Otegi cree que la unión de fuerzas de izquierda no va de siglas, sino de «aunar voluntades para una Euskal Herria mejor»

Zabaleta opina que la izquierda «debiera ser capaz de rearmar un proyecto comprensible, que genere credibilidad y dé certezas»

SAN SEBASTIÁN, 22

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha defendido la unión de fuerzas de la izquierda y ha incidido en que «esto no va de siglas, de listas, de proporciones», sino de «aunar voluntades de gente que quiere una Euskal Herria diferente y mejor».

Otegi ha participado junto al exlíder de Ezker Batua y exconsejero del Gobierno Vasco, Javier Madrazo, la exconsejera del PSE-EE Gemma Zabaleta y el que fuera presidente de la Sala de lo Social del TSJPV, Manuel Díaz de Rábago, en la charla Gehiengo berriak/Nuevas mayorías , organizada por la coalición soberanista en el Kursaal de San Sebastián.

En su intervención, el dirigente de EH Bildu ha considerado que el ofrecer «seguridad» va a ser el «factor fundamental» y se ha mostrado convencido de que es un ámbito que debe «liderar la izquierda». Así, ha destacado que «en Euskal Herria existen otro tipo de condiciones para hacer ese tipo de sumas. EH Bildu es un ejemplo de ello, venimos de una tradición en la que para ser independentista había que ser abertzale, pero se ha demostrado que no es así».

Otegi ha afirmado que EH Bildu «nunca» ha estado en la «resignación» y ha apuntado que mientras algunos ven la política «en términos convencionales de input y output, de número de concejales», en la coalición soberanista están «en otras cosas».

A su juicio, esta mesa de debate demuestra que es posible la unión de «fuerzas muy diferentes» en la construcción de un «proyecto nacional popular». «Seguro que los vascos no tenemos soluciones para todo, pero hay soluciones vascas para todo», ha sostenido.

El dirigente abertzale ha lamentado que «se ha perdido la ambición de una sociedad con unas enormes potencialidades que se conforma con seguir pasando y en eso nos vamos yendo, y la gente no es más feliz ni ve sus derechos asegurados».

Por ello, ha opinado que hace falta «un revulsivo que busque la ambición y decir a la gente que es posible un proyecto nacional y popular que haga que la gente viva más feliz». Otegi ha defendido que eso «se construye entre todos, garantizando un sistema de derechos para toda la gente que vea satisfechos los derechos más básicos».

«La diferencia es que la derecha cree que sobre los derechos humanos de la gente se puede hacer negocio y la izquierda pensamos que éticamente eso es reprobable y que con los derechos humanos no prima el negocio, sino la defensa de la gente», ha asegurado, al tiempo que ha considerado que eso «en Euskal Herria es un sentimiento común compartido».

Asimismo, Otegi ha manifestado que en EH Bildu «la pluralidad es un ejercicio diario y esto es muy enriquecedor». «Esto no va de siglas, de listas, de proporciones, esto va de aunar voluntades de gente que quiere una Euskal Herria diferente y mejor», ha dicho el coordinador general de la coalición.

«REARME DE LA IZQUIERDA»

Por su parte, Zabaleta ha lamentado que, actualmente, la ciudadanía experimenta un «desapego de la política» que es «el mejor caldo de cultivo para que proliferen las extremas derechas». En este contexto, ha considerado «importantísimo un rearme de la izquierda que dé amparo y cobijo a tanta gente que se siente de izquierdas y no acepta lo que está pasando y que acoja a esa gente que no se siente concernida con la política y no va a votar». «La izquierda debiera ser capaz de rearmar un proyecto comprensible, que genere credibilidad y dé certezas», ha incidido.

A su juicio, «la izquierda compite más entre sí, en vez de cooperar para competir con la derecha», porque no se ha entendido que lo que está en juego «no es ganar al adversario de la partida, sino cambiar las reglas del juego de la partida, trabajar en la lucha contra la desigualdad y para que todas esas personas que no se sienten identificadas con la política se sientan concernidas por ella», porque así «tendremos más democracia».

