Pence descarta testificar en el comité que investiga el asalto al Capitolio
El exvicepresidente de Estados Unidos durante la Administración Trump, Mike Pence, ha afirmado que el asalto al Capitolio en 2021 fue «el día más difícil» de su vida pública, si bien ha rechazado la posibilidad de testificar en el comité de la Cámara estadounidense que investiga el incidente.
«Pensé que era importante, como vicepresidente, que ofreciera mi consejo al presidente de manera confidencial. Y lo hice», ha aseverado Pence en una entrevista con la cadena CNN en la que ha detallado su papel ese día.
No obstante, ha cerrado cualquier especulación sobre si testificará en el comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto, asegurando que «el Congreso no tiene derecho» a su testimonio.
Además, ha afirmado que su comparecencia sentaría un «terrible precedente» porque implicaría que un comité del Congreso convoca a un vicepresidente para discutir las deliberaciones realizadas en la Casa Blanca, argumentando que violaría la separación de poderes y «erosionaría la dinámica» entre un presidente y un vicepresidente.
En la jornada del asalto al Capitolio, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como otros miembros del Partido Republicano, presionaron al entonces vicepresidente para que no certificara los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 que daban la victoria a Joe Biden.
No obstante, Pence decidió ignorar las súplicas de Trump, que, según el vicepresidente, se basaba «en algo más profundo» que su relación.
«Tenía una lealtad superior, y esa era a Dios y la Constitución. Y eso fue lo que puso en marcha la confrontación que sucedería el 6 de enero porque yo había hecho un juramento a la Constitución de Estados Unidos», ha sostenido Pence ante la citada cadena.
Aunque para el exvicepresidente «fue difícil» romper con la persona que lo eligió como número dos para su Administración, Pence ha reiterado su creencia de que su deber era «defender la Constitución y la transferencia pacífica del poder».
En este sentido, el exvicepresidente estadounidense ha confesado que los días posteriores al asalto al Capitolio estuvo molesto con Trump por su determinado papel en los hechos, haciendo referencia a un discurso en Washington y a varios tuits del expresidente en los que hacía un llamamiento indirecto a acudir al Capitolio ese día.
«Las palabras y el tuit del presidente ese día fueron imprudentes (…). Ponían en peligro a mi familia y a toda la gente del Capitolio», ha aseverado.