Piñera defiende la labor de Carabineros de Chile pero reconoce «atropellos» a los Derechos Humanos
Asegura que «lo peor de está crisis ya pasó»
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha defendido este domingo la labor que Carabineros lleva a cabo en la represión de las movilizaciones que se registran en el país desde el 17 de octubre pero ha reconocido «atropellos» a los Derechos Humanos en el contexto de las manifestaciones.
Así se ha expresado en una entrevista con el diario chileno La Tercera , en la que ha reconocido que el Gobierno no tuvo «la suficiente sensibilidad» para medir el impacto de las movilizaciones y en la que se ha mostrado «consciente de que en algunos casos los Derechos Humanos» no se han respetado en el contexto de las mismas.
«Los Derechos Humanos no fueron respetados, fueron abusados o atropellados por mal criterio o por uso excesivo de la fuerza», ha lamentado Piñera, aunque ha defendido que su Administración ha hecho «lo posible» para iniciar investigaciones a este respecto y para que la Justicia juzgara estos casos.
«Soy consciente de que algunos (carabineros) no respetaron las leyes, no cumplieron los protocolos, hicieron uso excesivo o abusivo de la fuerza o actuaron con mal criterio y atropellaron y violentaron Derechos Humanos de las personas», ha continuado, al tiempo que ha zanjado que «eso no puede ser tolerado».
Pero, a su juicio, «cuando los carabineros salen a las calles, salen a proteger a la gente, a cuidarla», ha indicado. «No confundamos la acción condenable y repudiable de algunos con lo que es la institución», ha precisado.
Además, Piñera se ha referido al plebiscito que se celebrará el 26 de abril en el que los chilenos decidirán si se redacta una nueva Constitución y cómo se hace, la principal demanda de los manifestantes.
En este sentido, el mandatario ha concedido que «la actual Constitución requiere reformas, perfeccionamientos», pero no ha informado sobre su voto en el proceso.
«Como presidente me he comprometido públicamente a darles a todas las partes igualdad de condiciones para que puedan expresar su punto de vista y que sean los chilenos los que libre y voluntariamente resuelvan el camino a seguir», ha dicho. «Lo peor de la crisis ya pasó», ha zanjado.
Si gana la opción de avanzar hacia una nueva Carta Magna, los chilenos tendrán que decidir en el mismo plebiscito entre una asamblea constituyente compuesta por ciudadanos elegidos para ello y una instancia que incluya la participación de, al menos, el 50 por ciento de congresistas y la otra mitad con miembros elegidos para ese fin.
Las protestas en Chile estallaron el 17 de octubre contra la cuarta subida del precio del metro en pocos meses y crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
Piñera, que llegó a declarar el estado de emergencia desplegando a las Fuerzas Armadas, pidió perdón por no escuchar el clamor de los chilenos y propuso una «agenda social». Para hacerla realidad, remodeló el Gobierno e inició un diálogo con los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile, que ha denunciado torturas y otros abusos contra personas detenidas en el marco de las protestas, ha cifrado en 3.557 el total de las personas heridas en las movilizaciones. Más de 20 personas han muerto por los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y más de mil han sido detenidas.