Por otro lado, ha criticado que, aunque ETA ha desaparecido, «la derecha española gobierna como si no fuera así» y, pese a que «el 15-M agitó el bipartidismo, éste se está recomponiendo de manera galopante y tiene encerrado el debate de monarquía y república en un cajón de siete llaves con la que está cayendo».

Zabaleta también ha alertado del «resurgimiento y crecimiento de la extrema derecha, que gobierna con mando en varias Comunidades Autónomas», así como de que el bipartidismo «sostiene y alimenta una contaminación a veces tóxica entre la política y uno de los pilares del Estado de derecho, el poder judicial», algo que ha calificado de «especialmente grave» y que ha considerado que refleja «la crisis constitucional del 78 en el ámbito territorial y el de derechos de protección social».

Para la exconsejera, el Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos, con «apoyos de legislatura de soberanistas», debería ser «una ventana de buen tiempo» en cuanto al debate territorial, pero el «PSOE tiene que ser valiente». «La política sin valentía no será transformadora», ha subrayado.

«Al PSOE siempre le viene mal, pero debe ser posible hacer una reflexión compartida con sus socios y aunque sea intelectual de lo que son los conceptos que han sido tradicionales en el PSOE y no hace muchos años, la plurinacionalidad del Estado, y que el estado Constitucional era un estado federal imperfecto, que debía de perfeccionarse», ha reflexionado, al tiempo que ha denunciado que en Euskadi «el partido con más responsabilidades de Gobierno, el PNV, no está en este debate, ni se le espera».

Tras criticar que «el Gobierno actual ha perdido la ambición de país, porque se conforma con gestionar administrativamente las políticas del pasado», ha subrayado que en Euskadi «no hay alternativa política sin EH Bildu», porque «otros partidos han renunciado a ser alternativa», y entre ellos ha citado al PSE-EE.

Finalmente, ha abogado por un «proyecto amplio» de izquierdas que «dé cabida a toda la gente que se puede sentir de izquierdas, que no está resignada en este país a que las cosas sigan igual y que pueda encontrar empatía, cobijo, desde el punto de vista ideológico y pueda sentirse vinculado a ese proyecto».

CATALUÑA Y EUSKADI

Díaz de Rábago, por su parte, ha aplaudido que la izquierda soberanista vasca y catalana hayan sabido «hacer apoyos parlamentarios» al Gobierno central, en cuestiones «que no tenían un intercambio sobre tema nacional, sino propias de izquierda». A su juicio, esto es «muy interesante», porque «hay que empezar a quitar la idea fuera de Cataluña y Euskadi de que lo único que quieren los vascos y catalanes de izquierda es más soberanía».

También ha defendido la posibilidad de que haya un nuevo estatuto para Euskadi, «siempre y cuando consiga mejoras relevantes en competencias básicas claves y una mejora decisiva en las garantías para que esas competencias que reconoce no acaben mermadas o revueltas y anuladas por la vía indirecta de leyes de armonización». «Si se consigue eso, no descartaría que la izquierda soberanista pudiera también darle apoyo, siempre sin abandonar la idea de la transformación del reconocimiento pleno del derecho a decidir», ha opinado.

Finalmente, Javier Madrazo ha considerado que el debate sobre el nuevo estatus «ha perdido pujanza e interés ciudadano» porque el Gobierno Vasco actual de PNV y PSE «lo ha congelado», al tiempo que ha acusado al Ejecutivo de Urkullu de haber utilizado el estatuto «como moneda de cambio con Madrid» y haber puesto el autogobierno «al servicio de los de arriba para hacer políticas regresivas».

En su opinión, es necesaria una «ley de referéndums para regular el derecho a decidir» y ha defendido el camino seguido por el lehendakari Juan José Ibarretxe frente a «una vía unilateral como la catalana». Además, se ha mostrado convencido de que «es posible una mayoría hegemónica de izquierdas en Euskal Herria».

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