la ciudadanía.
El documento promueve un modelo socioeconómico neoliberal en uno de los países latinoamericanos con mayor desigualdad –posee el PIB per cápita más alto de la región–. Esta situación ha servido de carburante para la indignación y las protestas contra el Gobierno.