ONUSIDA pide ayuda a la Iglesia católica en la lucha contra en VIH
La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, se ha reunido con representantes de la Iglesia católica en la Ciudad del Vaticano para pedir ayuda en la lucha contra el VIH y movilizar las voces de la fe, tras la negativa de Estados Unidos a financiar el programa de ayuda contra el sida «más grande del mundo».
«Hace dos semanas, el programa de ayuda fue pausado. 20 millones de personas que viven con VIH dependen del Gobierno de los Estados Unidos para los medicamentos que necesitan para mantenerse con vida y prevenir la infección por VIH. Se emitió una exención humanitaria que permite la distribución de algunos medicamentos que salvan vidas. Eso es bienvenido. Pero el futuro del programa sigue siendo incierto», ha explicado Byanyima.
Asimismo, ha asegurado que sin la financiación del Gobierno de Estados Unidos, en 4 años, 6,3 millones de personas morirán y 8,9 millones contraerán esta patología. Alrededor de 370. 000 bebés padecerán VIH, y sin tratamiento, la mitad no llegará a vivir más de 2 años.
«Necesitamos la voz y el liderazgo de la fe en el mundo en el que estamos hoy para defender la respuesta global al sida y programas que salvan vidas como PEPFAR. La vida humana es sagrada y está en juego», ha insistido la directora ejecutiva de ONUSIDA.
Además, ha explicado que a pesar de que la humanidad ha progresado notablemente en la lucha contra el sida, sin financiación para la respuesta al VIH, existe un riesgo de que resurja la pandemia del sida. «Y si queremos que los gobiernos nacionales llenen el vacío, debemos darles los medios para hacerlo y apoyar una transición sostenible», ha añadido Byanyima.
Ya antes de la negativa de Estados Unidos, existía un déficit de financiación de 9.500 millones de dólares (9.146 millones de euros). ONUSIDA estima que se necesitan 29.300 millones de dólares (28.204,18 millones de euros) para poner a los países en el camino correcto y poner fin a la pandemia del sida para 2030.
Ante esta situación, Byanyima pide a los países de ingresos bajos y medianos que recauden fondos nacionales para la respuesta al VIH. Del mismo modo, desde ONUSIDA han asegurado que seguirán colaborando con los Estados Unidos, otros donantes y los países más afectados por el VIH para garantizar una respuesta «robusta» y sostenible al VIH y poner fin al sida como una amenaza para la salud pública para 2030.