Ortuzar lamenta que «se escuchen tambores de recentralizació n» en el Estado y advierte de que «serí a un error graví simo»

Considera que no habrá «un vuelco radical» el 21-D y que los «reposicionamientos hay que hacerlos para el día 22»

BILBAO, 16

El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, ha advertido de que la «crisis» del modelo territorial no se va a resolver «con recentralización» y, en este sentido, ha lamentado que, en «algunos ámbitos» del Estado, «se escuchen esos tambores», lo que «sería un error gravísimo». Asimismo, ha valorado que la Comisión abierta en el Congreso puede ser «un marco bueno para empezar a hablar», pero ha insistido en que en la actual situación «no hay posibilidades de que los partidos catalanes se sienten».

En una entrevista concedida a la Cadena Ser, recogida por Europa Press, el presidente del PNV ha insistido en que, «cuando haya un mínimo de sosiego», los partidos tendrán que «colegir que hay una crisis del modelo territorial» porque «los vascos no estamos a gusto, los catalanes no están a gusto y, si preguntamos a otros, probablemente tampoco», debido a la financiación autonómica.

«Si no estamos a gusto nadie, sentémonos en una mesa y veamos cómo podemos mejorar», ha apelado Andoni Ortuzar, que ha precisado que esa mejora «no va a venir por la recentralización». De este modo, ha lamentado, preguntado por la posibilidad de que la situación en Cataluña lleve a una recentralización, que «en algunos ámbitos se escuchan esos tambores» y ha subrayado que «sería un error gravísimo».

«El esquema del 78 dibuja un estado plurinacional y muy descentralizado, y en los 40 años posteriores el Estado, como una hormiguita, ha ido recuperando lo que cedió en el 78», ha señalado, recordando que Euskadi tiene pendientes de transferir 37 competencias.

Por su parte, ha afirmado que el PNV no desea que «nadie sea más autónomo que lo que quiera», pero ha defendido que ése «no sea el umbral máximo para los que queremos más». «El café para todos es descafeinado», ha criticado.

A su entender, la Comisión que se ha constituido esta semana en el Congreso para abordar la mejora del estado autonómico «puede ser un marco bueno para empezar a hablar», si bien ha advertido de que las condiciones actuales, con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, hacen que «no hay posibilidades de que los partidos catalanes se sienten en esa mesa».

Ortuzar ha asegurado el Gobierno de Mariano Rajoy «podía haber hecho otras cosas» antes de aplicar el 155 y hacer que «una autonomía pueda desaparecer en una tarde por una decisión del Senado y de una orden gubernamental. «¿Por qué no actuó el día 25 o el 26, por qué no se llama, por qué no se invita a un diálogo?», ha cuestionado.

De este modo, ha indicado que, de la actual situación en Cataluña, «hay muchos culpables» y, en este sentido, ha opinado que no se habría llegado a ella sin el «cepillado» del Estatut o la decisión del PP de llevarlo ante el Constitucional.

LAS ELECCIONES EN CATALUÑA

Por otro lado, ha augurado que, en las elecciones catalanas del 21 de diciembre, no habrá «un vuelco radical» porque «la realidad social es bastante tozuda y no cambia de la noche a la mañana». De este modo, ha apuntado que una parte «importante» de la sociedad catalana «volverá a expresar que no está a gusto» y habrá que «atender» a ese 48% de una sociedad, que «es muchísima gente».

En su opinión, «a tenor de lo que estamos oyendo», un posible nuevo gobierno de las formaciones independentistas no volvería a repetir la hoja de ruta , si bien ha advertido de que «nos estamos convirtiendo en una sociedad de tuertos» en la que «sólo vemos la parte que nos interesa», de modo que «nadie pregunta si Madrid va a hacer lo mismo».

De este modo, ha alertado de que se puede «entrar en el día de la marmota «. Según ha indicado, «si queremos que esto avance, no podremos hacer nadie lo mismo y tendremos que movernos todos un poquito, las piezas y, sobre todo, las mentalidades».

En este sentido, el presidente del PNV ha indicado que ve «con preocupación una especie de renacimiento de espíritu del Cid Campeador en España», y ha cuestionado si «ayuda hablar de rendiciones y de desafíos».

En el caso de los partidos soberanistas, ha señalado que «hay un proceso, por diferentes vías y acentos, de autocrítica» dentro del independentismo catalán, que «se está reposicionando para el 21 de diciembre». «Yo creo que el reposicionamiento hay que hacerlo para el día 22», ha advertido.

En este sentido, ha manifestado que «el día 21 saldrán unos resultados y todas las partes tendrán que asumirlos, los números son exactos», de manera que habrá que «sumar escaños y no hacernos trampas en el solitario ni unos ni otros».

Preguntado por la mediación de su partido y el lehendakari en las horas previas a que el Parlament abordase la declaración de la República, ha considerado que se «frustró» porque «había en el imaginario político, tanto de Barcelona como de Madrid, ya más tambores de guerra que de paz».

Según ha indicado, si hubiese salido adelante, «nos habría situado en un escenario radicalmente diferente», de manera que no habría «gente en la cárcel» y se habrían convocado «unas elecciones desde la legalidad y la legitimidad catalana». En este sentido, ha indicado que «las de ahora van a ser unas elecciones que todo mundo ha aceptado, pero nacen con esa mácula de haber tenido que ser impulsadas desde vía excepcional del 155».

En su opinión, Carles Puigdemont «tenía tomada la decisión de convocar elecciones y necesitaba algunas certidumbres», pero, «en vez de certidumbres, recibió críticas de donde él seguramente menos se esperaba». «No tuvo las certidumbres y garantías que creía que tenía que tener y, luego, el patio soberanista se le alteró», ha indicado.

En su opinión, «aquellas 24 horas, el problema es que no había un clima de mínimo reconocimiento y confianza entre Moncloa y la plaza de Sant Jaume para fiarse el uno del otro, y en esas condiciones no fue posible».

ACUERDO EN EUSKADI

Por otro lado, ha reiterado que el apoyo del PSOE a la aplicación del artículo 155 no afecta a los acuerdos de Gobierno en Euskadi que mantienen entre PNV y PSE, que tienen pactados «acuerdos y ámbitos de desacuerdos». «Sería la leche que por este tema, que ya teniendo suficientes consecuencias graves, tengamos un efecto colateral en Euskadi, donde las cosas están funcionando», ha manifestado.

Asimismo, se ha referido a los trabajos que se están desarrollando en esta comunidad para diseñar un nuevo estatus y ha defendido la propuesta de «consulta habilitante», como «instrumento novedoso, democrático y clarificador» que «serviría para calibrar la temperatura social».

Según ha indicado, se propone «adelantar trabajo y quitar problemas» y que la sociedad vasca «se pueda expresar antes de empezar un procedimiento de negociación con el Estado sobre qué quiere». «Y que el Estado lo sepa», ha añadido.

En cualquier caso, ha precisado que, antes de «hablar de consultas habilitantes o de la parte instrumental», hay que «hablar entre todos» y ver «si nos ponemos de acuerdo una parte importante de la sociedad vasca, más incluso que los que impulsamos el Estatuto del 79», sobre el nuevo Estatuto.

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