Page dice que la Ley de la Vivienda del Gobierno «está en pañales» y rechaza pactos con ERC y Bildu
TOLEDO, 24
El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, Emiliano García-Page, ha considerado que el proyecto de ley de Vivienda del Gobierno central está todavía «en pañales», pues de momento los gobiernos autonómicos desconocen cómo se va a concretar, por lo que ha opinado que «hay que poner mucha letra concreta a esa música, mucha partitura».
De este modo ha reaccionado el todavía presidente castellanomanchego preguntado, durante una entrevista en Herrera en Cope , sobre si ese texto que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez supone un «yo invito pero tú pagas».
«Si se quisiera plantear así sería inviable –ha advertido García-Page–. De momento estamos en la presentación global del marco. Ahora tiene que venir el dibujo concreto. No sabemos exactamente cómo quieren implementar las decisiones que se están tomando a nivel nacional».
A juicio de presidente de Castilla-La Mancha, hay dos cosas distintas, pues una cosa es la Ley de Vivienda como tal, que delimita un marco normativo que regulará el alquiler o la compra, pero luego hay políticas concretas que no requieren de ley de ningún tipo, pues en la medida que el Estado es propietario de suelo y de vivienda, a través de la Sareb, puede ponerlas en circulación, de una manera o de otra.
«Y ahí tendrá que ser por acuerdo con las comunidades autónomas. Y si tiene que ser por acuerdo, tendrá que ser sin esa estrategia del invito yo pero pagas tú. Eso que ha pasado en otras ocasiones, no es solo injusto sino que me parecería de broma», ha defendido.
ENMIENDA SOBRE OKUPAS
Preguntado sobre la enmienda transaccional del PSOE con Unidas Podemos, ERC, Más País, Compromís, la CUP, el BNG y el PDeCAT al texto, que podría dificultar y ralentizar el procedimiento de expulsión de okupas, García-Page, pese a asegurar que desconoce dicha opción, ha indicado que no le agrada «nada» que se pacte con «Esquerra y Bildu», pues considera que «es difícil que aporten algo positivo, pese a insultos o cosas malas».
«Dirán que soy un poco radical, pero no lo soy. Es la experiencia y, sinceramente, no me resulta nada cómodo. Lo estamos naturalizando, pero son dos grupos que, más allá de sus antecedentes históricos, que ya son graves, buscan dinamitar el Estado, unas veces atacándolo y otras saliéndose con la suya».
Más allá de esos acompañantes del Gobierno central, el titular del Gobierno de Castilla-La Mancha ha pedido distinguir de qué tipo de ocupantes se habla, mostrando su preocupación por el «okupa que no es un inquilino».
Por ello, tras asegurar estar dispuesto a debatir sobre echar a los inquilinos que dejan de pagar, ha advertido que le «preocuparía» que lo que se quiera hacer sea «hacer más difícil echar al okupa, al que ha entrado ilegalmente dando una patada», alertando de que «hay mafias que se dedican a esto».
En este sentido, ha recordado que el Gobierno de España «tiene un compromiso» con el Gobierno de Castilla-La Mancha, donde se ha aprobado una iniciativa legislativa que «cambiaba de raíz el problema de los okupas ilegales, los de la patada», pues habilita a ayuntamientos y comunidades para poder instar a los jueces al deshaucio y que éste sea exprés.
«Hay un compromiso del Gobierno para sacar adelante al menos esa parte más sustancial que tomó Castilla-La Mancha. Espero que se cumpla», ha terminado diciendo.
LAS TABLAS DE DAIMIEL «ESTÁN SUFRIENDO»
En otro orden de cosas, al hilo de la polémica generada en por la legalización de regadíos en Doñana, ha sido preguntado por uno de los humedales más representativos de la región, el de las Tablas de Daimiel. Sobre este complejo lagunar ha admitido que «está sufriendo», especialmente por la sequía actual, aunque ha añadido que todo el Guadiana «tiene estrés hídrico desde hace ya mucho tiempo».
Por esta razón, ha recordado, se hizo una derivación de agua a las Tablas desde el río Tajo, algo que «ha paliado una parte» del problema, pero no evita que «evidentemente» todavía necesite más aportaciones de agua.
«Los avisos sobre el clima no son ninguna tontería», ha señalado, apuntando que España debe prepararse para que el plan de país contemple el «déficit» hídrico al que está haciendo frente.