Padres de Niños con Cáncer aplauden que el Consejo de Ministros haga ley el derecho al olvido oncológico
La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC) aplaude que el Consejo de Ministros haya aprobado este martes por Real Decreto Ley el derecho al olvido oncológico, un compromiso del Gobierno que quedó en el aire tras el anuncio del adelanto electoral y que acaba con las restricciones a los supervivientes de cáncer en el ámbito financiero.
Desde la Federación aseguran que, de esta manera, el Gobierno cumple con el compromiso que adquirió con la Federación y otras asociaciones el pasado 13 de mayo en Sevilla, de impedir que el sector financiero solicitara antecedentes médicos a supervivientes de cáncer cuando hayan transcurrido cinco años desde que terminan un tratamiento oncológico con éxito.
Actualmente los supervivientes de cáncer, sobre todo infantil, son rechazados al solicitar una hipoteca, contratar un seguro privado o postularse a un puesto de trabajo. Ámbitos en los que el derecho al olvido oncológico pone el foco para acabar con aumentos de primas por parte de las aseguradoras, denegaciones de hipotecas y préstamos personales o ausencia de respuesta por parte de las entidades.
No obstante, desde la Federación recuerdan que, aunque esta medida es un paso muy importante que equipara a España con países como Francia o Bélgica, resulta insuficiente, ya que los supervivientes siguen sufriendo el estigma y perjuicio social por haber pasado un cáncer en lo laboral o académico, entre otros. Por ello, la FEPNC sigue recopilando datos para denunciar esta problemática.
«La medida que aprueba hoy el Consejo de Ministros pone en igualdad de oportunidades y derechos a personas con antecedentes de cáncer en el ámbito financiero», asegura el presidente de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, Juan Antonio Roca, quien también recuerda que «todavía queda mucho trabajo por hacer».
El presidente de la FEPNC también resalta que «hay personas con antecedentes de cáncer infantil que sobrevivieron a la enfermedad sin recaídas posteriores y que, más de 20 años después, han sido discriminados al pedir una hipoteca o un seguro de vida».