Condenados a 21 y 10 meses por robar, secuestrar y golpear a un hombre al que abandonaron en una carretera
Los siete acusados, cinco hombres y dos mujeres consideradas cómplices, reconocen los hechos y aceptan las nuevas penas
Los siete acusados por el robo en la vivienda en la que residía un hombre, al que amordazaron y llevaron contra su voluntad y dejaron abandonado en ropa interior en una carretera, han admitido su participación en los hechos y han aceptado 21 meses de prisión, en el caso de los cinco procesados, y diez meses, para las dos implicadas, y que suponen una rebaja respecto a los nueve años y ocho meses y dos años y cinco meses solicitados inicialmente, respectivamente.
A esas penas de cárcel, por un delito de robo con violencia en casa habitada, se suman multas, de 2.352 euros para ellos (1.632 por coacciones y 720 por lesiones) y de 480 (por coacciones) para ellas, consideras cómplices de ambos ilícitos.
Entre todos han consignado 3.000 euros y se les ha aplicado la atenuante de reparación del daño muy cualificada en el juicio, este martes en el Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que el fiscal ha modificado sus conclusiones provisionales, rebajando así las penas solicitadas con anterioridad.
Los encausados se han mostrado conformes con el nuevo escrito del ministerio público y la Sala dictará sentencia en los términos pactados, y sobre la que ha decretado firmeza ya al comprometerse las partes a no recurrirla. Además, la defensa ha pedido la suspensión de la pena privativa de libertad al no superar los dos años y carecer sus clientes de antecedentes penales.
CUERDAS EN MANOS Y PIERNAS Y CINTA ADHESIVA EN LA BOCA
Han sido juzgados porque dos de ellos tenían arrendada una habitación a un hombre y a su pareja. Tras haberle conminado en varias ocasiones a que la abandonara, los cinco hombres acusados se pusieron de acuerdo para que el inquilino saliera de la vivienda y, con ese fin, accedieron al interior, se abalanzaron sobre él y le propinaron golpes.
Después, le ataron con cuerdas las piernas y manos y le colocaron cinta adhesiva en la boca para impedir que gritara, mientras seguían golpeándole.
Tras inmovilizarle, los procesados y junto a las dos mujeres también condenadas -que habían presenciado la escena anterior-, sacaron mobiliario, dinero, efectos y enseres personales de la víctima y salieron de la vivienda en dos furgonetas.
En una llevaron los enseres y en la otra al hombre maniatado, al que siguieron propinando golpes y amenazas para que no gritase. Finalmente, cortaron las cuerdas que le ataban y le arrojaron a una carretera, donde quedó abandonado en ropa interior, junto con parte de sus enseres. Otra parte fue arrojada a un contenedor y algunos objetos se los quedaron los acusados.



