Permanecen activos cinco incendios forestales de los 13 provocados hoy en Cantabria
En lo que va del mes de abril se han provocado 167 incendios forestales en la región
Cantabria tiene activos en estos momentos cinco incendios forestales de los 13 que se han provocado en Cantabria en la jornada de este domingo, localizados en San Sebastián de Garabandal y Cosío (ambos en el municipio de Rionansa), en Mirones (Miera), Silió (Molledo) y Calseca-Porracolina (Ruesga).
También hay dos que ya están controlados en Hijas (Puente Viesgo) y Sel Viejo (Luena), más uno estabilizado en el Puerto de las Llaves (Peñarrubia), mientras que el resto han sido extinguidos totalmente.
En total, en lo que va del mes de abril han sido provocados 167 incendios forestales en la región, según ha informado el Gobierno cántabro.
El helicóptero del Ejecutivo ha intervenido hoy para apoyar las tareas de extinción en el Puerto de las Llaves, donde se ha regado cabecera de canales para que el fuego no entre en ellas, y en San Sebastián de Garabandal.
En la actualidad permanecen en alerta de nivel 2 todas las comarcas de Cantabria menos las dos de Liébana.
El Gobierno hace un llamamiento especial para denunciar los individuos que con sus acciones «ponen en riesgo el patrimonio natural y la integridad de los vecinos incumpliendo las normativas».
También se invita a la ciudadanía a colaborar con las autoridades para avisar de cualquier indicio de fuego, contactando con el 112, con la guardería de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente o con la Guardia Civil.
El Operativo de la Dirección General de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático de la Consejería de Medio Ambiente desplegado en estos días está integrado por 132 Agentes del Medio Natural, 33 cuadrillas forestales, técnicos de guardia y emisoristas, con el apoyo de la BRIF del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con base en el helipuerto de Ruente, y el personal de la Dirección General de Interior.
El Gobierno reitera la necesidad de acabar con la complicidad social que ampara a los incendiarios, cuyos actos provocan «graves daños ambientales y económicos y suponen un riesgo para la salud pública y la vida de las personas en estos momentos de confinamiento».
