RDCongo.- Muere un casco azul de la MONUSCO en un ataque reclamado por Estado Islámico en el este de RDC

Al menos un casco azul de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO) murió el lunes en un ataque reclamado por el grupo yihadista Estado Islámico cerca de la ciudad de Beni, en la provincia de Kivu Norte (este).

La jefa de la MONUSCO, Leila Zerrougui, ha condenado el ataque en Makisabo y ha detallado que un casco azul indonesio ha muerto y otro ha resultado herido, al tiempo que ha trasladado sus «sinceras condolencias» a los familiares del fallecido.

Así, ha manifestado que «la víctima participaba en la construcción de un puente en la zona de Hululu», antes de subrayar «el sacrificio de los cascos azules que arriesgan su vida de forma habitual lejos de sus casas para proteger a los civiles y restaurar la estabilidad en RDC».

«Los pensamientos de la MONUSCO están también con los soldados del Ejército de RDC que participan en operaciones de envergadura, sus familias y a todas las víctimas congoleñas de los grupos armados que siguen operando en el este del país», ha remachado.

Los medios congoleños han achacado el ataque a la milicia Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), si bien Estado Islámico en África Central (ISCA) ha sido el que ha reclamado la autoría del mismo.

Según las informaciones recogidas por SITE Intelligence Group, especializado en el seguimiento a organizaciones terroristas, ISCA ha elevado a cinco el número de cascos azules muertos y ha indicado que también ha atacado posiciones del Ejército.

La milicia de las ADF actúa en RDC desde la década de los noventa y, a pesar de las reiteradas ofensivas lanzadas contra ella, sigue generando violencia en la zona. Está considerado uno de los grupos armados más peligrosos de las varias decenas que operan en el país africano.

Durante 2019 surgieron informaciones en torno a posibles contactos entre las ADF y Estado Islámico, especialmente después de que este grupo reclamara en abril de ese año la autoría del que sería su primer ataque en el país africano, así como la formación de una nueva rama en el continente, llamada ISCA.

Varios grupos armados controlan partes del este de RDC pese a que la guerra de 1998-2003 concluyera formalmente. El conflicto causó millones de muertos, la mayoría víctimas del hambre y las enfermedades. La violencia ha complicado además la lucha contra el brote de ébola declarado en esta zona del país en 2018.

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