Otros dos monumentos cántabros se incorporan a la Lista Roja del Patrimonio

Las pinturas murales góticas de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción y San Sebastián, en Riva (Campoo de Yuso), y la casa torre de Diego Cacho, en Laredo, acaban de ser incluidas en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge cerca de 850 monumentos españoles, 40 de ellos en Cantabria, que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

Se trata de dos construcciones muy distintas y separadas en el tiempo, pero unidas por el estado de «abandono total» en el que se encuentran y el riesgo que presentan de colapso, además de la ausencia de figuras de protección, ha indicado la asociación en un comunicado.

La ermita de Nuestra Señora de la Concepción y San Sebastián está en un estado de deterioro progresivo, con hundimiento de cubierta y grietas en las paredes. Las pinturas en una capilla sin cerramiento se van deteriorando y algunas se han perdido totalmente, además de que no gozan de ninguna protección legal específica.

Se trata de una construcción de la segunda mitad del siglo XV, de la que únicamente queda la capilla mayor. A mediados del siglo XVIII se hizo un retablo de madera, de estilo barroco y policromado, procediéndose al encalado de los muros.

Con el paso de los siglos, el retablo se fue deteriorando hasta desaparecer lo que, unido a la falta de mantenimiento del edificio, dio lugar a la caída de los encalados y repintes, reapareciendo las imágenes originales góticas.

En el año 2000, ya muy deterioradas, se conservaban en el testero unas interesantes pinturas murales góticas, de fines del siglo XV, con la representación de San Jorge y el dragón, reconociéndose entonces las figuras relativas al martirio de San Sebastián y a una doncella rescatada por un caballero o arquero.

En el muro lateral se resiste a desaparecer en su totalidad otra pintura en forma de friso (5,50 metros de ancho), que representa la Última Cena.

LA CASA TORRE DE DIEGO CACHO

La casa torre de Diego Cacho, en Laredo, tampoco goza de ninguna protección legal específica y presenta un estado de abandono y deterioro notable. Se han producido derrumbes en la techumbre que ponen en peligro la estabilidad del inmueble.

Casi enterrada por la maleza, se conserva la casa de verano que perteneció a Diego Cacho Sierra, ubicada en un alto desde el que se divisaba el movimiento portuario entre la villa laredana y la ría de Santoña, protegida por el monte Buciero, su playa, el fuerte de San Martin y el monasterio de Montehano, asomando también la villa de Escalante.

Una doble muralla abraza todo el entorno de la casa principal y capilla, así como los restos de otras edificaciones secundarias.

Llevada a cabo sobre los restos de una antigua fortaleza perteneciente al siglo XV, fue construida en el siglo XVIII. Se trata de un edificio en un volumen regular, cúbico, de dos alturas, cubierto por tejado a cuatro aguas, hoy en estado de abandono.

Su fachada principal simétrica se compone de un arco de medio punto dovelado en sillería sobre el que se abren dos pequeños vanos abocinados que parecen sostener la imponente pieza armera que luce los apellidos del fundador.

Este eje que guarda los restos de la antigua fábrica medieval se amplió en anchura hasta conformar un edificio de planta cúbica, abriendo sendos vanos cuadrangulares a ambos lados del cuerpo central de la fachada, que estuvo encalada ocultando el sillarejo de sus muros, dejando ver solo la sillería que remata sus esquinales y sus vanos.

De esa misma época es la capilla que hoy se encuentra muy deteriorada y que se emplea de almacén.

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Otros dos monumentos cántabros se incorporan a la Lista Roja del Patrimonio

Las pinturas murales góticas de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción y San Sebastián, en Riva (Campoo de Yuso), y la casa torre de Diego Cacho, en Laredo, acaban de ser incluidas en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge cerca de 850 monumentos españoles, 40 de ellos en Cantabria, que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

Se trata de dos construcciones muy distintas y separadas en el tiempo, pero unidas por el estado de «abandono total» en el que se encuentran y el riesgo que presentan de colapso, además de la ausencia de figuras de protección, ha indicado la asociación en un comunicado.

La ermita de Nuestra Señora de la Concepción y San Sebastián está en un estado de deterioro progresivo, con hundimiento de cubierta y grietas en las paredes. Las pinturas en una capilla sin cerramiento se van deteriorando y algunas se han perdido totalmente, además de que no gozan de ninguna protección legal específica.

Se trata de una construcción de la segunda mitad del siglo XV, de la que únicamente queda la capilla mayor. A mediados del siglo XVIII se hizo un retablo de madera, de estilo barroco y policromado, procediéndose al encalado de los muros.

Con el paso de los siglos, el retablo se fue deteriorando hasta desaparecer lo que, unido a la falta de mantenimiento del edificio, dio lugar a la caída de los encalados y repintes, reapareciendo las imágenes originales góticas.

En el año 2000, ya muy deterioradas, se conservaban en el testero unas interesantes pinturas murales góticas, de fines del siglo XV, con la representación de San Jorge y el dragón, reconociéndose entonces las figuras relativas al martirio de San Sebastián y a una doncella rescatada por un caballero o arquero.

En el muro lateral se resiste a desaparecer en su totalidad otra pintura en forma de friso (5,50 metros de ancho), que representa la Última Cena.

LA CASA TORRE DE DIEGO CACHO

La casa torre de Diego Cacho, en Laredo, tampoco goza de ninguna protección legal específica y presenta un estado de abandono y deterioro notable. Se han producido derrumbes en la techumbre que ponen en peligro la estabilidad del inmueble.

Casi enterrada por la maleza, se conserva la casa de verano que perteneció a Diego Cacho Sierra, ubicada en un alto desde el que se divisaba el movimiento portuario entre la villa laredana y la ría de Santoña, protegida por el monte Buciero, su playa, el fuerte de San Martin y el monasterio de Montehano, asomando también la villa de Escalante.

Una doble muralla abraza todo el entorno de la casa principal y capilla, así como los restos de otras edificaciones secundarias.

Llevada a cabo sobre los restos de una antigua fortaleza perteneciente al siglo XV, fue construida en el siglo XVIII. Se trata de un edificio en un volumen regular, cúbico, de dos alturas, cubierto por tejado a cuatro aguas, hoy en estado de abandono.

Su fachada principal simétrica se compone de un arco de medio punto dovelado en sillería sobre el que se abren dos pequeños vanos abocinados que parecen sostener la imponente pieza armera que luce los apellidos del fundador.

Este eje que guarda los restos de la antigua fábrica medieval se amplió en anchura hasta conformar un edificio de planta cúbica, abriendo sendos vanos cuadrangulares a ambos lados del cuerpo central de la fachada, que estuvo encalada ocultando el sillarejo de sus muros, dejando ver solo la sillería que remata sus esquinales y sus vanos.

De esa misma época es la capilla que hoy se encuentra muy deteriorada y que se emplea de almacén.

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